35. Técnicas de estudio |
¿Por qué unos estudiantes sacan buenas notas y otros no? Algunos responderán que se debe a las diferencias de inteligencia. Pero nos encontramos con chicos muy inteligentes que suspenden repetidamente, porque no dedican el tiempo necesario a sus tareas, o porque no tienen interés por el estudio o porque no saben estudiar. La inteligencia sola no garantiza el éxito en los estudios.
Pero, ¿qué es estudiar? Para algunos alumnos la vida de estudiante consiste en estar matriculado en un colegio y asistir a unas clases. Pero estudiar es algo más, es aprender una serie de conocimientos ejercitando la inteligencia, la memoria la voluntad, la capacidad de análisis, de síntesis, de relación, etc. En el diccionario encontramos que estudiar es "ejercitar el entendimiento para alcanzar o comprender una cosa".
Para hacer bien el estudio, lo mismo que para realizar bien cualquier trabajo hacen falta tres cosas: poder, querer y saber hacer ese trabajo o estudio.
Poder estudiar es tener inteligencia y el resto de las facultades humanas Es indudable que la inteligencia se relaciona mucho con el éxito escolar. En igualdad de condiciones un alumno "inteligente" obtiene mejores notas que sus compañeros.
El querer estudiar es tener el deseo y la determinación de adquirir unos conocimientos. Hay estudiantes que con una inteligencia normal consiguen buenos resultados a base de esfuerzo personal y dedicar el tiempo necesario. Tan importante o más que la inteligencia es la motivación o el querer estudiar. Muchos alumnos fracasan no por falta de inteligencia sino por desinterés, por apatía, por dejar el trabajo para el último momento, es decir, por falta de motivación.
El saber estudiar es el tercer factor importante para alcanzar buenos rendimientos. Puede ocurrir que un alumno tenga la inteligencia suficiente y dedique bastante tiempo al estudio, pero los resultados son bajos e incluso fracasa. Probablemente se debe a que emplea unas malas técnicas de estudio. De ahí el desfase entre trabajo y rendimiento.
Además de estos factores importantes hay otros a tener en cuenta como el tener los conocimientos previos bien asimilados, dedicar el tiempo suficiente al estudio y utilizar los instrumentos adecuados, como libros de texto, diccionarios, atlas, etc.
Podemos hacer poco para mejorar la inteligencia, pero sí podemos mejorar la motivación y sobre todo las técnicas de estudio. Hay unas técnicas generales que han sido contrastadas por la experiencia o por los conocimientos teóricos y experimentales de la Pedagogía y la Psicología.
Las técnicas de estudio son un conjunto de acciones y estrategias que realiza el estudiante para comprender y memorizar conceptos y contenidos de las diversas asignaturas. Estas acciones y estrategias son las que suelen utilizar los alumnos que consiguen buenos resultados académicos.
Algunos chicos suelen objetar que ya tienen su sistema de estudio y no necesitan otro. A veces comparo la actividad del estudio con la forma de escribir a máquina. Podemos distinguir dos formas básicas de hacer esta actividad: escribir con un dedo de cada mano y mirando al teclado y escribiendo con todos los dedos y sin mirar a las teclas. En la primera forma se escribe sin método, con mucho movimiento de las manos y bajo número de pulsaciones por minuto. El que escribe con todos los dedos aprendió con método, sus pulsaciones son mucho más altas y es probable que supere al anterior en cualquier oposición a la que se presenten. Lo mismo ocurre con el estudio: se puede estudiar con un sistema personal o siguiendo unas técnicas de estudio que han sido experimentadas y con una validez contrastada en muchos estudiantes.
Para conseguir estas técnicas o estrategias es conveniente asistir a un curso específico que suelen impartir los Departamentos de Orientación de los Institutos y Colegios. Para los estudiantes que tienen acceso a un ordenador, pueden seguir este curso con un programa informático sobre este tema, como el que se describe ampliamente en la página web de Aplicaciones didácticas: www.aplicaciones.info/utiles/tecnicas.htm
El objetivo de estos cursos es conocer las técnicas y llevarlas a la práctica para estudiar con eficacia y conseguir la necesaria autonomía personal en el estudio.
En estos cursos se suelen tratar estos temas:
1. Elaboración de un horario de trabajo semanal o diario. Este horario debe ser sobre todo factible, estar adaptado a las circunstancias cambiantes y cumplirse de forma más o menos regular.
2. Lectura comprensiva del texto. Nunca se debe aprender de memoria algo que no se comprende perfectamente. Para ello habrá que leer atentamente el texto las veces necesarias hasta conseguir un nivel de comprensión satisfactorio. Si no se entiende alguna palabra, acudir al diccionario.
3. Subrayado de las ideas más importantes. Se marcarán con color rojo, azul, lápiz, rotulador o marcador fluorescente las palabras clave o las frases más significativas de las ideas principales del texto.
4. Esquemas. Una vez subrayadas las ideas principales es necesario organizarlas mediante el resumen, el esquema (numérico o mixto) o el cuadro sinóptico. Es conveniente que el estudiante sepa hacer con soltura estas formas de estructurar las ideas principales, y más tarde le será de gran ayuda a la hora de retener y recuperar la información.
5. Memorización. En esta fase hay que retener el esquema, resumen o cuadro sinóptico que se ha hecho de la lección. Para comprobarlo tapar el texto y repetirlo las veces necesarias hasta que se domine perfectamente. Se trata de retener las ideas no las mismas palabras. Conviene hacer varios repasos antes del examen.
6. Preparación de exámenes. Además de memorizar las ideas hay que saber expresarlas tanto de forma oral como escrita. En los exámenes conviene seguir estas indicaciones: leer con atención las preguntas, elaborar un pequeño esquema de uso personal, procurar contestar con frases bien construidas, usar todo el tiempo disponible y emplear el que sobre en repasar la ortografía.
Para aprender a estudiar no basta con conocer las técnicas descritas y otras que se relacionan en los cursos, es necesario ponerlas en práctica diariamente en todas las asignaturas posibles hasta conseguir el hábito de aplicarlas con naturalidad. La combinación de teoría y práctica hará que mejore el rendimiento escolar.
Arturo Ramo
B) Planificar el estudio
El éxito en los estudios depende en gran medida de una buena planificación. Los estudiantes que destacan no son habitualmente los más inteligentes, sino aquellos que saben planificar su trabajo, aplican un buen método de estudio, están motivados y tienen mucha confianza en sí mismo.
La planificación del estudio permite obtener mejores resultados y hacer más llevaderos los estudios evitando, en gran medida, los temidos momentos de agobio. Para ello hemos de tener la firme voluntad de llevar a cabo esa planificación y ponerse a estudiar de forma planificada. Para ello es imprescindible querer de verdad hacerlo sin escatimar esfuerzos, tiempo, dedicación e ilusión.
Hay que desengañarse, sin esfuerzo y disciplina personal pocas cosas lograremos en nuestra vida. Recurramos a un ejemplo claro: estarás de acuerdo en que ningún atleta alcanzará el éxito sin entrenar dura mente día a tras día. Con el estudio ocurre lo mismo.
Está más que demostrada la necesidad de estudiar de forma planificada, de manera constante y ajustándose a un horario (similar a los hábitos de trabajo impuestos por la sociedad). El trabajo eficaz para aprobar el curso es el que se hace de manera regular y continuada. Hay que tener en cuenta que las principales limitaciones de la eficacia en el estudio son:
1º.La desorganización (del tiempo, del material, del espacio, etc.), que supone descuidos, falta de planificación del tiempo y, en definitiva, irresponsabilidad.
2º.La inconstancia en el trabajo privado o en la asistencia a clases.
3º.La superficialidad: hacer las cosas para salir del paso, para cumplir sin más (asistir a clases como un mero espectador, leer de forma pasiva, atender más a cómo dice las cosas el profesor que a lo que dice, etc.).
4º.La distracción por falta de concentración: si hacemos las cosas superficialmente perdemos el tiempo, rendimos poco y nos cansamos excesivamente; las distracciones dependen, generalmente, del desinterés o de una mala comprensión de lo que se estudia (cuando lo que se lee o se escucha sólo se ve o se oye, sin buscar su significado, su sentido).
Todo buen estudiante debe planificar el tiempo de estudio; de no ser así, perderá mucho tiempo y eficacia. El confeccionar un horario te ahorrará esfuerzo y tiempo: sin él perderás mucho tiempo indeciso/a en determinar qué vas a estudiar, cuándo lo harás, qué material utilizarás, etc. Se trata de hacer cada cosa en su momento, con regularidad: clases, estudio privado, deporte, ocio.
Para elaborar tu horario de estudio debe considerar los siguientes aspectos:
A) Confecciona tu horario a partir de las horas fijas (trabajo, comidas, dormir, clases, otras actividades, etc.), procurando aprovechar todas las que te queden libres, aunque sean breves espacios de tiempo.
B) Se recomienda como mínimo una hora de estudio por cada hora de clase, aunque ello dependerá de las dificultades que la materia tenga para usted. Ello implica, al menos, dos o tres horas de estudio privado diario; intenta estudiar el mayor tiempo posible y recuerda la importancia de estudiar un poco más cada semana, cada mes.
C) Dedica a cada asignatura un tiempo proporcional a su dificultad e importancia de cara a aprobar los exámenes.
D) Distribuye el tiempo de estudio personal por materias concretas. Es decir, no basta poner: «estudio de 6 a 9»; hay que tener claro, por ejemplo: de 6 a 7 Ciencias Sociales; de 7 a 8 Matemáticas; de 8 a 8:30 Religión;8:30 a 9 Tecnología, etc. Evitamos dudas sobre qué estudiar, no dedicaremos más tiempo a las materias más fáciles o agradables y distribuiremos mejor el tiempo dedicado a cada asignatura: es mejor estudiar cada materia en varias sesiones cortas a lo largo de la semana, que un solo día en una sesión larga.
E) No pongas juntas asignaturas similares. Procura alternar las materias de manera que sean diferentes las que estudie seguidas. Por ejemplo, Matemáticas-Lengua y Literatura, Física y Química-Ciencias Sociales, etc.
F) Las sesiones de estudio para una misma materia no deberían exceder de hora y media seguida, salvo en caso de examen. Es bueno un pequeño descanso y, luego, cambiar de materia o actividad, dejar de estudiar y hacer test, deberes, etc.
G) Procura estudiar cada día las materias que te explicaron en clase, lo más cerca posible de la explicación. Si no asistes a clase, estudia todas las materias a diario.
H) Dedica un tiempo al repaso: cada día antes de acostarte, dedica que un tiempo a refrescar lo estudiado durante el día y en sesiones anteriores.
I) Es imprescindible dedicar a diario un rato a distraerse, hacer ejercicio, etc. aunque posiblemente esté de más recordártelo.
J) Estudia siempre a las mismas horas. Estudiar siempre a la misma hora y en un mismo lugar favorecerá el nivel de concentración y el rendimiento, ya que irá creando en ti un hábito, una necesidad inconsciente de estudiar.
K) Procura ser rígido con la planificación. Cumple el horario hasta crear un hábito, haz que las horas dedicadas a estudiar sean inamovibles. Confecciona un horario de estudio semanal y ponlo por escrito; colócalo en un lugar visible y cúmplelo a rajatabla. Si te falta tiempo para estudiar lo previsto, amplía el tiempo dedicado a estudiar; si te sobra tiempo, aprovéchelo para repasar, contestar cuestionarios, elaborar preguntas, etc.
L) Asegúrate de que estudias un número de horas suficiente como para aprobar los exámenes, sin agobios y prisas de última hora.
M) El alumno no debe estudiar cansado, por tanto, descansa cuando dejes de estudiar (entre materia y materia) y cuando te sientas agotado. Para descansar, cambia de actividad intelectual o haz un cambio mental total, procurando relajar los músculos y los sentidos, o, simplemente, estar un rato sin hacer nada.
El tener un horario de estudio tiene las ventajas de ayudar a concentrarse rápidamente y a no divagar, y ayudar a crear el hábito de estudio. A casi todos nos resultará familiar el caso del estudiante bienintencionado que decide empezar a estudiar a las cinco de la tarde, y comienza por sentarse en su escritorio y organizar con cuidado todos los elementos que va a necesitar durante el estudio. Una vez que lo tiene todo organizado aparece el primer pretexto: recuerda que por la mañana no le dio tiempo a leer ese artículo del periódico que parecía tan interesante. Piensa que, si se propone estudiar, es mejor que elimine todas las pequeñas interferencias antes de poner mano a la obra. Abandona, pues, su escritorio, empieza a hojear el periódico y descubre que hay más artículos interesantes de los que había pensado. Accidentalmente descubre la guía de programas de televisión, y aprovecha para planear la primera interrupción de la tarde, un programa que dure aproximadamente de siete y media a ocho. Encuentra el programa en cuestión y descubre que empieza a las seis y media. Llegado a ese punto, piensa: “bueno, he tenido un día difícil, falta poco para que empiece el programa, me hace falta un descanso, después me pondré a estudiar...”.
Un posible horario de estudio podría ser:
TIEMPO GRADO DE DIFICULTAD MATERIA
1 h. a 45 min. Materia fácil o agradable Religión, Plástica…
10 a 5 min. Descanso
1,30 h. a 1 h. Materia difícil Física y Química, Matemáticas, Historia, Arte…
15 a 10 min. Descanso
1,45 h. a 1,30 h. Materia más difícil Hacer ejercicios, revisar temas para el próximo día…
FIN DE LA SESIÓN
Además, hemos de distribuir la tarea de estudio a partir del temario completo que tendrá que abordar a lo largo del curso, por Unidades Didácticas:
Para ello es necesario:
· Conocer programa de asignaturas, material y fechas de examen.
· Considerar el tiempo real del que dispone.
· Delimitar objetivos.
· Distribuir equilibradamente nº temas/semana/mes antes de los exámenes.
Insistimos en que es fundamental estudiar unas cuatro horas al día todas las materias. Cuando el alumno llega del colegio a su casa, después de comer, ha de dedicar una hora y media al descanso para, a partir de las 4 ó 5 de la tarde, ponerse a estudiar y a realizar las tareas del próximo día. La jornada de preparación de las asignaturas por parte del alumno irán, pues, de 4 a 8 de la tarde o de 5 a 9. No es conveniente que prolongue más el tiempo del estudio ya que acabaría agotado y el grado de asimilación de la materia sería muy bajo.
Además, el estudio diario debería constar de los siguientes momentos:
A. Confección de unos buenos apuntes lo más cerca posible de la explicación, tomados en clase, o durante la sesión de estudio privado.
B. Estudio de la materia prevista para el día en la planificación.
C. Comprensión perfecta.
D. Memorización.
E. Realización de tareas: síntesis, preguntas, peticiones del profesor, etc.
F. Repaso, revisión de lo que estudiará el día siguiente.
G. Repaso de lo estudiado en el día de hoy y lo que corresponda, en función del calendario de repasos, de días anteriores.
El estudio diario, siento decirlo, es casi obligatorio. No consiste en estar delante de los libros dos o tres horas todos los días. Consiste en ver nuestras propias necesidades, analizar en que campos o temas tenemos más problemas, cuales son las prioridades inmediatas (exámenes, y trabajos, presentaciones, etc.), y a partir de ahí confeccionarnos un horario de “trabajo” diario. Sí, digo bien, “trabajo” ya que debemos concienciarnos que el estudio, hasta llegar al período laboral social, es nuestro verdadero trabajo y lo debemos ver, o por lo menos intentar, como algo inherente a nosotros mismos que va a facilitar, con toda seguridad, nuestra posterior vida laboral.
Para poder llevar adelante un buen plan de estudio hay que acostumbrar se a seguir siempre un orden. Para ello conviene tener en cuenta:
1. Comenzar a estudiar con decisión (tan pronto como uno se siente en la silla). En cuanto uno se sienta a estudiar, debe desencadenarse en el cerebro el reflejo de que comienza ya la sesión de estudio, sin más preámbulos. Así, la actividad intelectual se pondrá en marcha de forma automática, sin esfuerzo.
2. Es aconsejable comenzar a estudiar un tema por su aspecto más fácil y agradable o que ofrezca más interés. A medida que se va profundizando en los contenidos, será más fácil acceder a lo que entraña una mayor dificultad.
3.Los puntos más difíciles deben abordarse cuando el nivel de atención y concentración sea máximo.
4.Dejar los trabajos sencillos que no necesitan mucha atención para cuando se esté más cansado: dibujar, pasar apuntes en limpio, hacer trabajos manuales...
5. Descansar periódicamente. El estudiante normal necesita descansar cada cincuenta o sesenta minutos. Tras la primera hora de estudio, cinco minutos son suficientes para hacer unas cuantas respiraciones profundas frente a la ventana, desentumecer los músculos, estirar las extremidades, hacer algunas flexiones, beber un vaso de agua....A partir de la segunda hora de estudio, el tiempo de descanso deberá ampliarse a quince, veinte, o treinta minutos. No conviene dejar la sesión de estudio cuando haya una cuestión muy difícil que no se ha logrado resolver, sino en algún aspecto de interés y agrado que haga fácil la reanudación del estudio.
Hemos de dividir el tiempo de estudio en cuatro etapas:
1) Exploración.
2) Adquisición.
3) Fijación y repaso.
4) Autoevaluación.
Podemos también mejorar nuestra memoria sobre nueva información con interrupciones en nuestras sesiones de aprendizaje. Si lo hacemos así, nos aprovecharemos de los siguientes “efectos especiales” descubiertos por los psicólogos:
· Recordamos más de la primera parte de una sesión de estudio. Esto se conoce como Efecto de primacía.
· El material aprendido durante el final de una sesión de aprendizaje también se recuerda mejor después. Esto se denomina Efecto reciente.
· Si interrumpimos un período de aprendizaje, automáticamente aumentamos nuestra memoria. A esto se le llama Efecto Zeigarnik.
· Unos pocos minutos después de aprender algo nuevo, la memoria a menudo aumenta durante un corto período de tiempo. Esto se conoce como Efecto reminiscencia.
Si intentamos aprenderlo todo en una sola sesión larga, sólo nos beneficia remos del efecto de primacía y del reciente, de ninguna manera de los otros dos. Si la sesión se divide en algunos períodos más pequeños, con interrupciones entre ellos, conseguimos aprovecharnos de los cuatro fenómenos naturales.
Benedicto Cuervo
C) Dificultades en el estudio
Se comenta repetidamente en la prensa y en la opinión pública el grave problema del fracaso escolar de los estudiantes y los bajos resultados en las pruebas de evaluación internacionales.
Actualmente los chicos encuentran diversas dificultades en el estudio y necesitan la ayuda de los padres y profesores para superarlas. Podemos destacar la falta de interés por alguna asignatura, la falta de un ambiente de estudio, la falta de un horario y la ausencia de técnicas de estudio.
Una dificultad es la falta de interés por alguna materia de estudio, es decir, no encuentran sentido a lo que estudian. Suelen preguntarse: ¿y esto para qué sirve? ¿qué me aporta de nuevo? Ante una asignatura que no gusta al estudiante o no le encuentra sentido, es difícil que aplique en serio su fuerza de voluntad y se ponga a estudiar con puntualidad. Por eso los padres y profesores han de buscar razones para ver el lado positivo y enriquecedor de la asignatura y de todo contenido cultural.
Otro inconveniente para el estudio es la falta de un clima o ambiente positivo para concentrarse, comprender las materias, reflexionar y memorizar los contenidos. Para hacer todo esto hace falta un lugar adecuado, un silencio completo y a ser posible el ejemplo de otros estudiantes. Estas condiciones parece que se encuentran en las bibliotecas y salas de estudio de universidades, colegios mayores y centros culturales. También los padres han de poner todos los medios para que en la casa el chico pueda encontrar un ambiente positivo de estudio en su propia habitación, evitando cualquier tipo de ruido, como teléfonos, radio y sobre todo sin televisión.
Algunos estudiantes no saben organizar su trabajo y les falta un horario de estudio, que sea flexible. Es importante tener fijada una hora para empezar a estudiar y poner toda la fuerza de voluntad para llevarlo a cabo. También es positivo hacerse una lista de tareas a realizar en esa sesión, con las lecciones a estudiar, los ejercicios de los deberes para casa o preparación de exámenes. Una vez hecha la lista, se ordenan los apartados y se empieza a trabajar.
Por último, la falta de unas técnicas de estudio suele ser un a dificultad importante para alcanzar buenos rendimientos. Aunque cada estudiante tiene su forma personal de estudiar, es aconsejable dominar unas formas generales de estudio. Los pasos habituales son la lectura comprensiva, el analizar el texto buscando las ideas principales (mediante el subrayado), organizar esas ideas (con un esquema o resumen) y memorizar todo el contenido. En los centros de enseñanza y en internet se pueden encontrar cursos de técnicas de estudio eficaces.
Todo el esfuerzo de padres, profesores y alumnos dirigido a resolver las dificultades anteriores será muy positivo para erradicar la lacra del fracaso escolar y conseguir el éxito personal y profesional al que todos aspiran.
Arturo Ramo
D) Errores que cometen los alumnos al estudiar
El desconocimiento de técnicas eficientes para estudiar o la no aplicación de las mismas, lleva a los alumnos a cometer serios errores, cuyo resultado, la gran mayoría de las veces, es una mala calificación. Los errores que cometen con mayor frecuencia al estudiar serían, desde mi punto de vista, los siguientes:
1. Faltar, no ser puntual o no prestar atención en clase. La no asistencia a clase da lugar a que el alumno tenga serias lagunas y que no pueda llevar al día la asignatura teniendo que preguntar a sus compañeros por el tema que han visto en clase, ejercicios realizados y tareas pendientes. La no asistencia a clase origina una importante pérdida de tiempo. Hay que pedir los apuntes a algún compañero, fotocopiarlos, en tenderlos (hay letras ilegibles), resolver las dudas, etc. Todo ello lleva mucho más tiempo que tener uno sus propios apuntes y haber oído la explicación del profesor. Tendrá que partir de cero en su preparación sin haber tenido opción a preguntar las dudas al profesor. Hemos de asistir, por tanto, a clase y prestar atención, tomando notas durante la clase; esto hace que la capacidad retentiva del alumno aumente hasta en un 75 %. Este será el punto de partida que ha de observar un buen estudiante, la atención a las explicaciones del profesor hará que el alumno se entere del tema y que no parta de cero a la hora de prepararlo por su cuenta y, además, tendrá la posibilidad de preguntar las dudas al profesor y así clarificará los conceptos que no ha en tendido.
La falta de puntualidad provoca la interrupción de la clase y el tener que esperar a que el alumno tome asiento y prepare el material de clase lo que provoca el corte de la actividad escolar durante unos minutos y tener que volver a explicar lo que los demás alumnos ya habían visto. El llegar tarde a clase es una mala costumbre que, si se mantiene en el tiempo, puede generar problemas a ese alumno cuando tenga la edad de trabajar y llegue tarde a la empresa.
2. Intentar aprender toda la materia un día antes del examen. Muchos alumnos nos dicen que todavía tienen tiempo de preparar el examen:“Ya estudiaré cuando llegue el examen”… Este es un enorme error. Si estudia cada día, cuando llegue el momento del examen sólo tiene que repasar conocimientos ya adquiridos, recordar lo que ya se sabe. Este grave error de no llevar al día la asignatura, lo cometen aquellos alumnos que por lo general no estudian nada, hasta que tienen encima las fechas de exámenes. El problema es que tienen que estudiar en un día los temas que se vieron durante varias semanas de clase y es prácticamente imposible el poder preparar todos los temas por lo que el alumno se verá obligado a no estudiar algunos de ellos o a intentar copiar en el examen por diversos métodos.
Las 24 horas previas a un examen debes dedicarlas a preparar el material necesario para dar la prueba, a controlar los nervios, descansar lo debido y motivar tu entusiasmo y positivismo para que las horas de estudio previas, den finalmente sus frutos.
3. Intentar memorizar el contenido de los libros, sin comprender lo que dicen. Lo importante es entender lo que el autor trata de decirnos y ser capaces de explicarlo con nuestras propias palabras. No hemos de perder el tiempo buscando mentalmente la misma palabra del libro, debemos de ser ágiles y sustituirla por otra de significado similar.
A medida que vamos adquiriendo ciertos conocimientos, comienza un proceso que conduce a la memorización de esa información. Esto se consigue mediante el desarrollo de las siguientes fases:
Comprensión: supone la observación a través de los sentidos y entender esa información.
Fijación: se adquiere con la repetición. Es imprescindible fijar antes de recordar una información que nos interesa.
Conservación: esta fase está en función del interés, la concentración y el entrenamiento de la persona, y de todos estos factores dependerá el modo en que se memoriza.
Hemos de procurar que lo estudiado y memorizado no se nos olvide rápidamente; teniendo presente que las principales causas del olvido son:
· La falta de concentración.
· Poca o mala compresión de lo estudiado.
· Ausencia de repasos o repasos tardíos y acumulados.
· Estudio superficial y pasivo, con poca reflexión y esfuerzo.
4. Estudiar acostado o mal sentado en la silla. Si estudias en la cama o sofá, lo más seguro es que te quedes dormido a los 15 minutos y pierdas el ritmo de trabajo. Por otro lado hemos de sentarnos correctamente para evitar dolor de espalda, lumbago o incluso desviación de la columna vertebral.
Las largas jornadas de estudio obligan a estar sentados frente a un libro o el ordenador durante muchas horas, y las sillas son la principal razón para el dolor de espalda. Este es un mal que afecta a ocho de cada diez personas.
Vijay Vad, explicó la relación fundamental de ese dolor con la postura; ya que mientras más se ignoren las malas posturas peor se vuelven ellas y el dolor de espalda. No hay que dejar de lado que la espalda tiene tareas primordiales que van desde sostener el cuerpo y permitir el movimiento hasta contribuir al equilibrio y proteger la médula espinal.
Las causas comunes de los dolores de espalda están relacionadas con las articulaciones y los tejidos blandos de la espalda. Algunos factores de riesgo están relacionados con la estatura, el sobrepeso o la obesidad, el consumo de cigarrillos, y poca fortaleza lumbar y aeróbica. Además, las personas con un exceso de estrés pueden tener un riesgo elevado de padecer dolores lumbares.
Alguna recomendaciones para evitar estas dolencias cuando se requieren muchas horas en un silla son:
· Tomar pequeños descansos regulares para hacer estiramientos que impliquen al menos un minuto cada hora.
· Sentarse derecho en una silla en la que se apoye la parte inferior de la espalda. En los ordenadores, al utilizar el teclado, ajustar la silla de tal forma que los antebrazos queden horizontales y los codos en ángulo recto y los pies sobre el piso.
· Dentro de lo posible hay que mezclar las tareas para no hacer los mismos movimientos durante horas.
Los especialistas coinciden en que si bien no existe una cura para el dolor de espalda, la gente sí puede aprender a manejarlo. La práctica de la natación también mejora sustancialmente el dolor de espalda.
5. Estudiar escuchando música y entretenerse con el móvil. Esta es una práctica bastante arraigada entre los jóvenes de hoy, estudiar escuchando a tu grupo musical favorito o estar pendiente del chat con tus amigos. Sin embargo, los expertos opinan que lo mejor es estudiar en silencio puesto que estudiar con música o chateando con los amigos no solo crea adicción sino que desconcentra al estudiante, bajando su rendimiento y perjudicando la capacidad del cerebro para realizar tareas de memoria.
Recientemente un equipo de investigadores de la Universidad de Gales, en el Reino Unido, concluyó que la práctica de escuchar música mientras se estudia perjudica la capacidad del cerebro para realizar tareas de memoria. Por eso, los expertos recomendaron que cuando se realiza una tarea mental que implique un desafío, como en el caso de los estudiantes que están preparándose para un examen, hay que hacerlo en silencio.
Hemos de procurar seguir los buenos hábitos y apartarnos de los ma los (fumar, comerse las uñas, hablar demasiado sin escuchar, dejar todo para después o echarle la culpa a los demás). Los buenos hábitos serán la clave del éxito en todas las áreas de tu vida. Hoy los puedes aplicar como estudiante pero el día de mañana también te servirán como trabajador, profesional, empresario o padre de familia. Si deseas tener éxito, lo podrás lograr llenándote de buenos hábitos que te encaminen hacia ese objetivo.
No bastará con que los conozcas, ya que deberás ponerlos en práctica todos los días hasta lograr arraigarlos. Los hábitos se adquieren a través de la repetición constante de los actos. En definitiva para tener éxito en los estudios has de tener en cuenta lo siguiente:
1. Organiza tu tiempo, elaborando un plan de actividades diarias.
2. Presta atención al profesor durante la clase y toma nota de lo más importante (ojo, no se trata de intentar copiar todo lo que diga).
3. Estudia todos los días, a ser posible a la misma hora y en el mismo lugar.
4. Utiliza alguna técnica para estudiar (subrayado, resúmenes, es quemas).
5. Ten siempre una actitud positiva ante la vida, incluso ante los problemas (con eso vencerás los malos hábitos del miedo, el desaliento y la derrota).
Benedicto Cuervo
Tertulia dialogada.
Escribir las dudas sobre este texto y dos ideas interesantes. Contestar por escrito a estas cuatro preguntas y llevarlas después a la reunión general de la tertulia:
1. ¿Cómo deben estudiar los chicos?
2. ¿Cómo hacer un buen horario de estudio?
3. ¿Cuáles son las dificultades más frecuentes del estudiante?
4. ¿Cuales son los errores más frecuentes de los chicos al estudiar?
Bibliografía:
Gerardo Castillo Ceballos. Los estudios y la familia. Editorial Palabra
Gerardo Castillo Ceballos. ¿Sabemos aprender?. Editorial EUNSA
Enlaces de Internet:
Curso de técnicas de estudioIntegración del contenido del aprendizaje
Fijación del contenido del aprendizaje
El estudio en las diferentes edades
Estudiar con eficacia: ¿Cómo hacer un resumen?
Estrategias de estudio y estudiantes de secundaria eficaces
El estudiante y la gestión del tiempo
Ejercicios interactivos de trabajo
Ejercicios interactivos de fortalecer la voluntad
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