30. La educación familiar |
A) Principios generales de educación
Los padres necesitan para educar a sus hijos un verdadero y sincero amor a los pequeños. La educación requiere una parte de ciencia pedagógica, mucho sentido común y mucho amor. Sin embargo, el aplicar un principio pedagógico no siempre produce un resultado apetecido porque cada chico es distinto y ningún libro nos puede explicar ese caso concreto. Habrá que tener en cuenta el temperamento, la edad y las circunstancias de cada chico.
Será el amor de los padres el que les ayude a descubrir cual es el mejor momento para hablar y para callar, para ayudarle en los deberes, para jugar con él y para responder a sus preguntas inoportunas.
En algunas ocasiones habrá que dejarles en libertad y en otras intervenir con decisión para resolver un problema. El amor permite conocer a las personas y circunstancias y actuar en consecuencia.
La cosa más importante que necesitan los padres es que sus padres se quieran y estén unidos. A veces los padres querrían para sus hijos que tuvieran de todo: dinero, juguetes, alimentos sanos, vacaciones, diversiones, etc. con la preocupación fundamental de que no les falte de nada. Pero lo primero que necesita el hijo para ser educado es que sus padres se quieran entre sí. El cariño de los padres es lo que trajo los hijos al mundo y lo que les permitirá educarlos.
Es fundamental que ambos cónyuges tengan criterios comunes y acordados para educar a sus hijos: no permitir uno de ellos lo que el otro prohíbe y evitar frases como éstas: "esto no se lo digas a papá (o a mamá)".
Cada esposo debe engrandecer la figura del otro ante los hijos y evitar por todos los medios las discusiones matrimoniales delante de los chicos.
Antes hemos considerado que para educar a los hijos los padres han de quererlos sinceramente y desear para ellos lo mejor. También hemos visto la importancia del amor de los esposos entre sí y los criterios comunes de educación.
Pues bien, el fin de la educación es que los hijos, a su vez, vayan aprendiendo a querer, a amar.
Toda la vida del hombre debe confluir a desarrollar el amor y en caso contrario, la vida no tiene sentido. Por tanto, la tarea educativa de los padres ha de dirigirse a incrementar la capacidad de amar de cada hijo y evitar todo lo que le haga egoísta, cerrado en sí mismo y sin capacidad de perseguir el bien para los demás.
Arturo Ramo García
B) Recomendaciones educativas
Los niños observan e imitan a las personas que quieren y admiran, especialmente a los padres. Además perciben todas las palabras y acontecimientos del entorno aunque estén en sus juegos o en otras ocupaciones. Todo lo captan y aprenden de ello. Por eso, los padres educan o deseducan con su ejemplo.
Además del ejemplo tiene un gran valor pedagógico: las acciones positivas de los mayores le confirman en su educación y le animan a seguir en esa dirección.
El niño trata de llevar a la práctica la opinión que se tiene de él, tanto positiva como negativa y a no defraudar a las expectativas. Por eso es mejor animar y gratificar a lo que hace bien, que criticar y acusar de lo que hace mal.
Especialmente hay que animar y elogiar más el esfuerzo que ha puesto en su trabajo que el resultado obtenido. Por eso es poco educativo premiar las buenas calificaciones.
No basta con que al niño se le quiera, se le anime y se le dé buen ejemplo. Hace falta que los padres ejerzan su autoridad y los chicos aprendan a obedecer. El niño necesita conocer la frontera entre la conducta positiva y negativa. Los padres y educadores han de señalizar claramente el bien del mal. Incluso los niños cuando juegan se marcan reglas que se comprometen a cumplir.
No se puede educar sin ejercer la correcta autoridad, que no es autoritarismo, y exigir la obediencia de los pequeños desde el momento en que empiezan a entender lo que se les pide.
Pero siempre es necesario explicar los motivos de las indicaciones dadas dejando claro lo que los niños deben hacer o evitar. Pero a veces los padres no ejercen su autoridad y no saben bien si imponerse o abajarse a pactar y dejar hacer. A veces tienen miedo a perder el cariño de los hijos o a crear algún trauma en su personalidad. Pero la falta de autoridad crea hijos tiránicos, malcriados, habituados a sobresalir y a no obedecer cuando no tienen ganas.
También el modo es importante: mejor que dar órdenes secas o malhumoradas, es preferible pedir las cosas por favor, con actitud serena y confiando en la obediencia.
La tarea de los padres consiste en que los hijos descubran su libertad y aprendan a usarla correctamente. ¿Quién es auténticamente libre? El que hace el bien porque quiere hacerlo, por amor a lo bueno. Por otra parte, quien obra de forma incorrecta va perdiendo su libertad. Educar en la libertad es ayudar a distinguir lo que es bueno para la propia felicidad y para los demás y animar a realizar las elecciones sucesivas, siempre por amor.
Una cosa es educar la libertad y otra consentir en todos los caprichos de los pequeños. Se malcría a los chicos cuando se les dan demasiados elogios y cuando se cede a los caprichos que piden. Por eso, frente a los caprichos de los niños no se debe ceder. En un primer momento se pueden enfadar pero habrá que esperar a que pase la pataleta y, manteniendo una actitud serena y firme, dar las razones de sus peticiones inadecuadas.
Es positivo conceder, con prudencia, cierta autonomía a los hijos pues esto contribuye a educarlos en la responsabilidad. Hay que ayudarles a que se pregunten el porqué de su comportamiento concreto. Esto les hará comprender su hay en sus intenciones algo de envidia, soberbia, injusticia, etc.
Arturo Ramo García
C) Aspectos relevantes
En muchas ocasiones es la madre la que toma la responsabilidad del cuidado de la casa, de la alimentación y la educación de los hijos. Esto produce en muchos casos un sentimiento de frustración en la mujer y puede terminar en un sistema de monopolio materno. Se establece una relación madre-hijo que puede ser enfermiza y muy alejada del verdadero amor. Los hijos pueden organizar su vida como un juego de chantajes y adulaciones para conseguir sus caprichos y la madre se siente impotente para mantener la autoridad.
El padre, por el contrario, está como ausente de su responsabilidad como educador de sus hijos. Se suele refugiar en su trabajo y considera como antieconómico el dedicar su tiempo a la atención educativa de sus hijos. Piensa que esta tarea es más adecuada al instinto y la sensibilidad femenina. En ocasiones suele decir a los hijos: "Eso es cosa de tu madre. Pregúntaselo a ella".
Cuando los hijos sean mayores pueden responder a las peticiones y observaciones del padre con la indiferencia de un extraño.
Lo correcto será la presencia del junto a la de la madre para el crecimiento equilibrado de los hijos.
Actualmente los niños suelen recibir la información sexual por la televisión, Internet, revistas, la escuela y los amigos. El papel de los padres es insustituible para introducir a los niños en el origen de la vida y del amor humano. Nadie mejor que ellos podrán encontrar el momento oportuno, evitando posibles reacciones negativas en el ambiente erotizado de nuestra sociedad.
Los hijos podrán contar con naturalidad si alguien ha intentado seducirlos o les ha faltado al respeto. Muchas encuestas dicen que casi la mitad de los niños han sido víctimas de un abuso sexual sin que los padres lo sepan.
En la educación sexual habría que tener en cuenta estos cinco aspectos:
a) Anticiparse a la natural curiosidad del niño. Se les podría decir: ¿nunca te has preguntado cómo nacen los niños?
b) Adecuarse a la madurez de cada chico.
c) Que la información sea real y auténtica, sin recurrir nunca a las cigüeñas.
d) Hablar dentro del ambiente natural de la familia.
e) Informar del plan de Dios sobre el matrimonio.
Los padres son los primeros y principales responsables de la educación religiosa de sus hijos. Empezar por llevarlos a bautizar cuanto antes, con el fin de que los pequeños se beneficien de la gracia santificante que los hace hijos de Dios.
Los hijos aprenden estos valores:
a) El agradecimiento, siguiendo el ejemplo de Jesús que dijo: "Yo te doy gracias, Padre".
b) La amistad, porque Jesús dijo: "Os he llamado amigos".
c) El espíritu de servicio: "No he venido a ser servido sino a servir".
d) El perdón: "Padre, perdónales".
e) El amor a los demás: "Amaos unos a otros como yo os he amado".
f) La oración: "Padre nuestro".
g) Confianza y optimismo: "No tengáis miedo".
h) El amor a Jesús y a la Virgen.
i) Amar a la Santa Misa, como un encuentro con Jesús.
Los padres cuidarán la preparación de la primera confesión, la primera comunión y la confirmación. Actualmente han de regular con esmero el uso de la televisión, Internet y los multimedia.
Arturo Ramo García
D) Sugerencias educativas
Prestar atención a estos aspectos:
a) Que los padres tengan criterios comunes y consensuados en la educación de los hijos. No dar normas contradictorias y favorecer el prestigio del otro cónyuge.
b) Encontrar tiempo para hablar con los hijos y ayudarles en sus deberes y dificultades.
c) Ejercer la autoridad, que es espíritu de servicio y evitar el autoritarismo, que es afán de poder.
d) Exigir la obediencia y dar órdenes de forma amable.
e) Dar ejemplo en el uso de la televisión, Internet y en otros aspectos: orden, puntualidad, espíritu de trabajo, sinceridad, y no hablar mal del prójimo.
f) No ceder a los caprichos de los hijos, explicando los motivos.
g) Saber decir no y mantenerse en él, aunque no resulte fácil.
h) Conceder a los hijos la confianza necesaria, aunque algunas veces engañen a los padres.
i) Ayudarles a superar sus defectos con palabras de ánimo y no echarles en cara sus debilidades.
j) Favorecer el espíritu de iniciativa y dejar que resuelvan las dificultades por sí mismos.
Considerar estas sugerencias:
a) Exigir apoyándose más en el cariño que en las regañinas y en los premios.
b) En la familia ha de haber unas normas de convivencia, que han de ser pocas y se han de cumplir siempre. Con esto se mantiene la autoridad de los padres y los hijos aprenden a obedecer.
c) Cuando convenga regañar, hacerlo con justicia, claridad y brevedad, sin esperar que el chico reconozca de inmediato su culpa.
d) Evitar todo lo posible el dar premios materiales para no cultivar una moral utilitarista.
e) No echarles en cara sus defectos y fracasos escolares, sino elogiar el esfuerzo que hacen.
f) Distribuir encargos en los quehaceres de la familia.
g) Hacer que los chicos participen en las decisiones familiares y que propongan sugerencias positivas para el bien de la familia.
h) No hacer comparaciones entre los hijos.
i) Cuando se tenga que castigar hacerlo con moderación, sin perder la serenidad.
j) Las sanciones no han de ser el efecto del propio enfado o malhumor, sino que serán fruto de la reflexión ponderada.
Arturo Ramo García
Tertulia dialogada.
Escribir las dudas sobre este texto y dos ideas interesantes. Contestar por escrito a estas cuatro preguntas y llevarlas después a la reunión general de la tertulia:
1. De los métodos de regulación natural ¿cuáles son los más aconsejables?
2. Valoración de la eutanasia
3. Aspectos importantes de la educación de los hijos
4. ¿Cómo educar sexualmente a los pequeños?
Bibliografía:
Tomás Melendo y Joaquín Fernández-Crehuet. Planificación familiar natural. Editorial Palabra
Enlaces de Internet:
Las ventajas de la planificación familiar natural
Albert Camus pidió el bautismo ante de morir
Los principios básicos de la ley natural
Oscuros intereses políticos y económicos
Aberraciones o nuevos derechos humanos
La visión universalista de la ley natural
La ideología de género destruye la familia
Ejercicios interactivos sobre la planificación natural
Ejercicios interactivos sobre nacer y morir
Ejercicios interactivos sobre la educación según las edades
Ejercicios interactivos sobre la educación sexual
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