| El carro de fuego | 

Elías se subió a la cumbre del Carmelo mientras Ajab comía. Mandó a su criado que estuviera mirando hacia el mar mientras él oraba. Al rato dijo el criado que se divisaba una nubecilla en la lejanía. Elías le ordenó que avisara a Ajab para que emprendiera el viaje de regreso antes de que se lo impidiera la lluvia. Al poco rato se cubrió el cielo con nubes traídas por el viento, y empezó a llover en abundancia.
Jezabel, la esposa de Ajab, se enteró de la matanza de los sacerdotes de Baal y juró que mataría a Elías. De nuevo Elías tuvo que huir hacia el desierto y, alimentado milagrosamente, tuvo fuerzas para llegar hasta la montaña de Horeb. Allí permaneció en una cueva hasta que Dios le habló. Lo mandó a Damasco donde debía ungir al rey de Siria, al rey de Israel, y buscar a Eliseo para que fuera profeta en su lugar. En el camino se encontró con Eliseo que estaba arando y le echó al pasar el manto encima. Eliseo, dejando los bueyes, se fue tras él, dedicándose a su servicio.
Cumplidos otros diversos encargos que Dios le fue dando, salió Elías de Jericó; cruzó milagrosamente el Jordán, en compañía de Eliseo, y andando por el camino pasó un carro tirado por caballos, todo de fuego; se subió a él y, así, en un torbellino de fuego subió Elías al cielo.
(I Reyes 18, 30-46; 19; II Reyes 2)
(Texto adaptado por D. Samuel Valero. Biblia infantil. Editorial Alfredo Ortells, S.L. Valencia. página 114)
|  | SUGERENCIAS METODOLÓGICAS Objetivo.- Ser valiente ante las dificultades y pedir la fortaleza a Dios.    Contenido.-
El profeta Elías, huyendo de Jezabel, se dirigió al Horeb, el monte santo.
Durante el largo y difícil viaje se sintió cansado y deseó morir. Basta,
Yahvé. Lleva ya mi alma, que no soy mejor que mis padres. Y echándose allí,
se quedó dormido. Pero el Ángel del Señor le despertó, le ofreció pan y
le dijo: Levántate y come, porque te queda todavía mucho camino. Elías
se levantó, comió y bebió, y anduvo con la fuerza de aquella comida
cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios. Lo que no hubiera
logrado con sus propias fuerzas, lo consiguió con el alimento que el Señor le
proporcionó cuando más desalentado estaba. (Fernández Carvajal, Francisco. Hablar con Dios. Tomo IV. Página 449. Ediciones Palabra.) Actividades.- 1. Cada alumno lee en voz baja el texto y contesta a estas preguntas: a) ¿A qué subió Elías al Monte Carmelo? b) ¿Qué pasó con la nubecilla? c) ¿Qué hizo Jezabel? d) ¿Qué le mandó Dios a Elías? e) ¿Qué pasó con Eliseo? f) ¿Cómo subió Elías al Cielo? 2. Escribir en la pizarra algunas contestaciones. | 
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de Teruel nº 141, de 29-IX-1999 | 
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