44. La enseñanza




   A) La actividad de los alumnos

La actividades de un centro educativo se resume en actividades de aprendizaje que permitan la incorporación eficaz al mundo de la cultura y de la técnica y en actividades de orientación en las que se desarrolla el criterio personal para hacer posible el uso responsable de la libertad.

   Los contenidos concretos y las técnicas educativas surgen de la consideración de que cada estudiante es una persona y, por tanto, en él se encuentran las características siguientes:

    a) Es principio de actividad.

    b) Es un ser singular.

    c) Es un ser abierto.

    d) Es un ser autónomo.

    e) Es un hijo de Dios.  

   El hecho de que cada estudiante tenga en sí mismo el principio de su actividad, exige:

   * Que se dé prioridad al trabajo y al esfuerzo del estudiante, ya que son los principales medios de educación.

  * Que se fortalezca la idea de que el trabajo bien hecho es el medio común y ordinario para alcanzar el propio perfeccionamiento humano y sobrenatural y para contribuir al bien de la sociedad.

   * Que la actividad susceptible de ser realizada por el estudiante, no debe ser realizada por el profesor.

   * Que la actividad sea planeada rigurosamente y exigida su estricta realización, de tal suerte que los estudiantes adquieran hábitos y técnicas eficaces de cultura y de trabajo.

   * Que se procure el máximo desarrollo de las virtudes humanas, prestando especial atención al criterio recto, justicia, sinceridad, generosidad, compañerismo, confianza, reciedumbre, constancia, trabajo, sobriedad, orden sencillez y alegría.

   El hecho de que cada estudiante tenga una personalidad singular, distinta de los demás, obliga:

   * A que se programe el trabajo independiente para el estímulo y desarrollo de la actividad individual.

   * A evaluar el rendimiento de cada alumno en relación con sus posibilidades, de suerte que a quien pueda rendir mucho se le exija mucho.

   * A que la promoción de los alumnos no sea un acto administrativo sino un hecho natural que se produce ininterrumpidamente a lo largo de toda la vida escolar.

   * A que la programación y el agrupamiento de los alumnos sea lo suficientemente flexible para acomodarse a las condiciones particulares de todos y cada uno de ellos.

   * A que, junto con actividades de aprendizaje receptivo, se programen también actividades creativas.

    El hecho de que cada estudiante sea un ser abierto al mundo que le rodea exige:

   * Cultivar las virtudes sociales y cívicas, buscando en todo momento el fortalecimiento de los hábitos de adaptación social, de convivencia y de cooperación.

   * Que se procure un ambiente rico en estímulos culturales, intelectuales, técnicos, estéticos y éticos dentro del colegio.

   * Que las actividades del centro se programen en el marco de una organización, una didáctica y una orientación participativas.

   * Que se organice el trabajo participativo, tanto en equipos pequeños cuanto en grupos mayores, de suerte que se facilite al máximo la convivencia personal entre profesores y alumnos así como de los alumnos entre sí con el fin de que los estudiantes adquieran criterios y hábitos que les capaciten para la convivencia social eficaz y la vida de amistad.

   * Que el colegio sea una entidad abierta a las influencias de la familia y de la sociedad, y a su vez influya en ella.

   La autonomía personal que se reconoce a cada estudiante tiene como consecuencia:

   * Que se fomente la iniciativa propia de cada uno, educando en y para la libertad unida siempre a la aceptación de la consiguiente responsabilidad personal.

   * Que se estimule en los estudiantes la adquisición de un concepto claro de la libertad como expresión de la dignidad humana, ayudándoles a combatir la ignorancia y el miedo, principales obstáculos para obrar libremente.

   * Que, aparte de actividades obligatorias, se facilite la programación y realización de actividades optativas y libres.

   * Que se proporcione a cada estudiante, desde el momento mismo de entrar en el centro, ocasiones en las cuales pueda tomar decisiones y aceptar responsabilidades.

   * Que los alumnos tomen parte en algunos órganos de decisión que permitan la participación efectiva de los estudiantes en la programación, realización y gobierno de las actividades colegiales.     El hecho de que cada estudiante sea hijo de Dios obliga al colegio:

   * A despertar y desarrollar en las almas un profundo sentido de su filiación divina, fundamento espiritual de toda la vida, que debe llevar a vivir en la práctica un clima de oración y frecuencia de sacramentos.

   * A tomar conciencia de que todos los cristianos han recibido en el Bautismo una llamada de Dios a la santidad, mostrando las exigencias que esto supone en el plano de la vida ordinaria.

   Mediante el desarrollo de la persona como principio consistente de la actividad con las características de singularidad, apertura y autonomía, las actividades del colegio aspiran a que los estudiantes encuentren en ellas la satisfacción de su deseo de seguridad, de su sentimiento de dignidad y de su capacidad de comunicación.

   Fomento de Centros de Enseñanza. Manual Técnico del Profesor. Editorial Socusa

   B) La enseñanza

   Al ser el aprendizaje auténtico un conjunto de experiencias concretas de carácter reflexivo sobre los datos de la materia escolar, es evidente que la enseñanza auténtica consistirá en proyectar, orientar y dirigir esas experiencias concretas de trabajo reflexivo de los alumnos, sobre los datos de la materia escolar o de la vida cultural de la humanidad.

    Enseñar es, pues, fundamentalmente, dar a los alumnos oportunidad para manejar inteligente y directamente los datos de la disciplina, organizando, dirigiendo y controlando experiencias fructíferas de actividad reflexiva. En síntesis, “enseñar es dirigir con técnicas apropiadas el proceso de aprendizaje de los alumnos en la asignatura”. Es encaminarlos hacia los hábitos de aprendizaje auténtico, que los acompañarán a través de la vida.

    Siendo la enseñanza, en su más auténtica y moderna acepción, la dirección técnica del proceso de aprendizaje, es evidente que enseñar significa concretamente:

    a) prever y proyectar la marcha de ese proceso, imprimiendo una organización funcional al programa de trabajos y reuniendo el material bibliográfico y los medios auxiliares necesarios para estudiar la asignatura e ilustrarla.

    b) iniciar a los alumnos en el estudio de la asignatura, estimulándolos, proveyéndolos de los datos necesarios, orientando su razonamiento, aclarando sus dudas y fortaleciendo su progresiva comprensión y dominio de la materia.

    c) dirigir a los alumnos en actividades concretas, apropiadas y fecundas, que los conduzcan a adquirir experimentalmente un creciente dominio reflexivo sobre la materia, sus problemas y sus relaciones.

    d) diagnosticar las causas de dificultad, frustración y fracaso que los alumnos puedan encontrar en el aprendizaje de la materia, y ayudándolos a superarlas, rectificándolas oportunamente.

    e) ayudar a los alumnos a consolidar, integrar y fijar mejor lo que hayan aprendido, de forma que sean modificadas sus actitudes y su conducta en la vida.

   f) finalmente, comprobar y valorar objetivamente los resultados obtenidos por los alumnos en la experiencia del aprendizaje, y las probabilidades de transferencia de esos resultados a la vida.

    La dirección técnica del proceso de aprendizaje, o, más sucintamente, la técnica de la enseñanza, consiste en este “conjunto de actividades directoras” realizadas por el profesor con criterio y sentido de la realidad; la asignatura es solamente la sistematización del campo en que se realizan esas actividades. Es sólo una de las variables que componen la situación, muy importante, por cierto, pero no la única ni la principal.

    Luis Alves Mattos. Compendio de didáctica general (adaptación) Con la autorización de Editorial Kapelusz.

   C) Finalidades y objetivos

   Aristóteles asevera que “el conocimiento de la finalidad es de la mayor importancia y cuando nos proponemos alcanzarla, a la manera de los arqueros que apuntan hacia un blanco claramente fijado, estaremos en mejor situación para cumplir satisfactoriamente nuestra tarea”. Efectivamente, toda nuestra labor de educación y enseñanza sólo adquiere sentido y valor cuando se desarrolla teniendo en vista los fines y objetivos bien definidos y conscientemente propuestos.

    Los objetivos especifican, en términos concretos, las metas más particulares e inmediatas, de alcance directo, del trabajo del profesor en el aula.

   Las finalidades expresan, en síntesis, los resultados finales deseados. Los objetivos especifican las etapas necesarias y los pasos intermedios para conseguir, poco a poco, esos resultados finales.

   Estos objetivos o productos de aprendizaje se clasifican, a los efectos de la técnica docente, en tres categorías fundamentales:

    1ª categoría, los automatismos: hábitos, destrezas y habilidades específicas, ya mentales, ya verbales, que los alumnos deben adquirir.

    2ª categoría, los elementos ideativos o cognoscitivos: informaciones y conocimientos sistematizados, que los alumnos deben asimilar.

    3ª categoría, los elementos emotivos o afectivos: ideales, actitudes y preferencias de carácter seleccionado (típicos de los individuos educados o preparados para ejercer determinada función en la vida social), que los alumnos deben desarrollar.

 Luis Alves Mattos. Compendio de didáctica general (adaptación) Con la autorización de Editorial Kapelusz.

   D) Ciclo docente

   Ciclo docente es el conjunto de actividades ejercidas, sucesiva o cíclicamente, por el profesor, para dirigir, orientar y llevar a cabo felizmente el proceso de aprendizaje de sus alumnos. Es el método en acción.

   Vistas en conjunto, las actividades típicas de un buen profesor se reparten en tres grandes fases: planeamiento, orientación y control.

   A. EL PLANEAMIENTO se manifiesta es una sucesión de actividades de previsión y de programación de labores escolares que, partiendo de lo más general y sintético, se va particularizando progresivamente y llega a los últimos pormenores concretos sobre los datos informativos que deben enseñarse, los medios auxiliares que han de utilizarse, las actividades y trabajos que los alumnos han de ejecutar, y por fin, sobre las cuestiones que se han de escoger y formular en los exámenes finales.

   Distinguimos así tres subfases del planeamiento, que son:

    a) El plan anual, o de curso;

    b) El plan específico de cada unidad didáctica, ya prevista sintéticamente por el plan anual;

    c) El plan particular de cada lección o clase como parte integrante de las unidades didácticas ya proyectadas en su conjunto.

    La técnica docente exige que el profesor prepare conscientemente todas las etapas de su trabajo para conducir bien el aprendizaje de los alumnos.

    B. La ORIENTACIÓN del aprendizaje, a su vez, se divide en as siguientes subfases, destinadas a acompañar cada paso del proceso de aprendizaje:

    a) La motivación del aprendizaje. El profesor, por el empleo hábil de técnicas, recursos y procedimientos de estímulo, despierta el interés de los alumnos y desarrolla su gusto por el estudio, consiguiendo de este modo captar su atención e incitarlos al esfuerzo para aprender la materia, efectuando con provecho todos los trabajos programados.

    b) La presentación de la materia; mediante ella, el profesor, usando las técnicas, recursos y procedimientos propios de esta subfase, hace que los alumnos logren una comprensión inicial del asunto que han de aprender. Esta comprensión inicial tiene una importancia fundamental para el éxito del aprendizaje.

    c) La dirección de actividades de los alumnos. Por ella, el profesor lleva a sus alumnos, que ya han comprendido el asunto, a trabajar activamente con los datos o elementos de la materia, de modo que la asimilen; es la subfase típica de los trabajos prácticos de aplicación que el profesor debe dirigir con seguridad y técnica adecuadas; es quizás la subfase más importante y decisiva para obtener un aprendizaje auténtico.

    d) La integración del contenido del aprendizaje, en que el profesor pasa a utilizar procedimientos especiales destinados a integrar en la mente de los alumnos lo que habían aprendido analítica y parcialmente en las fases anteriores. Pretende proporcionarles una visión de conjunto, bien concatenada y ordenada, de todo lo ya aprendido, aclarando sus relaciones y dándoles una perspectiva definida.

    e) La fijación del contenido del aprendizaje, con el fin de consolidarlo definitivamente y convertirlo en una conquista permanente del alumno.

    C. La VERIFICACIÓN del aprendizaje se despliega también en cuatro subfases típicas y necesarias para la buena dirección del proceso de aprendizaje. Son:

   a) El sondeo o exploración y el pronóstico de aprendizaje, verificación preliminar, indispensable de toda labor docente, Consiste en la observación de las condiciones reales en que se encuentran los alumnos al empezar el curso, tanto en lo referente a sus capacidades o carencias específicas, como a su preparación, tanto general como específica, en la asignatura que se va a enseñar. Por más precarias y deficientes que sean estas condiciones, es de ellas de donde ha de partir todo el trabajo constructivo del profesor en la clase. Sobre los hechos consignados por ese sondeo preliminar, el profesor hará el pronóstico de lo que se podrá realizar durante el curso y de los resultados que, entre límites razonables, se pueden esperar de esa clase de alumnos.

    b) La conducción de la clase y el control de la disciplina, para asegurar un ambiente de orden y disciplina en las aulas, pues sin él no podrá haber buen rendimiento en el trabajo, y para inculcar en los alumnos los hábitos sociales indispensables en el estudio y en la vida.

    c) El diagnóstico y la rectificación del aprendizaje: el profesor auscultará, en forma explícita y periódicamente, las lagunas, dificultades y problemas que los alumnos encuentran en el aprendizaje de la materia. Procurará identificar las causas de esos errores, problemas y dificultades, y orientará a los alumnos para que los rectifiquen y superen, con el fin de que el aprendizaje no resulte imperfecto o incompleto; es la función terapéutica o correctiva del aprendizaje.

    d) La comprobación y la evaluación del rendimiento obtenido, para averiguar hasta qué punto el alumno individualmente y la clase en conjunto han conseguido los resultados previstos y deseados. Es la subfase típica de pruebas y exámenes. Por ella juzga el profesor no sólo el rendimiento logrado por los alumnos, sino también su propia eficacia como incentivador y orientador de tales alumnos en el aprendizaje de su materia, en una palabra, mide también su propia eficiencia a través de los resultados que ha conseguido en su alumnado.

   Luis Alves Mattos. Compendio de didáctica general (adaptación) Con la autorización de Editorial Kapelusz.


   Tertulia dialogada.

 Escribir las dudas sobre este texto y dos ideas interesantes. Contestar por escrito a estas cuatro preguntas y llevarlas después a la reunión general de la tertulia:

 1. Principales técnicas educativas que surgen del concepto de persona

 2. ¿Qué significa enseñar?

 3. Diferencias entre finalidades y objetivos

 4. ¿Cuáles son las actividades típicas de un buen profesor?

   Bibliografía:

 L. M. Berman. Nuevos objetivos en el programa escolar. Editorial Pax-México.

   Enlaces de Internet:

El papel de los profesores

Educar por y para la vida

La educación para Séneca

Educar es seducir por lo valioso

La educación en y para los valores

Aprender a ser feliz

Los fines del trabajo

Aprendamos a educar personas libres

La educación escolar

Carta de un profesor de secundaria

Cómo enseñar a nuestros hijos a resolver problemas




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