35. Educación diferenciada |
A) Razones a favor de la educación diferenciada
Una es desarrollar mejor la personalidad de chicas y chicos.
Las chicas maduran biológica y psíquicamente antes que los varones, que resultan perjudicados en las aulas coeducativas: las chicas tienen un rendimiento superior en la escuela secundaria y se da el caso de que muchos chicos disminuyen su rendimiento porque la comparación constante con las chicas provoca un comportamiento inhibitorio.
En centros mixtos, se incrementa el índice de fracaso académico entre los chicos y suelen presentarse mayores problemas de falta de motivación, frustración, ansiedad e incluso agresividad . El hecho es que van en aumento los problemas educativos entre los varones, hasta el punto de que algún prestigioso psiquiatra les ha aplicado el concepto de "vulnerabilidad masculina".
Esas dificultades en las aulas mixtas pueden explicarse por el hecho de que las actitudes habituales y el comportamiento espontáneo de las chicas presentan ventajas en el ámbito escolar, suelen ser más tranquilas, más disciplinadas, más ordenadas, mientras que a los chicos les supone un esfuerzo mayor adaptarse a los moldes establecidos en las aulas. En una clase coeducativa surgen inevitablemente las comparaciones y los varones suelen ser tildados de violentos, agresivos, inadaptados o desmotivados. Sin embargo, la Asociación Americana de Mujeres Universitarias, en un estudio hecho con 1.331 chicas, señala que en los centros con coeducación estas reciben una atención menor por parte de los profesores en su trabajo y en la solución de sus dudas, al tiempo que se sienten menos estimuladas para lograr sus metas .
Lee y Bryk han encontrado que las mujeres adultas educadas en escuelas para chicas tienen una actitud menos estereotipada en relación a los roles de género, y un autoconcepto más elevado. Cairns, en un estudio con 2.295 estudiantes irlandeses, obtuvo un resultado semejante y constató mejor competencia cognitiva, autoconcepto y control interno . Por su parte, Eder señala que la presencia constante de chicos en el aula dificulta las amistades entre las alumnas . Finalmente, el liderazgo, la autoconfianza de las chicas y la capacidad de mantener unas relaciones mejores con las compañeras y el profesorado, mejoran significativamente en centros exclusivamente femeninos.
En definitiva, la igualdad de oportunidades también se favorece desde la educación diferenciada y existen razones poderosas para que los padres de familia, en uso de su derecho, elijan centros diferenciados para sus hijos.
Cairns y Eder
B) Educación diferenciada
La educación diferenciada separa chicas y chicos solo en las horas lectivas y para enseñarles, así como todas las escuelas separan a los alumnos de sus familias y los distribuyen por edades durante el mismo tiempo y con el mismo fin.
Los que defienden la educación diferenciada como modelo pedagógico lo hacen basándose en argumentos académicos y sociales. En cuanto a lo primero, se dice que el educar por separado permite a los profesores emplear los métodos más acordes con la forma de aprender de cada sexo, y reforzar los puntos débiles.
En el caso de las chicas, por ejemplo, la educación diferenciada ofrece la oportunidad de que participen más activamente en la discusión de ideas en clase, ya que en las aulas mixtas los chicos suelen acaparar las intervenciones.
En cuanto a ellos, algunos analistas explican que parte de su mayor fracaso escolar y sus peores notas -un fenómeno observado en muchos países- tiene que ver con la mayor facilidad de sus compañeras en la lectoescritura: esta brecha se puede ver reforzada si el profesorado (mayoritariamente femenino, sobre todo en la etapa primaria) deja que el ritmo lo marquen las alumnas, con lo que algunos chicos quedan rápidamente descolgados en una destreza básica para el resto de competencias escolares.
Jesús Domingo Martínez Madrid
C) Colegios para chicos
Colegios para chicos, sin la presión de ser “machos” Un reportaje de Jennifer Wolcott en The Christian Science Monitor (25 mayo 2004) refleja el auge de las escuelas masculinas en Estados Unidos.
La periodista recuerda que en los últimos años han ido empeorando los resultados académicos de los chicos norteamericanos. Ha subido la proporción de alumnos varones que repiten curso, necesitan educación especial o sufren trastornos psicológicos (hiperactividad, déficit de atención). En cambio, las chicas presentan menos problemas y obtienen mejores calificaciones.
“Algunos piensan –comenta Wolcott– que esta situación es el resultado de la implantación en las escuelas de un ideal femenino: alumnos sentados en filas bien ordenadas, escuchando las lecciones en silencio y tomando pulcros apuntes. Muchas chicas, dicen los expertos, destacan en tales tareas, pero a los chicos no les van bien porque tienen otra forma de aprender”.
“Antes se pensaba que los colegios no mixtos eran buenos para las chicas y malos para los chicos. Hoy se percibe un cambio de opinión. Ahora que se pueden adaptar las clases, los planes de estudio y el ambiente escolar a las necesidades masculinas, crece el interés por los colegios solo para chicos, en los que se ve una alternativa viable y un posible remedio para el tan comentado fracaso escolar masculino”.
Wolcott cuenta lo que ha podido ver en algunas escuelas masculinas. Los chicos se distraen menos y se sienten más relajados y seguros. Por ejemplo, no tienen miedo a hacer “preguntas estúpidas” y se atreven a bromear con los profesores, cosas que no harían si hubiera chicas presentes. Pero quizá lo más destacable es que los chicos se liberan de los estereotipos masculinos y de la presión ambiental que les incita a mostrarse como “machos”. “En los colegios para chicos, dicen sus defensores, los alumnos aprenden que hay muchas maneras de ser chico”. Como explica un profesor de Belmont Hill, una escuela masculina de Massachusetts, allí un muchacho no es considerado menos hombre si se apunta al coro en vez de al equipo de atletismo. Son elocuentes también las palabras de un alumno de Belmont: “Me he metido en el grupo de teatro. Si estuviera en un colegio mixto, me lo habría pensado dos veces”.
Lo mismo ocurre en Roxbury Latin, una escuela masculina de Boston. El profesor de arte considera una suerte poder ayudar a los chicos a darse cuenta de que pueden disfrutar haciendo trabajos con telas, arcilla, pluma o tinta. “En el colegio mixto donde trabajaba antes, las chicas eran las mejores en arte. Pero aquí los chicos no están acomplejados. En Roxbury hay muchos chicos que son buenos deportistas y sobresalen también en arte”.
En general, los profesores consultados por Wescott destacan que la enseñanza diferenciada responde mejor al hecho de que chicos y chicas no se desarrollan a la misma velocidad. Según el director de Collegiate School (Nueva York), “en una escuela para ellos, los chicos tienen tiempo de crecer a su propio paso, mientras que en una mixta, todo viene determinado por el ritmo, más precoz y rápido, de las chicas”. Otro profesor de Roxbury Latin señala, por su parte, la importancia de tener en cuenta la emotividad propia de los muchachos: “El profesor tiene que hacer ver a los chicos que los aprecia, y entonces ellos responderán bien. Los chicos no aprenden asignaturas: aprenden de los profesores”.
Con todo, anota Wolcott, “por supuesto hay quienes no están a favor de las escuelas masculinas. Algunos creen que meten a los chicos en un ambiente antinatural donde no aprenderán a tratar a las chicas con normalidad”. El director de Belmont reconoce que está “un poco nervioso” porque no sabe cómo se adaptarán sus alumnos a las clases mixtas cuando entren en la universidad.
“Pero la mayoría de los chicos con los que he hablado –señala Wescott– descartan que vayan a tener problemas. Otros se ríen y dicen que es un mito la creencia de que una escuela masculina es una especie de monasterio”. Fuera del colegio abundan las chicas, señalan, de modo que a ellos no les faltan ocasiones de tratarlas.
Para concluir, Wescott cita la opinión del psicólogo Michael Thompson, autor de libros y miembro del equipo de orientadores de Belmont Hill, que confiesa su satisfacción por el renacer de las escuelas masculinas. “No digo que sean la panacea ni que se debe volver a la enseñanza diferenciada para todos. Pero en los colegios para chicos, estudiar es cosa de hombres, y en los mixtos se corre el riesgo de que estudiar sea solo cosa de chicas. Las escuelas masculinas son lugares donde se trabaja mucho, sin ser demasiado serios. El buen humor y la confianza abundan, y no hay actitudes machistas”.
Jennifer Wolcott en The Christian Science Monitor Con la autorización de: www.aceprensa.com
D) Incrementar la eficacia académica
Se han realizado numerosas investigaciones sobre la eficacia académica de la escuela mixta en comparación con la diferenciada; y un buen número muestran que los alumnos de centros con educación diferenciada obtienen mejores resultados académicos.
Los resultados de las pruebas del General Certificate of Secundary Schools, que se realizan en Inglaterra y Gales al final de la enseñanza obligatoria, señalan que en el curso 2001–2002, de entre los mejores veinte colegios (públicos y privados), trece eran de escolarización diferenciada. En el caso de los colegios públicos (que escolarizan al 80% del total de alumnos), seis de los diez mejores ofrecen enseñanza diferenciada.
Por su parte, el “Financial Times” publica cada año, en el mes de agosto, los resultados de las “Top independent schools” en Gran Bretaña: en los últimos cinco años, el 94% de las 25 mejores escuelas, ofrecían enseñanza diferenciada.
En Estados Unidos, Lee y Bryk realizaron una investigación sobre una muestra de 1.807 alumnos de 75 escuelas de secundaria y constataron que los alumnos de enseñanza diferenciada obtienen un mayor rendimiento académico y muestran aspiraciones más altas.
El último informe sobre las escuelas de secundaria de Ontario (Canadá), realizado por el Instituto Frazer, constata que diez de los dieciséis centros con mejores calificaciones académicas ofrecen enseñanza diferenciada.
En el año 2001, el Australian Council for Educational Research realizó un estudio que comparaba resultados entre escuelas coeducativas y diferenciadas, con un seguimiento de la evolución de 270.000 estudiantes durante seis años. El informe señala que los alumnos educados en aulas diferenciadas habían obtenido resultados académicos entre un 15% y un 22% mejores que los que iban a escuelas mixtas. El ambiente de trabajo era más agradable y el comportamiento de los alumnos mejor. El gobierno de Nueva Gales del Sur está experimentando con clases separadas en algunas materias, para intentar mejorar los resultados académicos de los chicos.
Arturo Ramo García (Adaptación)
Tertulia dialogada.
Escribir las dudas sobre este texto y dos ideas interesantes. Contestar por escrito a estas cuatro preguntas y llevarlas después a la reunión general de la tertulia:
1. Señalar las razones más destacadas a favor de la educación diferenciada
2. Aspectos del modelo pedagógico de la educación diferenciada
3. ¿Por qué los chicos sacar peores resultados en los colegios mixtos?
4. Principales investigaciones científicas
Bibliografía:
María Calvo Charro. Guía para una educación diferenciada. Editorial Toromítico
Enlaces de Internet:
Ellos y ellas no aprenden igual
Mejorar el proceso de socialización
Una opción legítima por la igualdad
Educación: ante todo libertad de los padres
Enseñanza pública no uniformada
Educación en casa y libertad de enseñanza
Escuelas públicas masculinas: recuperación a la vista
Cuestión pedagógica no ideología
El derecho a elegir escuela está ya arraigada en Suecia
La discriminación por opción pedagógica
Enseñar por separado a niños y niñas
Entre las 50 mejores escuelas de Inglaterra
¿Educación mixta? ¿Educación diferenciada?
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