20. El papel del profesor




   A) El papel de los profesores

  Los profesores pueden tener en cuenta estos aspectos:

  1) En la escuela, colegio, instituto o universidad, lo principal es dar tarea a los alumnos. La educación sólo es posible cuando actúa el propio educando. La tarea del profesor o maestro no es más que la de estímulo y orientación de la actividad de los escolares.

  2) Los alumnos son seres racionales y razonables. Hay que pedirles que razonen y hay que tener en cuenta sus razones.

  3) Cada alumno es un genio. Todos y cada uno de los hombres tenemos una particular habilidad nacida de una especial aptitud o de un interés acusado por un determinado quehacer que nos entretiene. En ese punto (aptitud o interés) radica la genialidad de cada hombre. Si no se ha manifestado la genialidad de un muchacho es porque los adultos que con él conviven (especialmente sus padres y profesores) no han sabido descubrirla.

  4) Para cualquier grupo de estudiantes se fijarán unos objetivos comunes. Estos objetivos, que habrán de ser mínimos, deben exigidos sin paliativos a todos y cada uno de los componentes del grupo. Ellos aseguran las bases más firmes de la formación de los estudiantes y al mismo tiempo establecen las bases para hacer posible una comunicación efectiva entre todos y cada uno de los estudiantes.

  5) Cada alumno debe fijarse además unos objetivos particulares para él. Estos objetivos habrán de señalarse de acuerdo con la capacidad y disposición de cada estudiante. También el alcance de estos objetivos debe ser estrictamente exigido ya que ellos aseguran el desarrollo de la personalidad propia de cada estudiante quien a través de ellos desarrollará sus propias posibilidades y neutralizará sus limitaciones.

  6) Todos y cada uno de los alumnos realizarán dos tipos de tareas: Tareas independientes y tareas en colaboración. Las actividades independientes sirven para alcanzar los objetivos particulares de cada estudiante y también para poner su esfuerzo en el logro personal de los objetivos comunes. Trabajarán solidariamente en proyectos de colaboración y prestando toda la ayuda que puedan al compañero que le necesite.

  7) El profesor ayudará a los alumnos y se ayudará de ellos en la realización de las tareas y en la solución de los problemas que plantee la vida escolar. Cuando el profesor no sepa resolver una situación difícil debe pedir opinión y ayuda en primer lugar a los propios alumnos y, si a pesar de ello siguiera el problema sin resolverse, debe acudir a otras personas tales como directivos del centro, profesores, padres... . Los profesores ciertamente tienen mucho que enseñar a los alumnos, pero también tienen mucho que aprender de ellos.

  8) Hay muchas posibilidades de que si a uno le tratan como tonto se volverá tonto y si le tratan como mala persona se volverá mala persona. Esto quiere decir que vale la pena correr el riesgo de equivocarse alguna vez por tratar a los chicos como si fueran inteligentes y buenos. Tratándoles como tal se les estimula a llegar a serlo realmente.

  9) El profesor es el profesor. Esta perogrullada quiere decir que el hecho de que lo más importante que haya en una escuela es el trabajo de los chicos, el hecho de que de ellos puede aprender mucho el profesor, y el hecho de que los problemas escolares se resolverán principalmente con la ayuda de los estudiantes, nada quita la condición singular del profesor en una escuela. El tiene la autoridad; él tiene la mayor responsabilidad en la marcha total de la clase, del grupo o del colegio aunque en la marcha individual de cada estudiante es éste el principal responsable. Vale la pena intentar y llegar a ser amigo de los estudiantes; pero no un amigo cualquier, sino el amigo que tiene más experiencia y autoridad, y, por lo mismo, el que más puede ayudar.

  Luis Alves Mattos. Compendio de didáctica general (adaptación) Con la autorización de Editorial Kapelusz.

    B) Respetabilidad razonada

    En tiempos recientes se ha puesto de moda en medios pedagógicos la educación sin autoridad y está resultando un auténtico fracaso, confirmado por los mismos que lo promovieron.

    Porque para educar no son suficientes el amor, el ejemplo y las palabras de ánimo, sino que es preciso ejercer la autoridad y explicar siempre las razones que nos llevan a aconsejar y mandar una conducta determinada. Por tanto, la autoridad no puede basarse en frases como: "te lo mando yo que soy tu padre" o "cuando seas mayor ya lo entenderás". Ha de basarse en el razonamiento, la demostración y el respeto. Los padres y profesores que han de mandar a los educandos han de tener autoridad y hacerse respetar. Siendo que es muy difícil educar sin inspirar respeto, los educadores que no tengan autoridad la tendrán que aprender.

    Es bien conocido que el temor y el miedo nunca han formado la personalidad de los chicos. El recurso al castigo continuo, a la bronca y a la amenaza constante producen en primer lugar la rebeldía de los hijos, la inhibición de las iniciativas y debilita la personalidad.

    La misión de los educadores es enriquecer y no anular la forma de ser de cada chico, fomentando la creatividad, abriendo la inteligencia y ayudándoles a ser libres.

    A la hora de mandar algo, es mejor hacerlo con frases breves que con largas arengas. Es preferible decirle: "ese jersey", "los platos", porque el chico puede decirse: "¿qué pasa con el jersey? ¡ah, sí! que debo colgarlo en la percha. Ahora lo recojo". De esta forma le damos la oportunidad de ejercer su propia iniciativa y su propia inteligencia.

    Algunos padres se quejan de que sus hijos no les escuchan y la razón es que hablan demasiado. Un chico decía: "Cuando mi madre está en la segunda frase, yo me he olvidado ya de la primera".

    El niño tiene necesidad de autoridad y de alguna forma la pide aunque le cueste reconocerlo. Alguno llega a decir: "mis padres no me quieren y 'pasan' de mí porque me dejan hacer lo que me da la gana".

    Algunos educadores mantienen actitudes de concesión constante por propia comodidad o por miedo a perder el aprecio de los chicos. Esto será muy perjudicial para los educandos porque crecerán sin patrones adecuados de conducta y sin hábitos para hacer en cada momento lo que tienen que hacer con voluntariedad propia.

    Arturo Ramo García

  C) La relación padres-tutor

    Uno de los problemas más graves de la educación es la dejación por parte de los padres de sus derechos y deberes en la formación de sus hijos. Delegan sus funciones educadoras en manos de los profesores, olvidándose que son ellos los principales educadores. Para justificar esta actitud dicen que no tienen preparación suficiente y que tienen muchas ocupaciones.

    Los padres que delegan sus responsabilidades suelen hablar poco con sus hijos, no siguen la pista de sus estudios, los inscriben en varias actividades extraescolares (música, inglés, natación, judo, tenis), les permiten muchas horas de televisión, de juegos y de Internet y no controlan los deberes escolares de sus hijos.

    Una de las tareas más urgentes de las instituciones educativas es concienciar a los padres de que ellos pueden y deben formar a sus hijos, porque tienen la gracia de estado que recibieron en el matrimonio y disponen de la ayuda inestimable de la colaboración con el tutor y los profesores del colegio.

    En este contexto, el papel del tutor es muy importante: en las reuniones individuales con los padres ha de ponerles, con claridad y valentía, ante sus responsabilidades de ser padres y elaborar con ellos un plan de acción que incluya el hablar diariamente con los hijos, suprimir (si es el caso) alguna actividad extraescolar, reducir el tiempo dedicado a la televisión, controlar los deberes escolares ayudándoles en lo posible y poniendo encargos a cada hijo dentro de la familia.

    Por su parte, un buen tutor ha de tomar en muchas ocasiones la iniciativa para llamar y hablar con todos los padres de su clase y darles la suficiente información sobre los objetivos del colegio y lo que se espera de ellos. También ha de fomentar la participación de los padres en las actividades del colegio y darles criterios sobre la educación de los hijos.

    Por parte de los padres, además de tomarse en serio sus responsabilidades, sería necesario: que no se centraran solamente en las calificaciones escolares, sino también en la mejora de otros aspectos de sus hijos; que dedicaran el tiempo suficiente para colaborar con los lo hijos y con el centro educativo; que aplicaran el plan de acción acordado con el tutor y que descubran que el colegio no lo puede hacer todo.

    Arturo Ramo

    D) El difícil papel del educador

    La pedagogía (palabra compuesta de origen griego, paidos=niño y ago=dirigir, llevar) no es, simplemente, el arte de instruir y educar a los niños aunque ello lo tenga que llevar a cabo también el profesor, sino que hemos de tender hacia la autoeducación, intentando involucrar al alumno a partir ya del tercer ciclo de Primaria.

    El alumno, pues, a partir de los 9 ó 10 años, tiene que ir dando los primeros pasos hacia su propio trabajo personal. El profesor ha de ser una especie de guía-orientador del esfuerzo y trabajo diario que tiene que realizar el alumno no por obligación sino porque está suficientemente motivado para llevar adelante su propia formación utilizando, para ello, todo tipo de fuentes que hoy en día son muy abundantes (libros, enciclopedias, libro electrónico, Internet, WhatsApp…) para lograr unos determinados objetivos académicos, sin olvidarse de una actitud y comportamiento responsable al igual que el ir adquiriendo determinados valores (como el ser solidario con los demás, respetar las diferencias o no dejar marginado a ningún compañero) que le servirán no solamente para tener unas buenas relaciones dentro de la clase o del colegio sino que le irá formando como un buen ciudadano para asumir, con responsabilidad, las tareas que tendrá que realizar en el futuro.

    De esta forma, involucrando al alumno en su propia formación, el profesor dejará de ser un orador que recite de memoria o por apuntes en clase unos conceptos que los alumnos, en muchas ocasiones, no serán capaces de ver su utilidad y, por consiguiente, ese discurso del profesor les entrará por un oído y les saldrá por el otro. De ahí la gran importancia de una buena combinación entre la teoría y la práctica que necesariamente ha de llevarse a cabo, utilizando las prácticas tradicionales (realización de esquemas, mapas conceptuales, resúmenes, ejercicios, etc.) con las más modernas como la utilización de los ordenadores para entrar en Internet y ver algún documental que sirva de complemento a lo que se ha explicado, con anterioridad, en clase.

    Los alumnos han de sentirse cómodos en clase y darse cuenta que son un elemento importante o más bien fundamental dentro del sistema educativo. Pienso que no estaría de más el darles ciertas orientaciones pedagógicas y metodológicas del camino y los pasos que vamos a ir dando a lo largo de las próximas clases. Esto les orientará y animará a seguir adelante al igual que responder a las preguntas que, en un momento determinado, puedan surgir.

    La tarea del profesor no es fácil, ni mucho menos. No solo tiene que enseñar determinados conceptos de su asignatura e insertar, en algunos casos de forma trasversal, temas de actualidad e interés general, sino que debe de motivarles, educarles en valores y fijarse de forma individualizada en las posibles dificultades y diferencias de cada uno de sus alumnos ¡incluso suministrarle medicamentos! si llega el caso (este tema se está discutiendo en nuestra comunidad asturiana).

    Todas estas exigencias de nuestra sociedad no son fáciles de asumir por el profesorado. La realización de todas estas tareas nos llevaría, como diría Natanson: “ a dudar de nosotros mismos, hecho que pocos individuos, y menos aun grupos, son capaces de asumir y prefieren, las más de las veces, buscar un chivo expiatorio para que cargue con todos los fallos o errores que se pudieran haber cometido”.

    Evidentemente, para intentar llevar adelante todos estos principios pedagógicos, tendríamos que disponer de una Ley de Educación aprobada por consenso de la mayor parte de los partidos políticos que nos representan en el Congreso y Senado de España. La LOMCE (que solo fue aprobada por los miembros del PP, al igual que la anterior LONGSE, únicamente por los representantes del PSOE) propicia una evidente inestabilidad en nuestro sistema educativo ya que con el cambio de partido en el gobierno se cambia la Ley (unas 7 veces en los últimos 30 años).

    Además, en estos últimos años –desde 2009 hasta hoy- se están recortando los recursos para poder llevar adelante la aplicación y puesta en marcha, con ciertas garantías, las leyes y decretos referentes a educación. Los salarios llevan más de cinco años congelados y los maestros y profesores que se jubilan no son reemplazados por otros en la misma proporción sino que apenas llegan a un nuevo profesor por cada diez jubilados.

    Por otra parte, los materiales didácticos están quedando anticuados ya que el plan de recortes en educación conllevó la paralización del material más moderno y sofisticado que, en un principio, se pensaba dotar a los centros educativos y que solo se llegó a aplicar mínimamente (entrega de un ordenador portátil para cada alumno, pizarras digitales, nuevos pupitres, mesas y sillas para el profesor, material de laboratorio…). Incluso, en el caso de Asturias, se produjo un tema de corrupción referente a facturas falsas de material escolar y tráfico de influencias que, presuntamente, implicaría a varios empresarios y altos cargos dentro de la Consejería de Educación asturiana (caso Marea). Todavía este caso está sin resolución judicial pero el fiscal ve indicios de malversación de fondos públicos, fraude fiscal y adjudicación de contratos de forma irregular.

    Pienso que tanto el Ministerio de Educación como bastantes Consejerías están aplicando un sistema abusivo de recortes en educación. Aparte de la congelación e incluso disminución salarial, vamos hacia una nueva masificación de las aulas y se sigue utilizando unos materiales que cada vez se están quedando más obsoletos. Ante este evidente desequilibrio entre recursos económicos y escaso profesorado para llevar adelante plenamente los retos que tenemos delante cabe preguntar ¿y qué más desean ustedes?.

   Benedicto Cuervo Álvarez

   Tertulia dialogada.

 Escribir las dudas sobre este texto y dos ideas interesantes. Contestar por escrito a estas cuatro preguntas y llevarlas después a la reunión general de la tertulia:

 1. Aspectos de la tarea del profesor

 2. ¿Cómo hacerse respetar por los alumnos?

 3. Aspectos de la relación padres-tutor

 4. Problemática del profesor actual

   Bibliografía:

 David Isaac. El trabajo de los profesores. Editorial EUNSA

   Enlaces de Internet:

Del maestro de hoy a los retos del mañana

Seis propuestas educativas

Experiencia: Para mirar con esperanza el futuro

Educación e Internet

¿Qué es educar?

Personalidad: La puerta del cambio

Carta de un profesor de secundaria

Cómo ser más persuasivos

La microinvestigación, recurso didáctico

Padres agradecidos, profesores motivados

El espacio del profesor

Educar para la vida

Respeto y autoridad

La educación escolar

Reunión con el tutor

Formas de educar

Simplemente maestros, que no es poco

Las buenas prácticas de las escuelas eficientes

Educadores y educandos

Los profesores piden el respaldo de las familias

Profesores en favor del matrimonio

Conflictividad y violencia en las aulas

Iniciativas para rescatar el prestigio de la escuela pública

Exigencia amable

Educación abierta

Violencia en las aulas

Relaciones entre profesores y alumnos

Jornada continuada, ¿una opción pedagógica?

Estilos de educación

Restaurar la confianza entre padres y profesores

La reflexión en la educación

La alegría de educar

Colaboración entre padres, profesores y alumnos




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