20. Género y sexo




    A) Revolución permanente

    Actualmente se acepta con normalidad el feminismo de equidad, reconociendo a las mujeres los mismos derechos y deberes que a los varones. Incluso está aumentando el número de hombres que ayudan a sus mujeres en los quehaceres del hogar. También se respeta a los homosexuales como personas que son, con sus derechos y su dignidad.

    Pero estos planteamientos razonables se han desarrollado de forma negativa hasta extremos inaceptables. El feminismo de igualdad se ha transformado en feminismo radical que considera al hombre como opresor de la mujer y termina induciendo a la mujer a imitar al varón. Asimismo el respeto a la homosexualidad ha pasado al lobby gay, con auténtico poder en muchos países y se acusa de homofobia a todo aquel que no acepta sus planteamientos.

    Estos pilares del pensamiento actual son heredados del marxismo. Porque el muro de Berlín ya cayó el 1989, pero su carga ideológica sigue influyendo en estos movimientos.

    Pudiéramos decir que estos cambios no son una mejora progresiva de la sociedad, partiendo de la realidad y añadiendo aspectos que la perfeccionan. Son una auténtica revolución rupturista en las instituciones sociales y políticas. Es romper con lo anterior e imponer un nuevo pensamiento. Esta revolución de ruptura tiene dos características: es permanente y silenciosa. Es permanente porque pretende crecer y alcanzar nuevas cuotas de poder en todos los ámbitos sociales y es silenciosa porque no es violenta sino que se infiltra suavemente a través de la cultura, la educación y la política.

    A través de la cultura y de los medios de comunicación pretende dominar la opinión pública para considerar como normal el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la contraconcepción, la píldora del día después, etc.

    En el mundo educativo se impone la educación sexual donde se enseña a usar el sexo sin peligro de embarazo y promueve el deseo y el placer sexual puramente biológico.

    En la política se fuerza a los gobiernos, a través de los llamados "expertos", a que aprueben y legislen a favor de todos los aspectos revolucionarios.

    Ya hay muchos sectores sociales que consideran estos objetivos como demasiado manidos, repetitivos, viejos e indeseables. Llegará un momento en que los hombres pensemos con sentido común y hagamos lo posible por mejorar la sociedad.

    Arturo Ramo García

    B) Feminismo radical

        Uno de los hechos que caracterizan nuestro tiempo es la manipulación del lenguaje y la confusión de los conceptos. Las palabras quedan vacías de su sentido original y toman otros contenidos nuevos.

        Algo de esto ocurre con el feminismo original y el feminismo radical, que ha derivado del anterior. Para Cristina Hoff Sommers, el feminismo es la creencia en la igualdad legal y moral de los sexos. Es un movimiento de la historia, espontáneo, que es protagonizado por mujeres y no tiene carácter político, sino que tiene que ver con todos los campos de la vida, y persigue la justa reinvocación de la igualdad jurídica, social y política de la mujer y el hombre.

        El feminismo radical es una ideología política sustituta del marxismo en el imaginario teórico de la izquierda progresista. Lo mismo que hay ricos opresores y pobres oprimidos, también la mujer está presa en un sistema patriarcal opresivo.

    El nivel de radicalidad de este feminismo puede tener distintos grados de desarrollo, desde lo más elemental hasta los casos más extremos y radicales, de carácter maoísta.

        De los restos del feminismo radical surgió en Estados Unidos la ideología de género, que hoy día comprende a otros movimientos feministas. La feminista Mª Giovanna Nocelli llega a afirmar que "aceptar la ideología de género es, para el feminismo, una forma de suicidio".

        La ideología de género ha desarrollado los modelos de emancipación de la mujer, que pretende el igualitarismo entre hombres y mujeres, aunque en realidad termina reduciéndose a "imitar al varón".

        Arturo Ramo García

   C) Los errores actuales    Muchas personas de la sociedad comentan que no están de acuerdo con el rumbo que están tomando las cosas ni con los ideales que se están promoviendo desde los medios de comunicación.

    Un momento importante en el camino señalado fue la revolución del 68, que más que un avance cultural fue una contracultura que se caracterizó por tres aspectos destacados: la erosión de la autoridad, la pérdida del sentido de la tradición y la huída del realismo.

    En los últimos años se ha observado el deterioro de la autoridad en la familia, donde en ocasiones son los hijos los que insultan, amenazan y agreden a los padres, en la escuela con faltas de respeto a los profesores, faltas de disciplina y violencia escolar entre los alumnos. Esto está llevando a que aumente de profesores que padecen depresión y otros trastornos emocionales.

    Otro aspecto de la revolución del 68 ha sido la pérdida del sentido de la tradición. Los avances sociales se producen cuando se apoyan en los logros conseguidos hasta la fecha, para alcanzar otros objetivos positivos. Por la tradición cultural y social conocemos la historia pasada y sus conquistas y esto nos permite seguir avanzando. Cuando se corta la tradición y se renuncia a los logros pasados, el hombre queda como huérfano intelectualmente y expuesto a una manipulación fácil.

    El tercer aspecto es la huída del realismo. Para algunos las cosas no son como son, sino como les parece a ellos. No buscan la realidad sino el subjetivismo, es decir, la impresión positiva o negativa que las cosas producen en sus sentimientos. No importa la verdad en sí misma, sino la verdad para mí. De aquí se llega fácilmente a negar la verdad o falsedad de los hechos, la bondad o maldad de las acciones y al relativismo. ¿Está bien el robar? Para un relativista eso depende de que te cojan o no de cojan. Si te pillan con las manos en la masa es malo y puedes ir a la cárcel, pero si no de pillan es bueno porque dispones de mucho dinero. Esta puede ser la causa del aumento de los casos de corrupción.

    Pero lo que más ha trascendido de aquellos acontecimientos del 68 ha sido la revolución sexual, caracterizada por la búsqueda del placer y la promiscuidad entre chicos y chicas sin reparar en las consecuencias. Se ha promovido mediante campañas institucionales el uso del preservativo, la píldora del día después y el aborto. Pero a la vez también han aumentado las enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis, la blenorragia, el chancro y sobre todo la terrible enfermedad del sida. Parece que con el pecado va la penitencia.

    Todo este pensamiento ha cristalizado en la ideología de género, que con la aparente protección de lo políticamente correcto, está presente en la política, la cultura y los medios de comunicación social.

    La ideología de género rechaza la sexualidad natural y estable de la pareja humana, así como la familia como célula básica de la sociedad y pretende imponer a la fuerza la ideología política más antisocial que ha creado el hombre.

    Arturo Ramo García

    D) El gran engaño: la ideología de género

    La ideología de género es una patraña insostenible. Posiblemente una de las mayores de la historia solo equiparable al mito de la superioridad de las razas. A pesar de ello, sus planteamientos han contaminado en gran medida nuestra cultura, y en el caso especialísimo de España constituyen la doctrina fundamental del gobierno.

    La llamada perspectiva de género, el generismo, afirma que la humanidad no se divide en hombres y mujeres, sino que tal diferencia es fruto de una construcción social determinada. Predica que esta construcción condena a la mujer a la inferioridad.

    Pretende convencernos de que no existe un atractivo natural entre hombres y mujeres, sino que esto es fruto de una presión social. No existe el sexo masculino ni femenino como forjador de actitudes y caracteres sino que la sexualidad es polimorfa y transformable.

    Una mujer en un cuerpo de hombre, un hombre en un cuerpo de mujer, homosexuales, bisexuales, transexuales, travestis y heterosexuales, todas son posibilidades equivalentes del ser humano.

    Esta parida es contraria a todo conocimiento científico y, obviamente, a toda antropología humana. No es un feminismo porque no persigue la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, sino que simplemente consigue la igualdad a base de eliminar la condición de hombre y de mujer.

    Considera una fuente de opresión a la familia, ve con malos ojos la maternidad, y vitupera a toda la cultura judeocristiana (y evidentemente, junto a ella, el legado del helenismo). Liquida toda antropología conocida con la pretensión de construir una nueva.

    Ahora mismo se ha publicado en español un libro de Louann Brizendine, El cerebro femenino. Esta señora es psiquiatra por Harvard, licenciada en medicina por Yale y realiza sus investigaciones en neurobiología en Berkeley.

    En su libro dice muchas cosas sabidas y algunas nuevas. Pero vale la pena traerlo a colación porque es mujer y antigua feminista. Lo que explica es muy simple: existe un cerebro masculino y un cerebro femenino, son distintos y procesan aspectos fundamentales de la vida de forma distinta (y muchos otros de igual manera), y ello explica diferencias naturales que si son bien comprendidas ayudan a una complementariedad magnífica, y si no lo son, precisamente porque se considera que no debe existir diferencias, son fruto de conflicto.

    La propensión de las mujeres a hablar entre ellas y comentarse “secretos”, por ejemplo, es real y es propiciada porque genera una reacción en el celebro que produce flujos de dopamina y oxitocina extraordinariamente placenteros, y que no se da en los hombres.

    Una síntesis reduccionista del discurso de la doctora Brizendine es que “nosotras intuimos mejor pero ellos actúan mejor”. Cita el ejemplo de que enseñando imágenes sucesivas de un rostro, los hombres solamente saben detectar “que está triste cuando aparecen las lágrimas”, las mujeres detectaban este estado, en un 90%, cuatro o cinco fotogramas antes.

    Las relaciones sexuales también son procesadas de manera muy distinta, y si eso no se entiende es difícil comprender nada: “para las mujeres, los preliminares (en las relaciones sexuales) es todo lo que sucede durante las 24 h. anteriores a la penetración. Para un hombre es lo que ocurre, tres minutos antes”.    Es posible diferenciar un celebro de mujer de uno de hombre en pleno funcionamiento a través de las imágenes que aporta la neurobiología.

    En resumen, una vez más lo obvio: se nace mujer o se nace hombre, esta diferencia –otra vez lo obvio- no significa superioridad sino capacidades distintas en determinados planos y no diferenciadas en otros, porque entre ambos sexos existe la común unidad del ser humano.

    El que la cultura predominante niegue todo esto y pueda convivir al lado de la ciencia, el que el gobierno monte sus leyes y discursos sobre la patraña del generismo y la gran mayoría diga amén, solo expresa, para utilizar una palabra pasada de moda, la alienación de nuestra sociedad.

    Josep Miró i Ardevol.    Con la autorización de: www.forumlibertas.com
 


   Tertulia dialogada.

 Escribir las dudas sobre este texto y dos ideas interesantes. Contestar por escrito a estas cuatro preguntas y llevarlas después a la reunión general de la tertulia:

 1. Características de la revolución permanente

 2. Diferencias entre feminismo original y feminismo radical

 3. ¿Cuáles son los errores actuales más importantes?

 4. ¿Qué defiende la ideología de género?

   Bibliografía:

 Ayllón, J.R. La buena vida. Editorial Martínez Roca

   Enlaces de Internet:

Otro feminismo de género

Sobre la ideología de género

Diferencias de género

Qué quiere decir género

La censura del feminismo radical

Ha llegado la hora de un nuevo feminismo, más radical

¿Nuevo orden mundial?

La supuesta superpoblación




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