12. Educación sexual |
Aunque en el mundo educativo se habla de educación sexual, esta expresión puede olvidar que lo sexual está ligado a la educación de la afectividad en donde encuentra su verdadera dimensión humana.
Ciertos medios de comunicación presentan una imagen de la sexualidad como algo solamente biológico, que se debe manifestar con toda espontaneidad. Es cierto que la sexualidad es una característica del ser humano, pero no se puede reducir el amor al sexo y a relaciones genitales. Por esta razón es más propio hablar de información sexual y educación de la voluntad, como elementos que conduzcan a una maduración de los sentimientos y el encauzamiento de las pasiones, como medios para la educación para el amor.
La información sexual no puede reducirse a dar cuenta de los cambios anatómicos y fisiológicos que se producen en la pubertad, sino que habrá que enmarcarlos en una dimensión humana y trascendente, sabiendo que las facultades específicamente humanas como la inteligencia y la voluntad han de dirigir esta capacidad del ser humano hacia el fin previsto por Dios.
Los padres no pueden esperar a hablar de estos temas en la adolescencia, sino que en los años anteriores han debido informar según la mentalidad de los chicos.
Se pueden tener en cuenta cuatro requisitos para dar una adecuada información sexual:
- Que se dé en el momento y lugar oportuno.
- Que la información sea verdadera.
- Que surja con naturalidad en la conversación de padres e hijos.
- Que el diálogo sea personal, nunca en grupo.
Esto presupone una disposición constante de los padres para el diálogo con los hijos. El saber escuchar a los hijos favorece la creación de un clima de confianza que conduce a una verdadera amistad entre ambos.
La información sexual no puede ser un monólogo en el que se aporten argumentos aplastantes, sino que hay que sacar los temas, sugerir soluciones, hacer que el chico piense y decida, para provocar que el propio chico vaya formando su criterio. En ocasiones será prudente facilitar algún libro o folleto adaptados a su edad y madurez. No es aconsejable darle todo hecho y digerido, teniendo en cuenta que no educa mejor el que suple sino el que enseña a formar criterio.
El momento más oportuno será cuando se presente la oportunidad y el chico desee hablar. A veces se podrá provocar ese momento aprovechando una película de la televisión, un anuncio, una boda reciente, etc. pero respetando siempre que el diálogo surja con naturalidad.
Arturo Ramo
B) Hablar de sexo
Una de las tareas de los padres es dar una auténtica información sexual a los hijos dentro de la educación de la afectividad. Esta información ha de ser verdadera y precisa, sin caer en la ñoñería ni en lo sórdido, porque se trata de formar el criterio de los hijos, para que sean verdaderamente libres.
El adolescente no puede extrañarse de que sienta la atracción sexual, pero debe tener claro que no puede dejarse llevar por el instinto. Los padres no sólo han de informar sino enseñar a los hijos los principios morales, porque se pueden encontrar con ideas falsas que justifican actitudes y acciones que atentan contra la moral, es decir, que sean pecado. También podrían sentirse culpables por sentimientos que son absolutamente normales.
Esta información puede versar sobre la masturbación, la homosexualidad, las relaciones prematrimoniales y su actitud de pudor y respeto que se deben a sí mismos y a los demás, especialmente a la hora de ver películas, revistas, ir a discotecas (que pueden ir esporádicamente o habitualmente), asistir a una fiesta, etc. No necesariamente habrá que tocar todos los temas, pues dependerá de cada persona y cada circunstancia, pero en todo caso habrá que dotar a los chicos de argumentos necesarios para que sepan defender sus propios puntos de vista.
Los padres son los responsables de dar esta información y formación moral a sus hijos. No pueden delegar en el colegio o en otras instituciones, pues sería abdicar de los derechos se ser padres. Aunque no es fácil ni agradable hablar de estos temas, los padres han de vencer los miedos, las vergüenzas, falsos pudores y falsas prudencias para dialogar con los chicos de estos temas tan importantes.
Hay que aconsejarles que vivan la prudencia a la hora de elegir a los amigos y amigas, para no ser ingenuos y evitar ponerse en situaciones peligrosas. A veces tendrán que ejercitar la fortaleza para que sean ellos los que tomen las decisiones adecuadas. Pueden sentirse verdaderos rebeldes dentro del ambiente de permisivismo moral.
Arturo Ramo
C) Papá, ¿qué es el sexo?
Tu hijo se va haciendo mayor y cada vez se hace más preguntas sobre su propio cuerpo y la sexualidad. Aunque ya habéis hablado del tema alguna vez, tanto a ti como a tu pareja os cuesta dialogar abiertamente sobre sexualidad con vuestros hijos. Puede resultar difícil, pero lo más conveniente es hablar con naturalidad para que tu hijo coja confianza y reciba una buena educación que le sirva para prevenir riesgos.
Hablar de sexo con nuestros hijos es importante, ya que de esta manera les ayudaremos a identificarse como personas y a tener conocimiento de su futura conducta sexual. Es bueno empezar a hablar de sexualidad cuando tus hijos empiezan a preguntar sobre cuestiones relacionadas con el tema. Sobre los 4-5 años empiezan a mostrar cierta curiosidad por las diferencias entre niños y niñas y es positivo que les expliquemos y le aclaremos conceptos, pero nunca debemos decirles más de lo que nos piden.
Antes de adentrarnos en los grupos de edad de manera más específica, debemos tener presentes cuatro premisas básicas:
Diremos siempre la verdad, no inventaremos ninguna historia.
Siempre debemos llamar a las cosas por su nombre. Es mejor decirles el nombre correcto de las partes del cuerpo con el fin de no crearle mayor confusión sobre el tema.
Podemos facilitarles el camino cuando veamos que quieren hablar del tema. A veces, tienen reparo o vergüenza de hacernos una pregunta y podemos adelantarnos con un gesto de complicidad con ellos.
Siempre debemos relacionar el tema de la sexualidad con el amor, como algo que implica estimación, generosidad y responsabilidad.
Antes de los 9 años:
Desde muy pequeño, 2-3 años, tu hijo empieza a conocer y explorar su cuerpo. Como padre puedes ayudarle a que se conozca mejor nombrándole, en el rato del baño o cuando le cambias de ropa, las diferentes partes de su cuerpo: "Esto son tus pies, esto tus manos…" Recuerda poner esto en práctica cuando juguéis con muñecos-as.
A medida que tu hijo crece, 3-5 años, empieza a conoce mejor su cuerpo y ve las diferencias que existen entre niños y niñas. Es cuando empieza la época de las preguntas que a los adultos nos dejan descolocados: ¿Por qué mamá tiene pechitos y papá no?, ¿Por qué mi hermana no tiene pene como yo?… Es importante que este momento no nos pille por sorpresa y que sepamos como responderles: nunca les mientas y un buen recurso es utilizar las diferencias que existen entre los animales machos y hembras.
Desde los 5 hasta los 8 años, las preguntas de niños y niñas son diferentes. Los niños no son demasiado curiosos, pero las niñas muestras un especial interés por las diferencias entre el cuerpo de un niño y de una niña, no tanto por la sexualidad en sí. No olvides ser claro y conciso. No es necesario dar más información que la que nos piden. Podemos abordar el tema diciendo que papá y mamá además de quererle a él, también se quieren entre ellos y que se demuestran su amor con besos y caricias.
Recuerda que es bueno empezar a hablar de este tema con tus hijos desde que son pequeños, ya que si empiezas hablando de amor y afecto, a medida que crecen podrás ir introduciendo el tema de la sexualidad.
Entre los nueve y diez años:
Antes de empezar a hablar de este tema con tu hijo es importante que sepas que es lo que saben y lo que no saben sobre el sexo. Es posible que en el colegio hayan tratado el tema en alguna asignatura o con los compañeros de clase. Es probable que tengan conceptos erróneos y tengan un gran lío en su cabeza.
Aprovecha situaciones de la vida cotidiana para introducir el tema. No hace falta que esperes a que tu hijo te haga la pregunta, un programa de televisión te puede servir de trampolín. Alguna noticia sobre sexualidad que aparezca en los medios de comunicación o el nacimiento de un bebé en la familia puede ser la mejor ocasión para tratar el tema. Es importante ser sincero en las respuestas con el fin de aclararle conceptos.
Le puedes hablar de temas como el SIDA y el embarazo. Es mejor tratar estos temas antes de que sean mayores y tengan conceptos erróneos difíciles de cambiar.
Se les debe hablar de los cambios que experimentarán sus cuerpos para que no les coja por sorpresa.
Entre once y doce años:
Empiezan a preocuparse más por su aspecto físico. Les gusta escoger por sí mismos la ropa que se van a poner.
Es buen momento para hablarles sobre el embarazo y las medidas preventivas.
Háblales de que el acto sexual es algo propio de los adultos, que guarda relación con el amor y el cariño que se tienen dos personas.
A esta edad ya han recibido información de diferentes fuentes (amigos, libros,Internet…) y es importante aclarar sus dudas en cuanto a creencias falsas sobre sexualidad que le han hecho creer.
Hay que transmitirles que una vida sexual activa implica responsabilidad.
A partir de los trece años:
Es conveniente que expliques a tu hijo los valores que tu familia tiene respecto a los temas de sexualidad, de esta manera sabrá cómo pensáis en casa. Pero no intentes imponerle vuestras ideas porque, al fin y al cabo, será él quien tome sus decisiones.
Respeta su intimidad. Su habitación es su parcela dentro de la casa.
Si observas que le resulta más cómodo hablar con otro adulto (que no seas tú ni tu pareja) sobre sexo, permítele que lo haga. Siempre que conozcas a dicho adulto y confíes en su buen criterio. Tal vez os excluya por pudor, pero más vale que recurra a otro adulto antes que permanecer en la ignorancia. Evita que consulte libros o que hable del tema sólo con amigos de su misma edad. En esos casos es mucho mejor que seas tú quien que le informe, porque sus dudas serán contestadas de la manera adecuada.
A estas edades suelen aparecer los primeros desengaños amorosos, que ellos viven como si fuese el fin del mundo. Piensa que estas experiencias les beneficiarán más adelante, cuando busquen una pareja estable, ya que aprenderán de los errores del pasado. Sobre todo respeta sus sentimientos, aunque para ti no sean más que chiquilladas. Ayúdalos a pasar el mal trago escuchándolos, evitando frases como "no seas tonta, mira que llorar por un chico con los millones que hay por ahí".
El sexo es un tema que nunca debe darse por explicado del todo, hay que darle la importancia que se merece. No debería resultarnos un problema hablar del tema con nuestros hijos, dado que ésa es la mejor manera de mantenerlos informados para que asuman los menores riesgos posibles.
Ciara Molina García. Licenciada en Psicología. Con la autorización de: www.solohijos.com
D) 10 razones para la abstinencia en el noviazgo"
1. La pureza ayuda a tener una buena comunicación con tu pareja.
Cuando una pareja vive la abstinencia sexual, su comunicación es buena porque no se centran solamente en el placer sino en la alegría de compartir puntos de vista y vivencias, además, sus conversaciones son más profundas. Por el contrario, la intimidad física es una forma fácil de relacionarse pero eclipsa otras formas de comunicación. Es un modo de evitar el trabajo que supone la verdadera intimidad emocional, como hablar de temas personales y profundos y trabajar en las diferencias básicas que hay entre ambos.
2. Crece el lado amistoso de tu relación
La cercanía física puede llevar a que los adolescentes piensen que están emocionalmente cercanos, cuando en realidad no lo están. Una relación romántica consiste esencialmente en cultivar una amistad, y no hay amistad sin conversación y sin compartir intereses. La conversación personal crea lazos de amistad, y ayuda a que uno descubra al otro, que conozca sus defectos y sus cualidades. Algunos jóvenes se dejan llevar por las pasiones y cuando se conocen en profundidad, se desencantan. Y no se conocieron porque no llegaron a ser amigos, sino novios con derechos.
3. Hay mejor relación con los padres de familia de ambos
Cuando el hombre y la mujer que se respetan mutuamente, maduran su cariño y mejoran la amistad con los padres de ambos. Generalmente, los padres de familia prefieren que sus hijos solteros vivan la continencia sexual, y se sienten mal si saben que están sexualmente activos sin ser casados. Cuando una pareja sabe que debe de esconder sus relaciones sexuales, crece en ellos la culpa y el stress. Los novios que viven la pureza se relacionan más cordialmente con los padres de familia propios y de la pareja.
4. Te ves más libre para cuestionar si ese noviazgo te conviene
Las relaciones sexuales tienen el poder de unir a dos personas con fuerza, y pueden prolongar una relación poco sana basada en la atracción física o en la necesidad de seguridad. Una persona se puede sentir “atrapada” en una relación de la cual quisiera salir pues en fondo no la desea, pero no encuentra la salida. Una persona casta puede romper con mayor facilidad el vínculo afectivo que lo ata al otro pues no ha habido una intimidad tan poderosa en el aspecto físico.
5. Se fomenta la generosidad contra el egoísmo
Las relaciones sexuales en el noviazgo, invitan al egoísmo y a la propia satisfacción, inclinan a sentirse en competencia con otras personas que puede resultarle más atractivas a la propia pareja. Se fomenta la inseguridad y el egoísmo pues, empezar a entrar en intimidades, invita a pedir más y más.
6. Hay menos riesgo de abuso físico o verbal
El sexo fuera del matrimonio se asocia a la violencia y a otras formas de abuso. Por ejemplo, se da más del doble de agresión física entre parejas que viven juntas sin compromiso, que entre las parejas casadas. Hay menos celos y menos egoísmo en las parejas de novios que viven la pureza que en las que se dejan llevar por las pasiones.
7. Aumenta el repertorio de modos de mostrar afecto
Los novios que vive la abstinencia encuentran detalles “nuevos” para mostrar afecto; cuenta con inventiva e ingenio para pasarla bien y demostrarse mutuamente su interés. La relación se fortalece y tienen más oportunidad de conocerse en cuanto a su carácter, hábitos y en el modo de mantener una relación.
8. Hay más posibilidades de triunfar en el matrimonio
Las investigaciones han demostrado que las parejas que han cohabitado tienen más posibilidades de divorciarse que las que no han cohabitado.
9. Si decides “romper” esa relación, dolerá menos
Los lazos que crea la actividad sexual por naturaleza, vinculan fuertemente, entonces, si hay una ruptura, se intensifica el dolor que produce la ruptura por los vínculos establecidos. Cuando no se han tenido relaciones íntimas, y deciden separarse, la separación es menos devastadora.
10. Te sentirás mejor como persona
Los adolescentes sexualmente activos, frecuentemente pierden autoestima y admiten vivir con culpas. Cuando deciden dejar de lado la intimidad física y vivir castamente, se sienten como nuevos y crecen como personas. Además, mejoran su potencial intelectual, artístico y social. Con el sexo no se juega. Cuando alguien te presione, piensa en lo que vas a responder: “Sólo te lo pido una vez, y no insistiré más” / “Eso es justo lo que me preocupa. Prefiero conservarme para alguien que me va a querer toda la vida”.
Martha Morales. Tomado de www.autorescatolicos.org
Tertulia dialogada.
Escribir las dudas sobre este texto y dos ideas interesantes. Contestar por escrito a estas cuatro preguntas y llevarlas después a la reunión general de la tertulia:
1. Requisitos de una buena información sexual
2. ¿De qué temas sexuales pueden hablar los padres?
3. ¿Cómo hablar del sexo con los hijos?
4. ¿Razones para vivir la abstinencia en el noviazgo
Bibliografía:
José Manuel Mañu. La educación afectivo-sexual en Primaria. Editorial Desclée De Brouwer
Mary Beth Bonacci. Tus preguntas sobre el amor y el sexo. Editorial Palabra
Enlaces de Internet:
La educación sexual y afectiva
Educación afectivo-sexual de niños y adolescentes
Los siete errores de las chicas
La educación sexual como educación de los sentimientos
La educación de los más jóvenes sobre el sexo
Diversos significados de la sexualidad
Afectividad: no busque la abstinencia, busque el amor
Educar en la abstinencia, una estrategia que funciona
Sexo sin concepción-concepción sin sexo
Las enfermedades de transmisión sexual
Educación sexual y abstinencia
Cómo hablar de castidad a los jóvenes
Ejercicios interactivos de la pudor
Ejercicios interactivos del liberación sexual
Ejercicios interactivos de la educación sexual
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