5. Relación familia-colegio |
En la formación de los chicos participan los padres y los profesores. Algunos padres piensan que esa tarea es propia de los profesores, porque ellos no se sienten competentes como educadores ni tienen tiempo disponible para dedicarlo a los hijos. Por su parte, los profesores dicen que los primeros y principales educadores son los padres, sobre todo en la formación de hábitos y en la educación como personas. En este punto está claro que la educación de los chicos es una responsabilidad compartida y esto justifica la necesidad de colaborar y trabajar conjuntamente los unos con los otros.
Los profesores tienen una responsabilidad más directa en todo los relacionado con la instrucción y aprendizaje de los alumnos. En los aspectos técnicos de la enseñanza como la determinación y secuenciación de los objetivos, contenidos y criterios de evaluación, los profesores tienen una legítima autonomía. De todo ello suelen informar a los padres en una sesión general a comienzo de curso. También han de informar a los alumnos de las dificultades de cada asignatura y las estrategias para superarlas.
Para el chico, el ser buen estudiante está íntimamente relacionado con el aprendizaje de ser persona. En esta formación de la personalidad los padres son los principales responsables y no pueden desentenderse o despreocuparse de ello, delegando esta función en manos del centro educativo.
Los padres han de velar para que haya coherencia entre las ideas y criterios que sus hijos adquieren en el colegio con el tipo de educación que están dando en la familia, especialmente referido con las convicciones morales y educativas. Deberán, para ello, conocer el contenido de los libros de texto y de lectura que utilizan sus hijos.
Una tarea de los padres es preparar un lugar adecuado para el estudio en casa, cuidando el clima de silencio y evitando las interrupciones innecesarias. También pueden mejorar la biblioteca familiar y buscar, si es necesario, un "profesor particular" en casos extremos.
A través de conversaciones entre padres e hijos se puede enfocar el estudio como una búsqueda de la verdad y no solamente como un medio para superar los exámenes. También conviene enseñar a los hijos el valor del trabajo bien hecho y terminado, así como la adquisición de hábitos de esfuerzo y constancia.
La educación de los chicos en los tiempos actuales no es tarea fácil y exige estrecha colaboración de padres y profesores, junto con una mayor preparación como educadores y la dedicación del tiempo necesario para estar con los hijos.
Arturo Ramo García
B) Deberes y derechos de los padres
Para favorecer la educación de los alumnos es necesario que las relaciones entre padres y profesores sean positivas y a través de cauces de colaboración y participación. Por eso podemos estudiar los derechos y deberes de los padres y de los profesores en el colegio.
Podemos empezar por los derechos de los padres. Antes de elegir un centro educativo para sus hijos, los padres tienen derecho a conocer el proyecto educativo o ideario que recoja los principios que rigen la vida del centro. Los padres tienen derecho preferente para elegir el tipo de educación para los pequeños.
Los padres también tienen derecho a conocer las asignaturas, actividades y servicios que presta el centro, como por ejemplo el deporte, el inglés, la música, las actividades extraescolares, las instalaciones, el transporte escolar, el coste económico, la existencia de comedor, el sistema de enseñanza bilingüe y otros aspectos; que no son propiamente elementos básicos. Mayor importancia tiene la formación humana y espiritual de los alumnos y la orientación personal a través de de la tutoría y el Departamento de Orientación.
Cuando por alguna circunstancia no se ponen en práctica los principios del proyecto educativo, los padres tienen derecho a exigir el cumplimiento de ese ideario.
¿Cuáles son los deberes de los padres? Cuando los padres aceptan un colegio para sus hijos adquieren el compromiso de colaborar con los tutores y el resto de los profesores en la educación de los pequeños y a participar a través de los cauces establecidos como el Consejo escolar, la Asociación de padres, etc.
Otro deber de los padres es no inmiscuirse en las tareas directivas del colegio, ni adoptar actitudes fiscalizadoras, que desembocan habitualmente en desconfianzas mutuas. Por el contrario los padres han de hacer crítica constructiva a través de los cauces de participación para mejorar el funcionamiento general.
¿Y los derechos del centro educativo? Tiene derecho a pedir a los padres que depositen su confianza en el ejercicio de sus funciones docentes, como la selección y formación del equipo directivo, el nombramiento de tutores, la organización escolar y el desarrollo de las actividades.
Entre los deberes del colegio, podemos destacar: facilitar a los padres toda la información relativa al proyecto educativo y el programa de actividades. Y después el centro debe mantener y desarrollar los principios establecidos, para que animen la vida del centro.
Cuando algunos profesores no ponen en práctica esos principios, la dirección ha de exigente para que el proyecto educativo o ideario no se convierta en "papel mojado".
Arturo Ramo García
C) Los profesores piden el respaldo de las familias
El 87% de los docentes españoles piensan que el prestigio social de la profesión ha empeorado.
Padres, alumnos y sobre todo los profesores consideran que el prestigio y el reconocimiento social de la profesión docente han empeorado en España. Y el principal factor de esta pérdida de prestigio es que los padres cuestionan las decisiones de los profesores delante de los hijos.
Es lo que se despende del estudio presentado durante una Jornada dedicada al “Respaldo social de la profesión docente”, organizada en Madrid por la Confederación de Padres de Alumnos COFAPA El estudio se basa en una encuesta a más de 3.000 padres, profesores y alumnos de Primaria y ESO (mayoritariamente, un 60%, de centros públicos) y entrevistas con expertos en la educación.
Sus autores son el catedrático de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la UNED, Ramón Pérez Juste; Inmaculada Egido, profesora titular de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, y Jaume Sarramona, catedrático de Teoría Educativa de la Universidad Autónoma de Barcelona.
En la encuesta, los profesores son los que más perciben que su trabajo no recibe la consideración que merece. Sin embargo, los alumnos y los padres sí reconocen en sus respuestas el destacado papel que desempeñan los profesores. “Todos los grupos, pero de forma muy acusada el profesorado, con un 87% de los casos, consideran que el prestigio y el reconocimiento de la profesión docente ha empeorado”, afirma una de las conclusiones.
Cuando se les pregunta sobre los factores que más contribuyen al prestigio de los docentes, los encuestados destacan la vocación, la formación y la entrega. Hay bastante consenso en relación con lo que se debe evitar para no desprestigiar la profesión docente. En primer lugar, el 75% de los docentes cita como factor perjudicial la actitud de los padres que cuestionan sus decisiones delante de los hijos, una opinión compartida por el 68% de las familias y el 45% de los alumnos; en segundo lugar, el 71% de los profesores, el 66% de los padres y el 57% de los estudiantes creen que los continuos cambios legislativos en educación inciden negativamente y desaniman; por último, casi la mitad de los docentes y más de un tercio de los padres y de los alumnos mencionan la denominada “promoción automática” (pasar de curso con varios suspensos) como elemento que perjudica notablemente el trabajo docente.
Preguntados por las personas o instituciones responsables de la actual valoración social de los docentes, el 58% de los profesores cita a los padres; el 46,6%, a los políticos, y el 23,2% se refiere a los medios de comunicación. Los padres también se culpan a sí mismos en mayor medida (en el 47,5% de los casos), a los políticos (en el 36,9%) y “a los propios profesores” (en el 30%).
También hay consenso sobre el papel negativo de determinados medios de comunicación, que alimentan una imagen polémica y catastrofista de la enseñanza, cuando no presentan –como sucede con algunas series televisivas– una imagen deformada y negativa de lo que sucede en los centros educativos. Entre las medidas que se proponen para mejorar el prestigio docente, el 55% del profesorado reclama que se respalde su autoridad en los conflictos escolares; el 29% pide que se les apoye en caso de enfrentamiento con los padres; y el 39%, que se clarifiquen ante la sociedad el reparto de funciones entre la escuela y la familia.
Preguntados por la satisfacción laboral, cuatro de cada diez profesores responden con un “bastante satisfecho” y otro tanto lo hacen con un “algo satisfecho”.
Los profesores valoran principalmente la estabilidad en el empleo y la autonomía profesional, y se muestran menos satisfechos en aspectos como las posibilidades de promocionar y la edad de jubilación. De hecho, el actual sistema de carrera docente es insuficiente para el 75% de los profesores encuestados. Cerca del 40% cree que la formación docente inicial es insatisfactoria o muy insatisfactoria, y sólo el 56,5% asegura que está bien preparado para los retos de su trabajo. Sobre el acceso a la profesión docente, los profesores son muy críticos con el sistema actual, especialmente con el abuso que se hace de la interinidad. Y sobre los salarios, se comparte la percepción de que son planos y poco motivadores. En relación con los horarios, las opiniones de los profesores de la enseñanza pública y la enseñanza privada son distintas.
Los padres y los alumnos piensan que deberían dedicarse a la enseñanza los mejores. Para ello proponen otras vías de entrada y selección de los aspirantes a la docencia, como sucede en otros países: Finlandia, Hong Kong, Singapur...
Los padres y los alumnos destacan que debería prevalecer la vocación y el compromiso como las condiciones necesarias para dedicarse a esta profesión.
Ramón Pérez Juste; Inmaculada Egido, profesora titular de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, y Jaume Sarramona, catedrático de Teoría Educativa de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Con la autorización de: www.aceprensa.com
D) Colaboración entre padres, profesores y alumnos
"Somos un equipo." Pero educar requiere un cierto trabajo en red, paciente y coordinado, para sacar lo mejor de los jóvenes.
La tarea conjunta de profesores y padres es educar a los jóvenes. Para ello hace falta recordar una serie de factores que facilitarán nuestros esfuerzos.
1. Mostremos clara confianza hacia la persona que nos atiende en las tareas educativas de nuestros hijos e hijas.
2. Intentar “hablar el mismo idioma” desde el primer momento: objetivos, expectativas, medios idóneos, disponibilidad, capacidades y posibilidades reales de todos los implicados en el proceso educativo, etc.
3. Tener en cuenta la libertad y capacidades de cada criatura, como ingredientes necesarios en la intervención educativa; evitemos fijar el rendimiento académico como un fin en sí mismo.
4. Las buenas calificaciones serán el resultado lógico del esfuerzo y la constancia, aunque en algunos casos sea preciso poner medios extraordinarios.
5. Tener claro que el tutor, profesores y demás expertos no son los protagonistas. Son unos colaboradores estupendos en la educación de las criaturas e incluso pueden orientar en las dinámicas familiares, pero los primeros educadores son los padres.
6. Aceptar de buen grado los datos objetivos que se intercambien padres y tutores, Es preciso trabajar en equipo, ser muy pacientes y constantes, decir lo que nos preocupa, tirar en la misma dirección.
7. Evitar la búsqueda de recetas mágicas: pensar que cada hijo es diferente y lo que a uno le fue bien, a otro quizás le sea contraproducente.
8. Reconocer que es laboriosa la tarea de educar, pero fácil y fascinante –con numerosos e imprescindibles sacrificios claro- si ponemos los medios necesarios y nos dejamos ayudar.
9. Participación necesaria -de la madre y el padre- en reuniones, cursos de orientación y tutorías.
10. Utilizar medios para comunicarse, puntualmente, con facilidad y sencillez. Así mejora el seguimiento y evaluación de los objetivos planeados en tutorías con padres y alumnos.
11.Solicitar bibliografía específica y adecuada para ampliar formación sobre los temas más necesarios en cada caso y edad.
Emili Avilés Cutillas. Con la autorización de: www.forumlibertas.com
Tertulia dialogada.
Escribir las dudas sobre este texto y dos ideas interesantes. Contestar por escrito a estas cuatro preguntas y llevarlas después a la reunión general de la tertulia:
¿Qué responsabilidad tienen los profesores? ¿Y los padres?
1. ¿Por qué es necesaria la colaboración de padres y profesores?
2. Señalar los deberes de los padres y de los profesores
3. ¿Cómo mejorar el prestigio de los profesores?
4. ¿Cómo trabajar en equipo los padres y profesores?
Bibliografía:
José M. Cervera y José A. Alcázar. Las relaciones padres-colegio. Editorial Palabra
Enlaces de Internet:
Análisis de la situación educativa actual
Iniciativas para rescatar el prestigio de la escuela pública
La escuela y su entorno social Relaciones entre profesores y alumnos Restaurar la confianza entre padres y profesores Relaciones familiares estables Las relaciones entre profesores y alumnos Ejercicios interactivos de la
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