1. El fin del hombre: dar gloria a Dios, conocerle y amarle |
Introducción
Al nacer formamos parte de una familia que nos da el nombre y apellidos; en esa familia nacemos, crecemos y desarrollamos nuestras capacidades naturales. El bautismo produce en nosotros un segundo nacimiento -esta vez a la vida sobrenatural de la gracia- , que nos hace cristianos y nos introduce en la gran familia de la Iglesia. Los bautizados somos y nos llamamos cristianos. Ése es nuestro nombre. Como los primeros discípulos de Cristo: Pedro, Santiago, Juan..., también nosotros somos discípulos de Cristo.
Del mismo modo estamos orgullosos de pertenecer a nuestra familia, en donde aprendemos muchas cosas, hemos de estarlo por pertenecer a la familia de la Iglesia. La Iglesia nos enseña también muchas cosas, que además son las más importantes, las únicas verdaderamente importantes.Artículo: Objeción de conciencia
®Arturo Ramo García.-Registro de Propiedad Intelectual de Teruel nº 141, de 29-IX-1999 Plaza Playa de Aro, 3, 1º DO 44002-TERUEL