La muchacha no le _izo
caso,
pero su ca_era
terminó muy pronto,
porque, como sus pies
_eran
tan delicados,
no pudo sufrir la aspere_a
de las piedras,
y acabó
ca_endo
al suelo.
Y allí se quedó,
pensati_a,
sin
dec_r
nada y con gesto muy triste.
El cura y el _arbero
se le acercaron,
y trataron de animarle lo me_or
que supieron
Pero la muchacha
sigui_
muda por un buen rato
como si _ubiese
perdido la lengua
_asta
que los dos hombres se ganaron por fin
su confianza y
e_a
aceptó contarles su historia
- Me llamo _orotea
-dijo-
y voy _uscando
a un hombre
al que quiero más que a mi propia _ida.
Su no_bre
es don Fernando,
y es un joven rico y de alto
lina_e.
Yo le entregu_
mi cuerpo y mi alma
porque me di_
palabra de matrimonio,
pero _ace
algunas semanas se marchó
de su casa sin despedirse de
m_
y ya no _e
vuelto a saber nada de
él.
Así que
_oy
buscándolos por
los caminos para
_ablarle,
porque mi coraz_n
no descansará
_asta
que sepa las razones por las que
don Fernando me _a
desdeñado.
Y el motivo por el que voy _estida
de hombre
es para evitar los peligros que
co_emos
las mujeres cuando via_amos
solas.
El cura y el barbero se co_prometiron
a a_udar
a Dorotea en su búsqueda,
y ella les agradeci_
la ayuda con dulces palabras
-Pero, díganme, ¿y _uestras
mercedes
qué hacen en la sierra? -preguntó la
much_cha.
Y así fue como supo de la locura de _on
Quijote
y de la _artimaña
con que el cura y el barbero
querían devolv_rlo
a su casa.
¿HAS
COMPRENDIDO ESTA LECTURA?
Los pies de la muchacha eran...
a)
duros. b) fuertes. c)
delicados.
El hombre que buscaba se llamaba...
a)
don Fernando. b) don Sancho. c)
don Quijote.
A causa de los peligros la muchacha iba vestida de...
a)
mujer. b) hombre.
c) ángel.