12. Mantener el amor |
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1. Cultivar el amor El amor conyugal ha de cultivarse con la paciencia, el interés y el mimo con el que un buen jardinero cuida las plantas de su jardín. Lo mismo que las plantas, estará vivo si crece. No se puede conservar en un congelador o en una campana de vidrio. Allí no pueden crecer las plantas ni el amor. El enemigo más peligroso es la rutina. Ya lo dijo Balzac: "El matrimonio debe luchar sin tregua contra el monstruo que todo lo devora: la costumbre". Por eso hay que fomentar la creatividad y la capacidad de sorprender a quien queremos. Siguiendo con el ejemplo de la planta, si no se riega durante un tiempo parecerá que tiene lozanía, pero después se marchitará definitivamente. Para un cónyuge, lo más importante de la familia es el otro cónyuge. Esto está por encima del trabajo, del dinero, de los caprichos, de los gustos y de los propios hijos. |
Cultivar el amor se consigue pensando cada día un poco para ver cómo puede darle una alegría o una sorpresa al otro cónyuge. Y después poniendo los medios para realizar ese propósito. Pueden ser un gesto, una sonrisa, una atención y también evitando todo lo que le desagrada.
(Pintura: Pareja elegante en el interior. NEER, Eglon van der. Ateneo Wodsworth. Hartford)
2. Los detalles A veces una mala costumbre puede perjudicar mucho el amor conyugal. Por ejemplo, la puntualidad. El marido puede ponerse nervioso o enfadarse si su esposa tarda mucho en arreglarse y retrasa la salida de casa hasta peligrar llegar puntualmente a la cita prevista. En otras ocasiones puede ser el marido el que se retrasa por solucionar asuntos profesionales, que podrían esperar o solucionarse al día siguiente. Otro detalle que se puede cuidar es la hora de llegada a casa después de un día de trabajo. A veces se retrasa innecesariamente o por temor a encontrarse en casa con los hijos que piden la atención o el otro cónyuge que necesita ser atendido. Estos retrasos injustificados pueden deteriorar de alguna forma el ambiente familiar. La mujer debe cuidar su aspecto personal para estar atractiva y elegante. Dice el refrán que "la mujer compuesta saca al hombre de otra puerta". El hombre, por su parte, ha de cuidar las relaciones con compañeras de trabajo o secretarias para no caer en la infidelidad. (Pintura: Sagrada Familia. COELLO, Claudio. Museo de Bellas Artes de Budapest). |
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3. Responsabilidad común
Lo mismo que los dos cónyuges han de cuidar el amor y el matrimonio, también han de ser responsables en las tareas domésticas, tales como el orden de la casa, la limpieza, poner y quitar la mesa, el arreglo de los desperfectos, etc. Esto también dependerá si los esposos trabajan fuera de casa o no y de otras muchas circunstancias.
También los hijos pueden y deben colaborar en el cuidado del hogar según su edad y sus posibilidades. No pueden ver su casa como un restaurante o un hotel en el que son servidos sin echar una mano en el trabajo. Con esto se pueden ejercer virtudes como la generosidad, la laboriosidad y el espíritu de servicio.
La mujer, en cuanto esposa y madre, es el corazón de la unión familiar, que da calor de hogar, pero el ambiente luminoso y alegre de la familia es tarea de todos, incluidos los hijos.
(Pintura: Bodegón de libros. HEEM, Jan Davidsz. Mauritshuis. The Hague).
A. Contesta a cada pregunta con una palabra y escríbela en un papel para escribirla después en el juego de palabras:
1. Hay que cultivar el amor como un... |
2. Lo más importante en la familia es el otro... |
3. Evitar todo lo que le... |
4. Puede perjudicar el amor una mala... |
5. La mujer ha de estar atractiva y... |
6. La mujer compuesta saca al hombre de otra... |
7. Todos son responsables en las tareas... |
8. También han de colaborar los... |
9. Ayudando en casa se practican varias... |
10. El corazón de la unión familiar es la... |
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