El oso y los viajeros |
Dos viajeros iban juntos por la carretera cuando de repente apareció un oso. Uno de ellos corrió hacia un árbol de la vera del camino, trepó a las ramas y se ocultó. El otro no era tan ágil como su compañero y, como no pudo escaparse, se arrojó al suelo y fingió estar muerto. El oso se le acercó y lo olfateó, pero el viajero se quedó muy quieto y mantuvo el aliento, pues dicen que un oso no toca un cadáver. El oso lo tomó por un cadáver y se alejó. Cuando pasó el peligro, el viajero del árbol bajó y preguntó al otro qué le había susurrado el oso cuando le acercó la boca a la oreja. El otro respondió:
-Me aconsejó que nunca más viajara con un amigo que te abandona ante la primera señal de peligro.
El infortunio pone a prueba la sinceridad de la amistad.
Citado por William J. Bennett. El libro de las virtudes. Vergara.
SUGERENCIAS METODOLÓGICAS
Objetivo.- Aprender a ser buenos amigos y vivir la fidelidad.
Contenidos.-
Fidelidad
Vivir la fidelidad se traduce en la alegría de
compartir con alguien la propia vida, procurando la felicidad y la mejora
personal de la pareja.
La
fidelidad es un valor fundamental. Ya hemos escrito antes del valor de la
lealtad que se aplica muy directamente con amigos, amistades, familiares y compañeros
de trabajo. Sin embargo la fidelidad como valor se aplica más directamente a
las relaciones de pareja entre novios y entre esposos, y hoy hemos querido
profundizar en este tema, porque no es necesario sufrir la infidelidad de la
pareja para entender que este es un valor fundamental.
Alcanzar el verdadero y único amor es la aspiración más
noble del hombre, sin embargo, el egoísmo y el placer se han convertido en dos
gigantes que impiden tener una relación sana, estable y de beneficio para las
personas. Hacer conciencia y robustecer el valor de la fidelidad, es una
necesidad que nos apremia en beneficio de nosotros mismos, la familia y la
sociedad entera.
La fidelidad es el íntimo compromiso que asumimos de
cultivar, proteger y enriquecer la relación con otra persona y a ella misma,
por respeto a su dignidad e integridad, lo cual garantiza una relación estable
en un ambiente de seguridad y confianza que favorece al desarrollo integral y
armónico de las personas.
Por extraño que pueda parecer, la fidelidad es anterior a la
relación misma; debemos conocer y descubrir realmente lo que buscamos y estamos
dispuestos a dar en una relación. La rectitud de intención nos ayudará a
superar el egoísmo y hacer a un lado los intereses poco correctos.
Así, una relación está destinada al fracaso por desvirtuar
el propósito de la misma: Esto sucede con quien busca un joven apuesto o una
chica hermosa para satisfacer la propia vanidad o la búsqueda de placer; peor aún
si se pretende a través de esa relación, alcanzar una mejor posición social y
un interés económico. Poco futuro tiene esa pareja cuando alguna de las partes
no ha entendido que debe haber disposición para compartir, comprender y
colaborar al perfeccionamiento personal del otro.
Podemos afirmar que el egoísmo es el mayor peligro para
cualquier relación. Aunque no siempre aparece a primera vista, podemos observar
que algunas personas se dejan llevar por todo lo que es novedoso: ropa, autos,
aparatos...; con el consecuente cumplimiento de sus caprichos, buscando el
placer en la comida, la bebida, el sexo y la diversión.
Estas personas están en constante peligro de faltar a la
fidelidad en cualquier momento, porque su vida está orientada a la novedad, al
cambio y a la búsqueda de nuevas experiencias y satisfacciones. Ser fiel cuesta
trabajo porque no existe la disposición a dar y a darse. ¿Cómo esperar que
una relación no sea aburrida al poco tiempo? ¿Cómo pretender que se eviten
nuevas experiencias? Vencer al egoísmo, al placer y a la comodidad con una
conducta sobria, garantiza nuestro crecimiento personal, y por ende, el de
cualquier relación.
La fidelidad no es exclusiva del matrimonio, es indispensable
en el noviazgo porque no hay otra forma de aprender a cultivar una relación y
hacer que prospere. No está mal que los jóvenes conozcan a distintas personas
antes de decidir con quien sacar adelante su proyecto de vida, pero debe hacerse
bien, sin engaños, procurando conocer realmente a la persona, dando lo mejor de
sí mismos, teniendo rectitud de intención en sus intereses, eso es noble,
correcto y sobre todo, leal.
También debemos ser cautelosos en nuestros afectos y tratar
con delicadeza y respeto a las personas del sexo opuesto, máxime si ya tenemos
otra relación o un compromiso con alguna persona en particular. Una cosa es la
cortesía y el trato amable, otra muy diferente los halagos, las excesivas
atenciones y la comunicación de sentimientos e inquietudes personales; estos
intercambios hacen crecer un afecto que va más allá de la amistad y de la
convivencia profesional porque se involucra a la persona en nuestra vida, en
nuestra intimidad y siempre tendrá la misma consecuencia: faltar a la
fidelidad. Por eso, es necesario ser muy cuidadosos con nuestro trato en la
oficina, la escuela, con los familiares y en todos los lugares que frecuentamos.
La fidelidad no es atadura, por el contrario, es la libre expresión de nuestras
aspiraciones, nos colma de alegría e ilumina cotidianamente a las personas. Una
buena relación posee una serie de características que la hacen especial y
favorecen a la vivencia de la fidelidad, pero deben cuidarse para que no sean el
producto de la emoción inicial: - Compartimos alegrías, tristezas, triunfos, fracasos,
planes... todo. La fidelidad no es sólo la emoción y el gusto de estar con
la pareja, es la lucha por olvidarnos de pensar únicamente en nuestro
beneficio; es encontrar en los defectos y cualidades de ambos la oportunidad de
ser mejores y así llevar una vida feliz. Con
autorización de:
www.encuentra.com
Actividades.-
1. Leer y explicar esta fábula.
2. Los alumnos harán una redacción de cómo hacer para conseguir
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- Existe el interés por estar al lado de la persona, se
procuran detalles de cariño y momentos agradables.
- Constantemente se hace un esfuerzo por congeniar y limar
las asperezas, procurando que las discusiones sean mínimas para lograr la paz y
la concordia lo más pronto posible.
- Se da poca importancia a las fallas y errores de la pareja,
hacemos todo lo posible por ayudar a que las supere con comprensión y cariño.
- Somos cada vez más felices en la medida que se
"avanza" en el conocimiento de la persona y en la forma en la que
corresponde a nuestra ayuda.
- Por el respeto que merece nuestra pareja, cuidamos el trato
con personas del sexo opuesto, con naturalidad, cortesía y delicadeza; que a
final de cuentas, es el respeto que tenemos por nosotros mismos.
Sin lugar a dudas, cuando somos fieles podemos decir que
nuestra persona se perfecciona por la unión de dos voluntades orientadas a un
fin común: la felicidad del otro. Cuando este interés es auténtico, la
fidelidad es una consecuencia lógica, gratificante y enriquecedora.
Vivir la fidelidad se traduce en la alegría de compartir con
alguien la propia vida, procurando la felicidad y la mejora personal de la
pareja, generando estabilidad y confianza perdurables, teniendo como resultado
el amor verdadero.
®Arturo Ramo García.-Registro de Propiedad Intelectual
de Teruel nº 141, de 29-IX-1999
Plaza Playa de Aro, 3, 1º DO 44002-TERUEL (España)
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