¿Qué es el carácter? |
¿Qué pensamos cuando decimos de alguien: es un joven de carácter?
Con la palabra carácter entendemos la adaptación de la voluntad del hombre a una dirección justa; y joven de carácter es aquél que tiene principios nobles, y permanece firme en ellos, aún cuando esta perseverancia fiel le exija sacrificios.
En cambio, es de carácter inestable, de poca garantía, débil o-en último grado- es hombre sin carácter, quien contra la voz de la propia conciencia cambia sus principios según las circunstancias, según la sociedad, según los amigos, etc., y hace traición a sus ideales desde el momento en que por ellos tenga que sufrir lo más mínimo.
Con esto ya puedes ver en qué consiste la educación del carácter. En primer lugar: hay que adquirir ideales, principios; después tenemos que acostumbrarnos, con un ejercicio continuo, a obrar según nuestros nobles ideales en cualquier circunstancia de la vida. La vida moral del hombre sin principios está toda ella expuesta a continuas sacudidas y es como la caña azotada por la tempestad. Hoy obra de un modo, mañana se deja llevar por otro parecer. Antes de todo, pues, pongamos principios firmes en nuestro interior; después adquiramos fuerzas para seguir siempre lo que hemos juzgado justo y recto.
El primer deber que te incumbe es formar principios rectos en tu alma. ¿Cuál es, por ejemplo, el principio recto en el estudio? “He de estudiar con diligencia constante, porque he de pulir las dotes, que me fueron dadas, según la voluntad de Dios.” ¿Cuál es el principio justo respecto a mis compañeros? “Lo que deseo que me hagan a mí, he de hacerlo yo también a los otros.” Y así sucesivamente. En todo has de tener principios justos.
El segundo deber -ya más difícil- es seguir los principios justos, es decir, educarte para una vida de carácter.
Tihamer Toth. El joven de carácter.
SUGERENCIAS METODOLÓGICAS
Objetivo.- Valorar la formación del carácter y la educación de la personalidad.
Contenido.-
Carácter
Transformar la imagen de una personalidad
emprendedora, llena de energía, de fuerza y vitalidad, a una forma de ser
propia y natural.
El tener carácter implica una decisión firme y una férrea
voluntad para proponernos objetivos y alcanzarlos en la medida de nuestras
posibilidades, el cultivo de los buenos hábitos, la actitud positiva hacia el
trabajo y el esfuerzo por dominar a nuestros impulsos y al egoísmo.
El transformar la imagen de una personalidad emprendedora,
llena de energía, de fuerza y vitalidad, a una forma de ser propia y natural,
es sin lugar a dudas, algo atractivo para cualquier persona. Con cierta
facilidad podríamos calificar si una persona tiene carácter o no, dependiendo
de las actitudes que consideramos como positivas, o en su defecto, con falta de
firmeza y según sea el caso. Esta valoración que hacemos de los demás, ¿la
hacemos para nuestra persona sin tratar de engañarnos nosotros mismos?
En algunos momentos se ha malentendido el "tener carácter"
como sinónimo de rudeza, prepotencia, altanería, u obstinación. Por otra
parte, no siempre se ha identificado la falta de carácter con las quejas
continuas por el trabajo y todo lo que implica, las labores domésticas los
estudios... y en general de todo aquello que de alguna manera nos incomoda.
Una persona con carácter tiene retos constantes, no contra
los demás, sino para consigo mismo. Cada reto personal es una manera de forjar
un carácter recio, firme y decidido, incapaz de detenerse ante los obstáculos,
de lamentarse por el cansancio o cuando las cosas salen mal.
Podemos revisar algunos aspectos de nuestra vida, que
seguramente nos ayudarán a descubrir si estamos formando adecuadamente nuestro
carácter:
En la oficina, la escuela o en el hogar y con todas sus
variantes ¿Cómo es nuestro trabajo? Hablamos de trabajar con intensidad, sin
perder demasiado tiempo en el café o en la plática, procurando hacer las cosas
en el momento, sin detenernos a buscar si hay algo más fácil que hacer. Además
es necesario considerar como un deber, el terminar todo lo que hemos comenzado
sin distraernos en otra cosa, aunque estemos cansados y procurando hacerlo lo más
perfecto posible.
Lo propio siempre será asumir siempre nuestra
responsabilidad en cualquier caso, lo que nos lleva a evitar mentir o dar
pretextos y justificaciones cuando cometimos un error por negligencia. En este
rubro se considera el evadir algunas tareas que nos son particularmente
desagradables, como aparentar demasiado trabajo para que nuestro jefe no nos
asigne una tarea extra para el día de hoy.
De alguna forma todo aquello que tenemos en nuestro interior,
lo manifestamos muchas veces sin darnos cuenta: los días pasarán lentamente si
continuamente estamos pensando en que llegue el fin de semana para liberarnos, y
así dedicarnos a descansar, ponernos cómodos y divertirnos, en pocas palabras:
pereza.
Poca fortaleza interior se ve reflejada en las quejas que
hacemos por todo: la cantidad de trabajo, del clima, del tráfico... si algo
solucionamos, adelante.
Nuestro trato a los demás siempre debe ser cordial, y no sólo
eso, hay que evitar por todos los medios criticar o que se haga crítica de las
personas. Esto sólo refleja envidia y vano amor propio.
Para formar el carácter es necesario tener dominio sobre
nuestra persona, mediante pequeñas, pero continuas acciones que hagan más
fuerte nuestra voluntad, principalmente:
- Hacer pequeños esfuerzos que nos ayuden a dominar nuestros
gustos y caprichos. Como levantarse 10 minutos antes de lo normal, comer un poco
menos de aquello que más nos gusta, ver menos tiempo la televisión o en su
defecto ver el noticiero completo.
- Hablar bien de las personas, siempre.
- Llegar al trabajo o a la casa con una sonrisa.
- Saludar con educación y cortesía a todas las personas.
- Aprender a escuchar y considerar las opiniones y consejos
que nos dan.
- Pedir perdón si ofendimos o hicimos pasar un mal momento a
alguien por nuestro mal humor.
- Hacer con empeño las cosas que consideramos poco
agradables. Si nos confían algo, es porque se tiene la confianza de que está en
nuestras posibilidades realizarlo.
- Cumplir con las promesas y compromisos que hemos hecho.
- Proponerse varios retos personales: como trabajar mejor,
aprender algo nuevo, mejorar nuestro trato hacia los demás, etc.
La persona que verdaderamente tiene carácter no ve obstáculos,
sino retos; domina sus impulsos para ser dueño de su voluntad: conserva
amistades y relaciones por los valores que transmite; encuentra alegría en lo
que hace, sin conformarse con ser feliz a través de los placeres pasajeros.
Con autorización de: www.encuentra.com
Actividades.-
1. Leer y explicar el texto.
2. Se reparten fotocopias a los alumnos y cada uno escribe en un folio las características de un chico de carácter, y los pasos a seguir para educar el carácter personal.
4. Se hace una puesta en común entre las contestaciones de varios alumnos.
| Formación: El pecado original | Otros: Religión pequeños |
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