
EL NIÑO
DE CRISTAL
Una vez, en una lejana ciudad nació un niño transparente. Se podía ver a través
de su cuerpo como a través del aire o del agua. era de carne y hueso pero
semejaba vidrio; aunque si caía no se rompía ni quebraba, alguna que otra vez
le salía un chichón pero era transparente: se le veía latir el corazón y
deslizar sus pensamientos como si fuesen pececitos de colores dentro de una
pecera.
Una vez, sin querer dijo una mentira y de inmediato toda la gente pudo ver como
un globo de fuego a través de su frente. Volvió a decir la verdad y el globo
desapareció. De esta manera no volvió a mentir el resto de su vida.
El niño se llamaba Jaime y la gente le llamaba el niño de cristal y le querían
por su sinceridad y lealtad; junto a él todos eran amables.
Jaime creció, se hizo un hombre y cualquiera podía leer sus pensamientos y
adivinar las respuestas cuando le hacían preguntas.
Un día, en aquel país, llegó a gobernar un feroz dictador. Comenzó un
periodo de injusticias, abusos y miseria para el pueblo. Si alguien se atrevía
a protestar, desaparecía sin dejar rastro. Si alguien se sublevaba, era
fusilado de inmediato. La gente callaba y sufría. Jaime no podía callar,
porque sin abrir boca sus pensamientos hablaban en voz alta y cualquiera podía
leer en su frente el dolor por la miseria y la condena por las injusticias del
tirano.
El dictador le hizo encarcelar en el antro más oscuro. Y ocurrió que las
paredes de la celda donde estaba Jaime, de golpe, se hicieron transparentes y
también las murallas de la prisión. La gente que pasaba por la calle podía
continuar leyendo en la frente y el corazón de Jaime. De noche, la celda era un
foco que expelía una gran luz y el tirano en su palacio no podía dormir aunque
cerrara bien toda las ventanas.
Encarcelado y privado de libertad, Jaime era más poderoso que el tirano, porque
la verdad es más fuerte que cualquier cosa, más clara que la luz del día, más
temible que el huracán.
Adaptación de Gianni Rodari.
SUGERENCIAS
METODOLÓGICAS
Objetivo.- Valorar
la sinceridad en las relaciones con los demás.
Contenido.-
Honestidad
La honestidad es una de las cualidades que nos gustaría
encontrar en las personas o mejor aún, que nos gustaría poseer.
Si alguna vez debemos hacer un listado de las cualidades que
nos gustaría encontrar en las personas o mejor aún, que nos gustaría poseer,
seguramente enunciaremos la Honestidad, porque garantiza confianza, seguridad,
respaldo, confidencia, en una palabra integridad.
La Honestidad es una forma de vivir congruente entre lo que
se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo, que junto a la
justicia, exige en dar a cada quien lo que le es debido.
Podemos ver como actitudes deshonestas la hipocresía,
aparentando una personalidad que no se tiene para ganarse la estimación de los
demás; el mentir continuamente; el simular trabajar o estudiar para no recibir
una llamada de atención de los padres o del jefe inmediato; el no guardar en
confidencia algún asunto del que hemos hecho la promesa de no revelarlo; no
cumpliendo con la palabra dada, los compromisos hechos y la infidelidad.
Faltar a la honestidad nos lleva a romper los lazos de
amistad establecidos, en el trabajo, la familia y en el ambiente social en el
que nos desenvolvemos, pensemos que de esta manera la convivencia se hace prácticamente
imposible, pues ésta no se da, si las personas somos incapaces de confiar unos
en otros.
Para ser Honesto hace falta ser sinceros en todo lo que
decimos; fieles a las promesas hechas en el matrimonio, en la empresa o negocio
en el que trabajamos y con las personas que participan de la misma labor;
actuando justamente en el comercio y en las opiniones que damos respecto a los
demás. Todos esperan de nosotros un comportamiento serio, correcto, justo,
desinteresado, con espíritu de servicio, pues saben que siempre damos un poco más
de lo esperado.
En la convivencia diaria podemos vivir la honestidad con los
demás, no causando daño a la opinión que en general se tiene de ellas, lo
cual se puede dar cuando les atribuimos defectos que no tienen o juzgando con
ligereza su actuar; si evitamos sacar provecho u obtener un beneficio a costa de
sus debilidades o de su ignorancia; guardando como propio el secreto profesional
de aquella información que es particularmente importante para la empresa en la
que prestamos nuestros servicios, o de aquel asunto importante o delicado que
nos ha confiado el paciente o cliente que ha pedido nuestra ayuda; evitando
provocar discordia y malos entendidos entre las personas que conocemos; señalando
con firmeza el grave error que se comete al hacer calumnias y difamaciones de
quienes que no están presentes; devolviendo con oportunidad las cosas que no
nos pertenecen y restituyendo todo aquello que de manera involuntaria o por
descuido hayamos dañado..
Si queremos ser Honestos, debemos empezar por enfrentar con
valor nuestros defectos y buscando la manera más eficaz de superarlos, con
acciones que nos lleven a mejorar todo aquello que afecta a nuestra persona y
como consecuencia a nuestros semejantes, rectificando cada vez que nos
equivocamos y cumpliendo con nuestro deber en las labores grandes y pequeñas
sin hacer distinción.
Las relaciones en un ambiente de confianza conducen a la
mejora personal y ajena, pues si en todo momento se obra con rectitud, se
aprende a vivir como hombre de bien.
Con
autorización de:
www.encuentra.com
Actividades.-
1. Leer en voz alta y explicar el texto.
2. Establecer un diálogo con los alumnos, de forma que las preguntas que
se planteen las respondan otros niños, haciendo el profesor de moderador.
3. Hacer grupos de trabajo para buscar situaciones en que es difícil ser
sincero y buscando las razones del por qué hay que decir la verdad.
4. Se hace la puesta en común entre los distintos equipos.
Aplicaciones
didácticas
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Artículo: Autorización positiva del mal
Otros:
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