Obra, acomete |
Para la formación del carácter no basta la abnegación, el abstine; ni la perseverancia, el sustine; junto a ellas es menester un vigor valiente, una voluntad decidida: ¡Obra! ¡Acomete! ¡Aggredere! A los valientes la suerte los ayuda.
Hay jóvenes a quienes no les es difícil ni la abnegación ni la perseverancia, pero rehuyen el trabajo en que se necesita vigor. No hacen bien. No damos el calificativo de “joven de carácter” al muchacho que se sienta cabizbajo en un rincón, y no hemos de entender por abnegación la comodidad, ni por vida cristiana el descanso, la tranquilidad inactiva, sino el movimiento, la acción, ya que la misma felicidad de los cielos llamamos “vida eterna”. Nuestra religión, además de tener preceptos que dicen “lo que no has de hacer”, tiene en abundancia otros que te prescriben “lo que has de hacer”. Por lo tanto, “¡obra, acomete!”
Dicen que la fatalidad tiene puños de hierro que pueden caer sobre cualquiera. ¡Qué más da! Tú, en cambio, tienes alma, y por eso puedes disponer de más perseverancia, resistencia, elasticidad que todo el mundo material. “Pon la mano si deseas alcanzar algo”, dice el refrán.
La hoja de acero tiene elasticidad, pero también dureza. Y ¿cómo se prepara? En el fuego, en medio de vivas llamas.
La vida humana se forma con eslabones de pequeños acontecimientos. Uno a uno parecen de poca monta, y, no obstante, son ellos los que integran la vida. Los ingentes rascacielos se edificaron con piedras pequeñas; la vida excelsa se compone de cosas insignificantes, pero también todas las grandes caídas morales tuvieron por principio un leve tropiezo. No hay que temer por quien sabe guardarse de las faltas pequeñas: éste no tendrá grandes caídas.
Observa en qué tropieza la mayoría de los hombres por la calle. ¿En grandes piedras que encuentran por su camino? No. Estas las notan ya de lejos. Pero resbalan al pisar por casualidad un hueso de cereza y caen.
La perdición de muchos jóvenes empieza por pequeñeces, inocentes al parecer. Con no cumplir alguna que otra regla de la disciplina escolar, excusar con pequeñas mentiras la pereza, pasar algún rato con malas compañías y sin hacer nada, todas esas cosas no son en fin de cuentas tan importantes. Pero de las acciones repetidas con frecuencia se forma el hábito: de acciones malas nace la mala costumbre; de las buenas, la buena.
Tihamer Toth. El joven de carácter. Atenas.
SUGERENCIAS METODOLÓGICAS
Objetivo.- Aprende a realizar obras o acciones de virtud.
Contenido.-
Superación
La superación no llega con el tiempo, el simple deseo
o con la automotivación, requiere acciones inmediatas, planeación, esfuerzo y
trabajo continuo.
Nuestra vida esta llena de oportunidades, saber aprovecharlas
y obtener los frutos deseados constituyen el centro de nuestras aspiraciones.
Actualmente se habla de excelencia personal y el éxito al alcance de la mano,
sin embargo, muchas de estas fórmulas se enfocan a la solución de problemas y
al logro de una posición económica preponderante, quedando cortas en lo que a
la superación personal se refiere, la verdadera superación no tiene cantidad
sino calidad.
La superación es el valor que motiva a la persona a
perfeccionarse a sí misma, en lo humano, espiritual, profesional y económico,
venciendo los obstáculos y dificultades que se presenten, desarrollando la
capacidad de hacer mayores esfuerzos para lograr cada objetivo que se proponga.
Si la superación es un deseo innato de los seres humanos ¿por
qué en ocasiones nos detenemos? El principal obstáculo es nuestra persona, con
temores encubiertos de excusas, con la vana esperanza de una oportunidad
"de oro" o el momento adecuado para cambiar de vida; en el peor de los
casos, la pereza y el pesimismo propios del conformista.
Podemos observar a personas que constantemente hablan de sus
planes y el noble afán que tienen por darle un nuevo y mejor rumbo a su vida,
sin embargo, todo se queda en las palabras y en el deseo, argumentando
dificultades y contratiempos no previstos, los cuales han impedido concretar los
objetivos planeados. Basta pensar en el negocio que desde hace tiempo queremos
iniciar por nuestra cuenta, del curso de perfeccionamiento profesional que nos
abriría las puertas a una mejor posición laboral y que a la fecha no hemos
iniciado, o el estudiante que espera el próximo semestre para "ahora sí"
prepararse a conciencia y obtener mejores notas.
La superación no llega con el tiempo, el simple deseo o con
la automotivación, requiere acciones inmediatas, planeación, esfuerzo y
trabajo continuo.
En muchas ocasiones la superación no aparece como un gran
cambio lleno de beneficios materiales. Con cierta frecuencia encontramos a
personas inconformes en su trabajo, deseando cambiar porque en el tiempo que
llevan no ha mejorado su posición. Sin embargo, rechazan oportunidades con un
bajo incremento económico o un mismo nivel profesional, sin darse cuenta que la
experiencia, las relaciones y los nuevos conocimientos por adquirir, constituyen
un perfeccionamiento personal que más adelante servirá para alcanzar otros
objetivos.
La estabilidad y seguridad que otorga el permanecer mucho
tiempo en un lugar (empleo, escuela, ciudad...) puede infundir temor a lo
desconocido, como si no tuviéramos la capacidad de plantearnos nuevos retos con
grandeza de ánimo y dispuestos a enfrentar y resolver las dificultades.
Aunque
los recursos económicos y materiales sean necesarios, no debemos enfocar la
superación a la acumulación de los mismos, como una manera fácil de medir un
progreso. Existen otros aspectos fundamentales y prioritarios que toda persona
debe atender:
- Podemos comenzar por ver nuestros hábitos y costumbres: el
cuidado de las cosas ajenas y personales; el orden en nuestras comidas,
diversiones y descanso; la atención y cuidados que procuramos a nuestros
familiares (hijos, padres, cónyuge, etc.); tratar con amabilidad a todas las
personas; ocupar nuestro tiempo libre para tener convivencia, cultivar
pasatiempos o realizar actividades sencillas...
- En el terreno profesional no basta lo que hemos aprendido,
continuamente debemos buscar los medios para ser más profesionales y
competentes, como aprender a sacarle el debido provecho al uso de la computadora
(ordenador) para aplicarlo a nuestro trabajo y tener un mejor rendimiento; idear
nuevos sistemas para hacer nuestro trabajo con mayor agilidad y disminuir
errores; estudiar una especialidad.
Para el estudiante significa dedicar más tiempo a su
preparación, conocer y aplicar nuevas técnicas de estudio que faciliten un
mejor aprendizaje con los resultados deseados; desarrollar la investigación
personal y mejorar la calidad en los trabajos que realice.
Los padres de familia pueden dedicar un tiempo a lecturas
sobre como educar mejor a los hijos según su edad, o inscribirse a cursos que
persigan los mismos fines. Actualmente existen bastantes recursos que ayudan a
conocer y a desempeñar mejor la labor de educación y formación de la familia.
- El ámbito espiritual, con mucha frecuencia descuidado,
ofrece muchas posibilidades con el conocimiento de los preceptos y valores
propios de nuestra religión, además de la práctica de los mismos; contar con
la asistencia de un director espiritual; procurar el trato con Dios de manera
continua (y no sólo cuando tenemos algún problema o necesidad grave);
frecuentar los sacramentos y las prácticas religiosas.
La superación personal se encuentra en la persona misma y no
en los bienes materiales, como tampoco es exclusivo de una determinada edad;
existen hoy en día jóvenes y personas mayores capaces de lograr grandes
empresas, observando como sus sueños se hacen realidad y sin detenerse a
considerar la falta de experiencia o el cansancio natural que traen los años.
Renunciar a mejorar equivale a una vida triste, gris y con falta de
aspiraciones, en una palabra: conformismo.
Las posibilidades de superación son innumerables y ante
tantos aspectos podemos caer fácilmente en el desánimo. Además de tomar la
firme decisión de iniciar hoy mismo, conviene elaborar un pequeño plan para
hacerlo de manera ordenada y llevarlo a la práctica de forma consistente. Puede
ayudar mucho revisar "Vive los valores" y la "Guía Práctica",
donde se observan una serie de consejos prácticos para lograr este fin.
Cabe considerar sobre la existencia de los obstáculos,
siempre los habrá, pero la verdadera superación consiste en afrontarlos y ante
ellos cobrar nuevos bríos. En esta vida nada es fácil, todo lo que vale la
pena requiere de perseverancia y paciencia para alcanzarlo, es entonces cuando
la superación se hace sublime -alejada de toda vanidad y soberbia- con el gozo
interior de acercarnos cada vez más a la cima de la humana perfección.
Con autorización de: www.encuentra.com
Actividades.-
1. Los alumnos leen en voz alta el texto y el profesor comprueba la comprensión.
2. Contestar individualmente a estas preguntas:
a) ¿Cuáles son los dos primeros medios para formarse?
b) ¿Cuál es el tercer medio? Descríbelo.
c) ¿Qué nos enseña el ejemplo de los rascacielos?
d) Señala varias de las “cosas pequeñas” que se nombran en el texto
e) ¿Cómo se forman los hábitos buenos?
f) ¿En qué cosas pequeñas podemos mejorar?
3. Escribir en la pizarra las contestaciones a la pregunta f).
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