El reloj de la catedral de Estrasburgo |
El reloj de la catedral de Estrasburgo
Por Gabriel Marañón Baigorrí
Existía,
y quizá siga existiendo, un maravilloso reloj astronómico en la catedral de
Estrasburgo. Fue construido hace varios siglos. Señala los días, meses y años;
las fases de la luna y el movimiento de los astros.
Su mecanismo hace funcionar unos muñecos que en determinados días y horas
tocan unas campanas.
Es para admirar al técnico que construyó este reloj. ¡Qué paciencia e
inteligencia tuvo que gastar en aquellos tiempos todavía atrasados! El reloj
tiene un mecanismo complicado, con sus muelles, engranajes, cuerdas, ruedas
dentadas, agujas, espirales, etc., y todo ello está perfectamente encajado,
hecho con suma precisión. En este reloj se ve cómo brilla la inteligencia del
ingeniero que lo construyó. ¡Sería una aberración el decir que el reloj se
hizo solo porque no lo hemos visto construir. Por eso, Voltaire, después de
haber contemplado una noche el cielo todo estrellado, decía: «Anoche meditaba;
estaba absorto en la contemplación de la naturaleza. Admiraba la inmensidad, el
correr de esos infinitos globos. Pero admiraba más aún la Inteligencia que
preside ese Universo. Y este mimo Voltaire, en otra ocasión, señalando un
reloj, dijo: «Afirmar que el Universo carece de un creador sería pensar que
existe sin relojero un reloj». Y esto lo decía Voltaire, que era hombre impío
y enemigo de la religión católica.
Y el gran hombre de ciencia Andrés María Ampere, físico y
matemático francés, descubridor de la electrodinámica, al contemplar con su
amigo Ozanam el cielo estrellado de una maravillosa noche, le decía: «Ozanam,
amigo mío, hijo mío. ¡Qué grande es Dios!
Sugerencias metodológicas:
Objetivo:
Pedir la fe en Dios, creador de todas las cosas.
Contenido:
El reloj gigantesco del universo, con sus estrellas, cometas,
planetas y satélites, es realmente maravilloso. Y preguntamos: ¿Quién ha
hecho el mundo? Dios lo ha hecho, con su Infinita Inteligencia y Poder. Existen
miles de millones de estrellas sujetas a un movimiento cuya velocidad es de
miles de kilómetros por hora. Y estos astros, con sus movimientos, no chocan,
no se estorban unos a otros. ¿Por qué? Porque una Inteligencia Infinita, a la
cual llamamos Dios, los guía y pone en orden y movimiento. ¿Tú has visto un
reloj que se haga solo y él solo se ponga en movimiento? Para construirlo y
ponerlo en movimiento se necesita la inteligencia de un relojero. Pues lo mismo
sucede con los astros en el universo. No se pueden poner por sí mismos en
movimiento y en un orden perfecto.
Tú sabes que el hombre construye con su inteligencia satélites
artificiales y que los lanza al espacio y los ponen en órbita, dando vueltas
alrededor de la tierra, a velocidades de miles de kilómetros por hora; y todo
ello con orden y exactitud matemática. Pues bien, si tú ves varios satélites
artificiales girando alrededor de la tierra y un individuo te dijera: «Esos satélites
artificiales se han hecho solos y solos se han puesto en órbita y en movimiento»,
todos diremos que este hombre bromea. Los satélites artificiales los han hecho
y los han puesto en movimiento la inteligencia del hombre. Pues bien, esas
estrellas, planetas y satélites, que llevan enormes velocidades con un orden
admirable, han tenido que ser creados y puestos en movimiento por una
Inteligencia Infinita que llamamos Dios.
Actividades:
1. Leer en voz alta este relato y explicar el Contenido.
2. Contestar individualmente a estas preguntas:
a) ¿Cómo era el reloj de Estrasburgo?
b) ¿Cómo sería el ingeniero que lo construyó?
c) ¿Qué decía Voltaire al ver el firmamento?
d) ¿Qué podemos pensar al ver las estrellas?
e) ¿Quién ha hecho la naturaleza y las estrellas?
3. Leer
las contestaciones a las preguntas d) y e).
Norma de conducta:
Al contemplar las maravillas del universo digamos con
admiración: Los Cielos pregonan la gloria de Dios.
Buenas noches nos dé Dios.
Reproducido con autorización de: www.encuentra.com
Artículo: Cualidades de los padres
®Arturo Ramo García.-Registro de Propiedad Intelectual
de Teruel nº 141, de 29-IX-1999
Plaza Playa de Aro, 3, 1º DO 44002-TERUEL (España)