Santa María Goretti |
Santa María Goretti
Por Gabriel Marañón Baigorrí
María
Goretti era una muchacha de una delicada pureza de alma y cuerpo: poseía un
rostro bello y encantador. Su madre, viuda, dedicada a la labranza, compartía
la casa con un hombre viudo y un hijo de éste de veinte años. Las habitaciones
estaban separadas, pero la escalera y la cocina servía para ambas familias.
El joven, pervertido por las lecturas obscenas y malas,
comenzó a molestar a la muchacha, haciéndole indignas proposiciones de
impureza. Ella rechazó semejantes proposiciones. Jamás faltaría a los
mandamientos de la Ley de Dios y defendería con todas sus fuerzas su honor y
pureza. El muchacho, al verse rechazado, ideó cometer un horrible crimen.
Tomó un hierro largo y se lo llevó a un forjador para que
le hiciera un afilado puñal. Llegó el día 5 de julio de 1902. En la era
estaba trillando el perverso joven junto con la madre y dos hermanitos de María
Goretti. De repente, salta del trillo y se dirige hacia su casa, donde María
Goretti está sola remendando en aquel Instante la ropa del joven. Este, al
llegar a la casa, entra en la cocina y la llama varias veces, añadiendo
palabras groseras. Ella le manifiesta que no irá. El entonces, al verse
rechazado, la coge con violencia, la arrastra a la cocina y la amenaza de muerte
si no cumple sus impuros deseos. Ella repite con firmeza y por tres veces. -¡No!-
Consigue librarse de él y le dice, con lágrimas en los ojos: "¿Qué
haces? ¡Tú vas al infierno! ¡Tú vas al infierno!" El miserable ha
perdido toda dignidad, respeto y decoro. Sólo piensa en satisfacer su deseo.
Toma del arcón el puñal y se lo enseña para atemorizarla. Pero ella prefiere
la muerte. El joven, rápido se acerca a María y le clava repetidas veces el puñal
en el vientre. Los intestinos salen por la herida abierta. Ella cae al suelo
desmayada. El la deja abandonada y se encierra en su habitación. Al poco rato,
la santa mártir de la pureza recobra el sentido y pide socorro. El joven, al oírla,
sale como una fiera de su habitación con el puñal en la mano y le descarga
seis puñaladas más. A los gritos, llegan todos y ven a la santa muchacha en un
charco de sangre. La madre le pregunta: "¿Por qué te ha hecho esto?"
Y ella le dice: -Porque me quería hacer cometer un pecado y yo le he dicho: ¡No!
¡No! ¡No!"
El criminal fue apresado,
Llevada María Goretti al hospital de los Hermanos de San
Juan de Dios, y después de confesarse, fue operada. Le dieron el viático, y al
preguntarle a quién iba a recibir contestó: "A Jesús, a quien voy a ver
dentro de poco." Se le preguntó si perdonaba a su asesino, y ella contestó.
"¡No faltaba más! En el paraíso lo quiero cerca de mi" Y terminó
diciendo: "Perdónale, Dios, porque yo ya le he perdonado."
En la tarde del día 6 de julio de 1902 moría esta angelical
criatura, quedando su rostro inundado de una belleza sobrenatural. Contaba
entonces once años y ocho meses.
Años más tarde, el joven, arrepentido ya, se dolía de
haber quitado la vida a una criatura inocente.
El Papa Pío XII la declaró santa. Hoy es Santa María
Goretti.
Sugerencias metodológicas:
Objetivo: Comprender
el noveno mandamiento de la Ley de Dios.
Contenido:
El noveno mandamiento de la Ley de Dios es: "No
consentirás pensamientos ni deseos impuros." Quiere decir que seamos puros
y castos en pensamientos y deseos. El hombre debe mirar a la mujer con el máximo
respeto y delicadeza a su dignidad, honor y pureza. Y lo mismo debe hacer la
mujer respecto al hombre. En todos los pensamientos, deseos y miradas debe
reinar la pureza y la honestidad. El mismo Jesucristo, en el Sermón de la Montaña,
nos dice: "Habéis oído que fue dicho: No adulterarás. Pero yo os digo
que todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón."
(Mateo, 5.) Un joven puede mirar a una chica por encantadora y bella que es y
complacerse en conversar con ella. Esto es noble y bueno. Pero mirarla con
deseos impuros es pecado grave.
Los espectáculos como el cine, el teatro, etc., en si son
buenos, una película o una representación teatral buenas son altamente
educativas, forman el gusto artístico, educan el espíritu, lo elevan a un
plano de vida digno y noble. Pero si el teatro y cine que se ve es inmoral, no
se debe asistir, pues nos incitan al pecado. Son focos de corrupción y
destruyen las buenas costumbres.
Para llevar una vida de pureza, lo mejor es frecuentar la
Comunión. Cristo nos dará fortaleza y gracia para mantenernos castos y puros.
El demonio no podrá contra vosotros. También es muy conveniente la consagración
diaria a la Virgen María. Ella cuidará de nuestra alma.
Si nos aplicamos serenamente al trabajo y al estudio; si
llevamos una vida sana, llena de alegría, nos libraremos de muchos peligros
contra la pureza.
Actividades:
1. El profesor lee el relato y habla del Contenido.
2. Contestar por escrito a estas preguntas:
a) ¿Cómo era María Goretti?
b) ¿Qué le llevó al chico a la impureza?
c) ¿Por qué el joven mató a María Goretti?
d) ¿Cuáles fueron sus últimas palabras?
e) ¿Qué nos enseña este texto?
3. Puesta en común leyendo las respuestas.
Norma de conducta:
Que mis pensamientos, deseos y miradas sean limpios y puros.
Jesucristo lo quiere.
Reproducido con autorización de: www.encuentra.com
Artículo: Colaboración entre padres, profesores y alumnos
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