| Vocación de Samuel | 

Como Ana era estéril y no tenía hijos suplicaba a Dios llorando que le concediera la gracia de concebir uno. Vino Ana al Templo con el corazón lleno de amargura, y oró al Señor derramando copiosas lágrimas. E hizo un voto diciendo:
- Señor de los ejércitos, si te dignares volver los ojos para mirar la aflicción de tu sierva y te acordares de mí y dieres a tu sierva un hijo varón, lo entregaré al Señor por todos los días de su vida.
Tiempo después nació Samuel. Por aquel entonces el juez y Sumo Sacerdote de Israel se llamaba Helí y residía en Silo, porque era allí donde estaba el Arca de la Alianza. Sus hijos le ayudaban en el templo y, a pesar de las órdenes y consejos de su padre, cometían muchos abusos en el servicio de Dios y al pueblo.
Apenas Samuel empezó a andar Ana lo llevó a Helí, quien lo aceptó y lo puso a su servicio.
Una noche, mientras dormía, oyó una voz que lo llamaba por su nombre:
-¡Samuel! ¡Samuel!
-¡Aquí estoy, señor! -contestó acudiendo rápidamente donde estaba Helí. Éste le dijo que no lo había llamado y que volviera a la cama. Así ocurrió por tres veces y a la tercera Helí sospechó que era Dios quien lo llamaba y le dijo cómo tenía que responderle. Cuando de nuevo oyó su nombre, Samuel contestó:
-Habla, Señor, que tu siervo escucha.
Y Dios le manifestó los castigos que iba a aplicar a la casa de Helí por culpa de los abusos de sus hijos. Por la mañana se lo contó todo y Helí aceptó la voluntad de Dios.
Debido a que los filisteos tenían concentradas sus tropas para atacar Israel, el Consejo de Ancianos pidió que fuera llevada el Arca de la Alianza al campo de batalla para que Dios les diera la victoria. La transportaron los hijos de Helí y a lo largo de la batalla, como muchos otros hallaron, la muerte en la derrota, cayendo el Arca en poder de los filisteos. Helí, al recibir la noticia de la muerte de sus hijos, sufrió tal impresión que cayó de espaldas Y murió también. Así se cumplió lo anunciado por Samuel.
Después de siete meses los filisteos devolvieron el Arca de la Alianza en vista de las desgracias que causaba en sus ciudades.
(1 Samuel 1-6)
(Texto adaptado por D. Samuel Valero. Biblia infantil. Editorial Alfredo Ortells, S.L. Valencia. página 96)
|  | SUGERENCIAS METODOLÓGICAS Objetivo.- Aprender las jaculatorias “Habla, Señor, que tu siervo escucha” y "Aquí estoy porque me has llamado".         
Contenido.- El relato de la vocación de Samuel es tipo de la llamada divina
a cumplir una misión, pues refleja perfectamente tanto la actitud de quien se
sabe llamado, en este caso de Samuel, como las exigencias que Dios impone. En
primer lugar presenta los protagonistas -el Señor, Elí y Samuel- y las
circunstancias que rodean el acontecimiento: la noche, cuando todos duermen, el
Templo, el Arca y la lámpara de Dios, todavía encendida, indican que aquello
es extraordinario y viene sólo de Dios. (Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Sagrada Biblia. Libros históricos. Página 271. Nota 3, 1-21. EUNSA. Pamplona.) Actividades.- 1. Formar equipos y leer este texto. 2. Los secretarios escriben las respuestas a estas preguntas: a) ¿Qué le pidió Ana a Dios? b) ¿Qué hacían los hijos de Helí? c) ¿Qué le pasó a Samuel mientras dormía? d) ¿Qué les ocurrió a los filisteos? 3. Los secretarios leen las respuestas. | 
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de Teruel nº 141, de 29-IX-1999 | 
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