Dios prueba la fe de Abraham |
Dijo el Señor a Abraham: Sara, tu esposa, tendrá un hijo. Se rió Sara en su interior diciendo: ¿Conque después que ya estoy vieja, y mi señor lo está más, pensaré en usar el matrimonio y tener un hijo? Pero Dios les había anunciado que tendrían mucha descendencia.
A la sombra de su tienda, Dios le dijo que en plazo de un año Sara le daría un hijo, al que llamaría Isaac. Ésta que escuchaba en el interior de la tienda se echó a reír.
Pasó un año y, efectivamente, nació Isaac, colmándolos de felicidad. Pero un día Dios les ordenó:
-Toma a tu hijo Isaac que tanto amas; vete con él, y ofrécelo en sacrificio en el cerro que yo te diga.
Abraham debió quedarse desconcertado; pero obedeció.
Llegaron al lugar señalado. Abraham construyó un altar, y dispuso la leña sobre él; ató a su hijo, y lo puso encima. Empuñó el cuchillo y, con el brazo en alto, iba ya a sacrificarlo. En ese instante, un ángel de Dios le detuvo, y escuchó:
-¡ No lo mates!, que ya veo que eres temeroso de Dios.
(Génesis 18, 9-15; 21, 1-7; 22)
(Texto adaptado por D. Samuel Valero. Biblia infantil. Editorial Alfredo Ortells, S.L. Valencia. página 46)
SUGERENCIAS METODOLÓGICAS
Objetivo.- Valorar la obediencia de Abraham.
Contenido.- Los Padres de la Iglesia han visto en el sacrificio de
Isaac un anuncio del sacrificio de Jesús. Isaac, el único hijo de Abrahán, el
amado, cargado con la leña hacia el monte donde va a ser sacrificado, es figura
de Cristo, el Unigénito del Padre, el Amado, que camina con la cruz a cuestas
hacia el Calvario, donde se ofrece como sacrificio de valor infinito por todos
los hombres.
La obediencia de Abrahán es la máxima expresión de su fe
sin condiciones a Dios. Por eso, recobró de nuevo a Isaac y, después de
haberlo ofrecido, lo recibió como un símbolo. Pensaba, en efecto, que Dios es
poderoso para resucitar de entre los muertos; por eso lo recobró y fue como una
imagen de lo venidero.
(Fernández Carvajal, Francisco. Hablar con Dios. Tomo IV. Página 58 y siguientes. Ediciones Palabra.)
Actividades.-
1. Sacar por impresora este texto y hacer copias para los alumnos.
2. Lectura en voz alta por parte de los chicos y comprobar la comprensión.
3. Contestar individualmente a estas preguntas:
a) ¿Por qué se echó a reír Sara?
b) ¿Qué le pidió Dios a Abraham?
c) ¿Por qué se quedó desconcertado Abraham?
d) ¿En qué consistió la obediencia de Abraham?
e) ¿En qué puedo obedecer yo mejor?
4. Escribir en la pizarra las contestaciones a la pregunta e) de varios niños.
Artículo: Aprovechar los primeros años
®Arturo Ramo García.-Registro de Propiedad Intelectual
de Teruel nº 141, de 29-IX-1999
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