Bondad de los animales |
Bondad con los animales
Niño, nunca hagas daño
A las criaturas que están vivas;
Que vuele el amable petirrojo
A tu hogar en busca de migajas,
Pues cuando le ofrezcas alimento
Él te pagará con su canción.
A la tímida liebre no lastimes
Cuando asome en los verdes pastizales;
Que se acerque a jugar y retozar
En el césped al final del día.
La alondra raudamente se remonta
Al cielo y sus ventanas rutilantes,
Con un canto de eterna primavera,
Con un vuelo de ala infatigable.
¡Deja que entone su dichoso canto!
No lastimes a estas criaturillas.
William J Bennett. El libro de las virtudes. Vergara.
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