La naranja de Toni |
Jaime y Toni eran dos jóvenes de 18 y 22 años que trabajaban juntos pero no se dirigían la palabra desde un día que discutieron y pelearon por una tontería.
Jaime sufría por esta situación; más de una vez había intentado reconciliarse, pero Toni no quería.
Un día, por problemas de trabajo y yendo en el mismo coche, tuvieron la desgracia de tener un accidente muy aparatoso y no podían salir.
Al poco rato, Jaime parecía que iba a desvanecerse y exclamó:
-“¡Tengo sed!”
Toni recordó que lo único que tenía era una naranja, pero él también tenía mucha sed. La partió por la mitad y la iba exprimiendo en los labios de su compañero; por unos instantes olvidó su enfado.
Jaime al ver cómo le asistía, le ayudaba, compartía su dolor y le daba lo único que tenía, la naranja, le dijo:
-“¿Toni, qué estás haciendo?" Tenías una naranja y la estás compartiendo conmigo”.
-“Tenías sed.”
-“Tú también debías tener. Eres un compañero admirable. Dame la mano y perdóname.”
Y en silencio se apretaron las manos fraternalmente.
Al poco rato llegaron los equipos de salvamento.
A partir de aquel día Jaime y Toni se convirtieron en amigos inseparables.
Carreras Ll. y otros. Cómo educar en valores. Narcea Ediciones.
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