-Lo que más me
e_traña
dijo el estudiante-
es que
_ayáis
visto tantas cosas en tan poco tiempo,
pues no habéis pasado _ajo
tierra más de media hora.
-Eso no puede ser
replic_
don Quijote-,
porque
a_á
vi amanecer tres veces,
así que tengo que
ha_er
estado tres días.
-Perdóneme
_uestra
merced -dijo Sancho-,
pero yo no me creo una
pala_ra
de todo lo que nos _a
contado.
-Pues créelo, porque lo he
_isto
con mis propios ojos.
Y tienes que
sa_er
que,
entre otras
mara_illas,
me han pasado por delante tres
la_radoras
que brincaban como
ca_ras
por los campos,
y una de ellas era la sin par Dulcinea del
To_oso...
"¡Ay que me muero de la r_sa!",
pensó Sancho.
"¡Como si
_o
no supiese
quién encanó a Dulcinea y a sus
donce_as...!
El estudiante, en
cam_io,
se creyó
pala_ra
por palabra todo
lo que _abía
contado don Quijote,
y en
_erdad
nadie podrá decir a ciencia cierta
si el caballero había _isto todas
las maravillas
que decía o si tan solo las
ha_ía
soñado.
El caso es que, como esta_a
atardeciendo,
los tres _amigos
se pusieron en camino,
y al poco rato llegaron a una
_enta.
-¡Qué suerte
_an
tenido de venir esta noche
-les dijo el ventero nada más _erlos-,
porque
aca_a
de llegar maese Pedro!
-¿Y quién es maese
P_dro?
-preguntó don Quijote.
-Un
titiritero que anda por por estas
tie_as
con un retablo (teatrillo) y un mono
adi_ino.
Y el mono es tan
sa_io
que, si le preguntan algo,
salta al hom_ro
de su amo y le dice al oído
la respuesta de lo que le
preg_ntan,
y casi sie_pre
acierta,
como si tuviese el dia_lo
dentro del cuerpo.
Maese Pedro co_ra
dos reales por cada respuesta
del mono, así que dicen que est_
riquísimo.
Y ya _eréis
que es un hombre muy chistoso,
que habla por los codos y _ebe
por doce.
¿HAS
COMPRENDIDO ESTA LECTURA?
¿Cuántos días dijo don Quijote que estuvo en la cueva?
a)
dos. b) tres. c)
cuatro.
¿Quién estaba en la venta?
a)
el barbero. b) el cura. c)
maese Pedro.
El mono de maese Pedro era...
a)
adivino. b) saltarín.
c) travieso.