Y así
de_ía
de ser, porque alrededor de su cama
vio cuatro fantasmas
_estidos
con túnicas y antifaces,
que lo
le_antaron
de la cama,
lo sacaron al patio de la venta y lo
ence_aron
en una gran jaula montada sobre un carro de
_ueyes.
En eso, uno de los diablos comenzó a decir con una _oz
profunda y ca_ernosa
que espantaba al mismo miedo:
-¡Oh
Caba_ero
de la Triste Figura, no tengas pena,
pues te
_emos encantado y encerrado
en esta jaula para que puedas
_egar
en un santiamén al _eino
de Micomicón!
Y no
ol_ides
decirle a tu escudero
que te aco_pañe en este viaje,
pues a los dos se os premiará como es
de_ido
por el _alor
incomparable de vuestro brazo.
Sancho, que
ha_ía
salido al patio y lo estaba viendo todo
besó las manos de su señor en señal de
o_ediencia,
pero en el fondo de su
_alma
se dijo:
"Para mí que estos dia_los
no son de fiar".
Y estaba en lo cierto, porque todo
aque_o
no era más que una farsa para
lle_ar
a don Quijote a su casa lo antes
posi_le.
Todo
_abía
sido idea del cura, quien había construido
la jaula con
a_uda
de maese Nicolás
y de un par de cuadri_eros
y luego
había convencido al dueño de un
ca_o
de bueyes
para que
lle_ase
a don Quijote
hasta su aldea a cam_io
de un buen salario.
De modo que los cuatro diablos _eran
el cura
y sus tres ayudantes, quienes ha_ían
atado
a don Quijote con cuerdas para que no pudiera
mo_erse.
¿HAS
COMPRENDIDO ESTA LECTURA?
¿De quién fue la idea de la jaula?
a)
del ventero. b) de Sancho. c)
del cura.
Con el carro llegarían pronto a...
a)
Micomicón. b) Toboso. c)
Barcelona.
Ataron a don Quijote con...
a)
grillos. b) cuerdas.
c) cadenas.