Alarmados por los gritos, todos los
_uéspedes
de la venta
co_ieron
a la cuadra, y don
de don Quijote se hincho de
orgullo, al
_er
el coraje con que peleaba su escudero.
El cura y don
_ernando
lograron separa
a los dos
com_atientes,
y entonces el barbero
señaló a don Quijote y comenz_
a decir:
-¡Sepan _uestras
mercedes que estos dos desalmados
me _asaltaron
el otro día en mitad de un camino
y me
ro_aron esta albarda, y también una bacía
sin estrenar que me
_abía
costado un escudo!
Al oír aquello, don Quijote replic_
con indignación:
-Es verdad que hace días luché contra este
co_arde,
pero fí_ense si será mentecato
que dice que el _elmo
de Mambrino,
que yo le arre_até
en justa batalla,
es una si_ple
bacía de barbero. ¡Vamos, Sancho,
trae el yelmo para que todo el mundo lo
_ea
que soy yo el que dice la
_erdad!
-Esc_cheme,
señor, es mejor que no lo saquemos
-murmuró Sancho-, porque ha_rá alguno
al que le parezca _acía
en vez de yelmo.
-Haz lo que te mando, S_ncho,
que no todas las cosas
de este
casti_o
se han de transformar
unas en otras por
_arte
de encantamiento.
Por no deso_edecer
a su señor,
Sancho fue en _usca
de la bacía. Y, al volver, dijo:
-Este es el
_aciyelmo
que ganó mi señor.
Don Quijote tom_
la bacía y preguntó:
-¿Cómo se puede decir que esto es una _acía?
¿HAS
COMPRENDIDO ESTA LECTURA?
La bacía le había costado un...
a)
euro. b) dólar. c)
escudo.
Según don Quijote el yelmo era de...
a)
Mambrino. b) Pandafilando. c)
Maritornes.
Para el barbero, don Quijote y Sancho eran unos...
a)
ignorantes. b) desalmados.
c) listillos.