Sancho no podía creerse lo que
esta_a
oyendo.
-Pero, ¿es que va _a
dejar plantada
a una princesa para irse con la
hi_a
de
Lorenzo Corchuelo? -e_clamó-.
¡Así jamás seré
go_ernador!
Pero ¿no ve que Aldonza _orenzo
no le llega
a
_oña Micomicona ni a
la suela del zapato?
Al oír aquello, don Quijote se
irrit_
tanto
que levantó la lanza sobre _ancho
y le soltó dos buenos palos en las
_espaldas .
-¡Vi_ano,
majadero! -gritó-.
¡Retira lo que _as
dicho de Dulcinea
o te quedarás sin la _nsula que he
ganado para ti!
-Lo retiro, señor -dijo Sancho poniéndose de rodi_as-,
y perdóneme, pero es que yo no s_
callarme
cuando una cosa me _iene
a la punta de la lengua...
-Ya lo sé, Sancho y perdóname tú ta_bién,
pues no logro reprimirme cuando
_alguien
_abla
mal de la señora de mi alma.
_atisfechos
los dos, el grupo se puso en camino y,
nada más salir de Sierra
_orena,
se les unió el cura, que
fingi_
que
pasa_a
por allí por pura casualidad.
Aquella tarde, el
_arbero
cayó
por accidente de su
caba_o
y perdió de golpe sus barbas posti_as,
con lo que estu_o
a punto de dar al traste
con la _artimaña
del cura.
Don Quijote lo vi_
todo, pero le dio
una explicación acorde a lo que
_abía leído
en sus queridos li_ros:
¿HAS
COMPRENDIDO ESTA LECTURA?
¿Cómo se llamaba Dulcinea?
a)
Lorenza Corchuelo. b) Dorotea. c)
Aldonza Lorenzo.
¿Cuántos palos le dio don Quijote s Sancho?
a)
dos. b) tres. c)
cuatro.
Al salir de Sierra Morena, se les unió el...
a)
cura. b) barbero.
c) ventero.