-Cuida
lo que dices _ ancho
.
que
para mí Dulcinea
_ ale tanto
como
la
m_ s alta
princesa de la tierra.
Y
poco me importa que no sea de alto
lina_e,
porque
yo la
p_nto en
mi imaginación como deseo.
-¡Y _ace
muy
bien! -concluyó Sancho-.
Pero
no ha _lemos
más y póngase a escribir.
Don
Quijote se apart _
un poco
para
redactar las cartas
_a solas,
y
luego le dijo a Sancho que
i_a
a
leerle
la
de Dulcinea por si perdía el libri_o
durante el viaje.
-No
_ale la
pena, señor,
porque
tengo tan
m_la memoria
que
a veces me olvido
_asta
de
cómo me llamo.
Pero,
de todas formas, l_amela,
que
me gustará oírla.
Don
Quijote
le_ó la
carta,
y
a Sancho le pareci_
que era lo más sentido
que
había oído en todos los días de su _ida.
-¡Cómo escri_e
vuestra
merced! -dijo-.
¡Si
sabe más que el
dia_lo!
Pero
a_ora escríbale
a su sobrina por lo de los pollinos.
En
cuanto don Quijote
aca_ó
la segunda carta,
Sancho
montó en su
bo_ico para
ponerse enseguida en camino,
pero
su amo le
di_o que
aguardase un momento
-Espera,
Sancho, que
_oy a
darme
unos
cuantos
ca_ezazos contra
esas peñas
para
que puedas contarle a _ ulcinea
las
locuras que _ago
por
ella.
-No
es necesario, señ_r ,
que
yo le diré que se _a
dado
mil cabezazos
contra
una roca m_s
dura que el diamante.
-Entonces
espera a que _aga
dos
docenas de loc_ras.
-Le
digo que no se mol_ste,
señor .
¿HAS
COMPRENDIDO ESTA LECTURA?
¿Cómo
era la memoria de Sancho?
a)
Buena. b) Regular. c) Mala.
Don
Quijote se dio unos cabezazos contra :
a)
la roca. b) el
suelo.
c) el caballo.
Don
Quijote quería demostrar su amor con :
a)
poesías . b)
locuras . c)
historias .