-Ender_cese,
señor
-le decía Sancho-,
que
_a de
medio lado,
aunque
de_e
ser por el dolor de la caída.
-Lo
que
m_s
me duele no son los golpes,
sino
el
destro_o
de la lanza,
porque
un
ca_allero
sin
armas
es
como un cielo sin e_trellas.
Así
que si
e_cuentras
una rama gruesa
a
la
_era
del camino, dámela, Sancho,
que
enca_aré
en
ella la punta de mi lanza
para
tenerla a punto si _ega
otro combate.
Aquella
noche la pasaron entre unos ár_oles,
y
don Quijote a_egló
su lanza
tal
y como
_abía dicho.
Sancho
durmió de un tirón _asta
el amanecer,
pues
se había _ebido
más
de media bota de vino
mientras
cenaba con lo que lle_aba
en
sus alforjas.
En
cambio, don Quijote no
pro_ó
bocado,
y
se pasó
t_da
la noche despierto, pensando en Dulcinea.
Al
día siguiente, siguieron
_uscando
aventuras,
y
don Quijote trabó combate con un
_izcaíno
porque
lo confundió con un _encantador
que
había raptado a una
_rincesa.
Y,
aunque venci_
en la batalla,
recibió
un espadazo _rutal
en la cabeza
que
le rompi_
el casco
y
le
re_anó
media oreja.
Sancho
curó a su amo como
me_or
supo,
pero
don Quijote no para_a
de decir que
que
el mejor remedio era el bálsamo de _ierabrás.
-¿Y
qué _álsamo
es ese? -preguntó
Sancho.
-Uno
con el que no
_ay
que tener miedo
a
las _eridas
ni a la muerte.
Porque,
si algún caball_ro
me partiera el cuerpo en dos,
lo
único que tendrías que _acer
es
colocar la parte que _aya
caído
sobre
la que siga en pie antes de que la sangre
cua_e
enca_ar
con cuidado las dos mitades
y
darme un trago del _álsamo.
Y
ya verás como en un santiam_n
volveré _a
estar más sano que una manzana.
¿HAS
COMPRENDIDO ESTA LECTURA?
¿Qué
es lo que más le preocupaba a don Quijote?
a)
Que no tenía laza; b) Que no
tenía comida; c)
Los combates.
Don
Quijote pasó la noche despierto pensando
en...
a)
La laza; b)
Rocinante;
c) Dulcinea.
El
mejor bálsamo era el del gigante...
a)
Don Alonso;
b) Fierabrás;
c) Montiel.