-Bien
se _e ,
amigo Sancho,
que
no sabes nada de a_enturas,
porque
salta _a
la vista que son gigantes.
Pero,
si tienes miedo,
ap_rtate
y ponte a rezar,
que
yo
_oy
a entrar en batalla.
- ¡Qu _
no
señor, que son molinos!
-comenzó
a grit_r
Sancho,
pero
don Quijote ya no
pod_a
oírle,
porque
co_ía
a todo galope
contra
los gigantes de su
imaginaci_n.
Justo
entonces el viento empezó a mo_er
las
grandes _ aspas
de los molinos, y don Quijote dijo:
- ¡Menead
los _razos
todo lo que queráis,
que
no _os tengo
miedo!
- y
luego añadi_
mirando a los cielos-:
¡Oh
señora de mi alma, fermosísima _ulcinea,
ayudadme
en este co_bate!
Llegó
don Quijote al primer molino y le
cla_ó
la
lanza,
pero,
como el viento
sopla_a
con tanta fuerza,
las
aspas siguieron
_irando,
con
lo que la lan_a
se
partió por la mitad
y
don Quijote y su caballo _echaron
a rodar por el campo.
-¡No
le decía
_o que
eran molinos!
-dijo
Sancho, que llegaba corriendo a soco_er
a su amo.
-Ca_a,
amigo mío,
que
lo que _ a
pasado es que el mismo hechicero
que
me robó los libros
_a convertido
esos gigantes
en
molinos para verme vencido y
des_onrado.
El
pobre caba_ero
apenas podía ponerse en
pie,
pero
Sancho le a_udó
a subir a lomos de
Rocinante,
que
también tenía más de un _ueso
desencajado.
Cuando
_olvieron
al camino,
don
Quijote i_ a
tan ladeado sobre su
caballo
que
parecía que fuera a ca_erse
de un momento a otro.
¿HAS
COMPRENDIDO ESTA LECTURA?
¿Qué
le dijo don Quijote a Sancho al entrar en
batalla?
a)
Que se callara; b) Que se pusiera a rezar; c)
Que le ayudara.
¿A
quién pidió ayuda don Quijote?
a)
A Dulcinea; b) A Sancho Panza;
c) Al ángel custodio.
¿Quién
convirtió los gigantes en molinos?
a)
Un mago;
b) Un adivino;
c) Un hechicero.