Don Jerónimo le dijo que en
_arcelona
había otras justas donde podría demostrar su
_alor,
así que a la
mañ_na
siguiente don Quijote y Sancho
se pusieron en camino hacia tierras de
_ataluña.
Tras seis días de _iaje,
una noche se cobijaron
_ajo
unas encinas y sucedió que,
cuando Sancho dormía más a su
sa_or,
notó que alguien empezaba a
_ajarle
los calzones.
-¿Qué pasa? -dijo
so_resaltado-.
¿Quién me desnuda?
-Soy yo -contestó don Quijote-, que
_engo
a darte los tres mil
a_otes
que le debes a Dulcinea.
-Merlín dijo que los azotes tenían que ser _oluntarios...
-Pues yo no pienso
de_arlo
a tu voluntad,
porque _e
visto que tienes el corazón muy duro
y las carnes muy _landas.
-Le digo que me deje o
aca_aremos
mal
-replicó Sancho, quien se defendi_
con tanta fuerza
que acabó por tum_ar
a don Quijote en el suelo.
-¡Oh traidor! -se quejó el
caba_ero-.
¿Contra mí te
re_elas,
que te doy de comer de mi pan?
Pero Sancho ya no le escucha_a,
pues se _abía alejado un
buen trozo
buscando otro árbol
_ajo
el que dormir.
Y ya se esta_a
acomodando al pie de una encina
cuando sintió que algo le
_ozaba
la cabeza
y, al alzar las manos, notó con _orror
que
lo que tenía
_encima
eran los pies de una persona.
Te_blando
de miedo, corrió hacia otro árbol,
pero también
a_í
topó con unas piernas ataviadas
con
cal_as
y zapatos, y lo mismo le pasó con todos
los árboles a los que se acercó, así que
e_pezó a gritar:
-¡Venga deprisa, señor don Quijote, y _erá
que
los árboles de aquí no crían frutos sino piernas _umanas!
Llegó
co_iendo don Quijote y, tras palpar las piernas,
dijo con
m_cha calma:
-No tengas miedo,
_ancho, que lo que pasa es que
estos árboles están llenos de
_andoleros ahorcados
por la
_usticia, lo que me da a entender
que ya
de_emos de estar cerca de Barcelona.
¿HAS
COMPRENDIDO ESTA LECTURA?
¿Quién le bajaba los calzones a Sancho?
a)
don Quijote. b) don Jerónimo. c)
el ventero.
Sancho tenía el corazón duro y las carnes...
a)
fuertes. b) voluntariosas. c)
blandas.
¿Qué había en los árboles?
a)
calzones. b) hombres ahorcados.
c) frutos.