Cuando don Quijote se
_io
de nuevo a cielo abierto,
li_re
para ir a donde quisiera, se sintió tan feliz
que dijo:
-La
li_ertad, Sancho, es uno de los dones
más preciosos que
_an
recibido los hombres:
_ale
más que todos los tesoros de la tierra y del mar,
y por ella con_iene
arriesgar la vida si es preciso,
pues no
_ay
pena mayor en el mundo
que ser
escla_o
de otro o verse cautivo.
Aque_a
mañana, Rocinante no dejó de relinchar,
y el
_orrico
de Sancho soltó desde su tripa
más de diez _olorosos
suspiros,
de lo que se alegr_
mucho don Quijote,
pues le pareció que todo
a_ello
eran presagios de grandes _ictorias.
Sin embargo, a media tarde el caballero se dejó _encer
por la tristeza, pues
_olvió
a acordarse de Dulcinea
y se la imaginó _rincando por los
campos
a lomos de una bo_ica.
Sancho no se había dado más que cinco
a_otes
de los tres mil que
_acían falta par
desencantar
a la e_peratriz
de la Mancha,
pero, por m_s que don
Quijote le insistió
en que se azotase, no consiguió
a_landarle
el corazón.
-Tenga pa_iencia
-decía Sancho-, que cuando
menos lo espere me
de_aré
el trasero hecho un colador.
Aquella noche, amo y criado se reco_ieron
en una venta,
donde nada más entrar toparon con un
caba_ero
que leía un libro. Y, al pasar por su lado, le
dijo el _entero:
-¿Os gusta el
li_ro,
señor don Jerónimo?
A lo que respondió el
ca_allero:
-¿Cómo me va
_a gustar si está lleno de disparates?
Y lo peor es que
p_nta
_a don Quijote desenamorado de
Dulcinea.
Al oír aquello, don Quijote ru_ió
encendido en cólera:
-Quien diga que don Quijote
_a
olvidado
a Dulcinea miente más que
ha_la,
pues yo sé mejor que nadie que la princesa del
To_oso
reina en mi corazón con más
fuer_a
que nunca.
¿HAS
COMPRENDIDO ESTA LECTURA?
No hay pena mayor en el mundo que ser ...
a)
libre. b) derrotado. c)
esclavo.
¿Cuántos azotes de había dado Sancho?
a)
cinco. b) seis. c)
tres mil.
¿Como se llamaba el caballero de la venta?
a)
Avellaneda. b) Jerónimo.
c) Pedro Recio.