Mari Sancha quiere casarse

Cuando Teresa Panza  _io  los cien escudos

que su marido traía de Sierra  _orena,

e_pezó a dar saltos de alegría,

pero Sancho le  ad_irtió  que aquello

no _era  más que el comienzo,

ya que muy pronto  _olvería  a los caminos

y sería  go_ernador  de una ínsula.

-Pues si por fortuna te  _es  con algún gobierno

-le dijo Teresa-, no te olvides de mí y de tus   _ijos,

que Sanchico  _a  tiene edad de ir a la escuela,

y Mari  _ancha  quiere casarse.

-Estate tranquila, que yo la casaré con un  _onde,

y la llamarán "señoría" a todas  _oras.

-Eso no, Sancho, mejor  ca_mosla  con Lope Tocho,

-que es un mozo  ro_izo  y sano

 y se le van los ojos detrás de nuestra  _ija.

  Y  ol_ídate  de los condes y las condesas,

que son gente muy  su_a

y nos mirarán por encima del  _ombro.

Sancho repitió que  quer_a  casar a Mari Sancha

con un conde, y Teresa insistió una y otra  _ez

 en que prefería por  _erno  a Lope Tocho,

así que se pasaron más de una  _ora   discutiendo

por lo que no era más que  _iento  y humo.

Teresa acabó  _añada  en llanto porque veía

a su  _ija  encerrada en un palacio,

pero la tristeza se le  _esfumó  de pronto al día siguiente,

cuando Sancho  e_pezó  a gastarse los cien escudos

en cosas para su  c_sa  y su familia.