-Me parece _ien -dijo Sancho.

-Como no tengo papel,  _oy  a escribir

las cartas en este librillo que nos _emos  encontrado,

pero antes de  _egar  al Toboso acuérdate

de _uscar  a un maestro de escuela para que te copie

la carta de Dulcinea en un papel  m_s  apropiado.

-Pero entonces  e_a  se dará cuenta

de que la letra no es  su_a...

-Eso no importa, Sancho, porque  _ulcinea

no  sa_e  leer ni escribir,

ni jamás  _a  visto mi letra,

pues nuestros amores han sido plat_nicos.  (limpios)

-¿Quiere decir que nunca  _a  hablado con ella?

-Ni le he ha_lado  ni la he visto

más de tres  _eces  en toda mi vida,

 porque su padre,  _orenzo  Corchuelo,

apenas la  de_a  salir de casa,

por miedo de que _uelva  loco de amor

al primer  _ombre  que se cruce con ella.

-¿Me est_  diciendo que Dulcinea del Toboso

es Aldonza Lorenzo, la  _ija  de Lorenzo Corchuelo?

-Esa misma, -respondi_  don Quijote-,

como y es tan _ermosa  y delicada

que merece ser la reina de todo el  uni_erso.

-¡Yo la conozco de sobras, y  s_  que es una moza

_echa  y derecha y de pelo en pecho!

Da unas  _oces que dejan sordo

y le_anta  un saco de patatas

en menos que canta un  ga_o.

¡Y yo que  pensa_a

que la señora  _ulcinea  era una princesa...!