Atacados por una piara de cerdos |
Nombre_____________________________Curso:____Fecha:_______
Escribe sobre el guión la letra que falta.
Don Quijote respondió que así lo _aría |
y, con esa promesa, el Ca_allero de la Blanca Luna |
se entr_ en la ciudad a medio galope, |
rodeado por una nu_e de muchachos. |
Tras llegar al mesón donde se _ospedaba, |
se quitó la _armadura, y aquella misma tarde |
partió camino de la _ancha. |
Pues debes saber, ama_le lector, |
que el Caballero de la _lanca Luna |
no era ni más ni menos que Sansón Ca_asco, |
aquel _achiller que había intentado derrotar |
a don Quijote _aciendo de Caballero de los Espejos. |
Lleva_a mucho tiempo tras los pasos del hidalgo, |
y al fin lo había encontrado y _encido. |
Y de esta manera ha_ía dado fin a su plan, |
pues don Quijote ya queda_a comprometido a volver |
a su aldea, donde podría curarse y reco_rar el juicio. |
Mientras tanto, don Antonio y sus _amigos |
le_antaron del suelo a don Quijote, |
que _abía perdido el color del rostro |
y tenía doloridos todos los _uesos del cuerpo. |
Seis días tu_o que pasarse en cama, en los que |
no dejó de darle _ueltas a la desgracia de su derrota. |
Sancho cuidó de _l y de Rocinante, |
que había aca_ado tan mal parado como su dueño. |
Y, aunque el _uen escudero lamentaba el fin de aquellas |
a_enturas con las que esperaba llegar a rico, |
hizo todo lo posi_le por mostrarse alegre |
ante su amo y consolarlo con tiernas pala_ras. |
Llegó así la hora de e_prender el camino de regreso, |
en el que don Quijote ca_algó despojado |
de su armadura y _estido con ropas de diario. |
Y lo peor fue que la primera noche de su _iaje |
volvió a probar el amargo sa_or de la desgracia. |
Resultó que, cuando esta_a descansando con Sancho |
debajo de unos ár_oles, |
de repente apareció una piara de m_s de seiscientos |
cerdos que unos hombres _evaban a una feria. |
Y, sin guardar resp_to a nadie, |
llegaron las _estias a la carrera, gruñendo y resoplando, |
y se _evaron por delante a don Quijote, a Sancho, |
a Rocinante y al bo_ico, que acabaron tumbados |
en el suelo y pisoteados por cerdosas pe_uñas. |
Sancho le pidió la _espada a su amo para matar a todos |
los puercos que pudiese, pero don _uijote contestó: |
-Déjalos estar, amigo, que al ca_allero |
que va _encido como yo es justo |
que le muerdan los leones y le p_sen los puercos. |
Miguel de Cervantes. Don Quijote. Adaptación de Agustín Sánchez. Editorial Vicens Vives. Barcelona. 2004. Con la autorización de la Editorial www.vicensvives.es
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