He entornado mis ojos

y me ha parecido un sueño.

Años y miles de años,

con las aguas del terreno,

debajo de aquel Castillo,

allí, debajo del Cerro,

nos ofrecen su gran obra

de fantasía y misterio:

“GRUTA DE LAS MARAVILLAS”.

De Andalucía, su suelo.

Pasando a su interior,

por un camino estrecho,

vas descubriendo sus Salas.

Es realidad y no sueño:

Figuras a cual más bella,

Lagos profundos, en metros,

que nos devuelven imágenes

en los variados reflejos,

de colores verdes y azules

y blancos y amarillentos,

Cristales de punta fina,

tallados al fuego lento,

de tantos años pasados

sin reloj que marque el tiempo,

Columnas de mármol blanco

que tienen de base el techo

y se funden en abrazo

con las nacidas del suelo, …

Todo ello armonizado,

plasmado en hermoso lienzo,

las paredes de la Gruta,

en medio de un gran silencio,

roto sólo por la gota

del agua que va cayendo.

Impresionada he quedado

ante Conjunto tan bello:

La Sala de los Mantones

con movimiento en sus flecos.

Cristalería de Dios,

sobre las aguas de espejo,

semejando la belleza

de un sumergido Pueblo.

Órgano Catedralicio.

Entre animales, un Perro.

El Salón de los Brillantes

y, ¡Oh!, suspiros de ensueño,

como un Teatro del Mundo,

el gran Lago en el centro.

Contemplando su Paisaje

y a mí misma en sus reflejos,

entiendo que pasen los años

y que no se cuente el tiempo.

Aunque con palabras torpes

que no expresan lo que siento,

quiero que este Conjunto

me acompañe en su recuerdo.

Ante el ritmo de la vida,

sirva de paz y sosiego,

saber que, también, lo forma

la vida de un helecho.

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Lucía López Sánchez

Mayo de 1.996