Desde que en Belén naciste,

¡Cuánto tiempo ha pasado!

Por amor viniste al mundo

y el amor fuiste sembrando.

Esta semilla abonada,

con tu ejemplo, con milagros, …

fructificó en grandes mártires

y en hombres que han sido santos,

pero todavía existen

el rencor y los enfados,

el odio y la mentira,

gente que está sin trabajo,

la lucha por el poder,

guerras que van minando

la voluntad de los hombres,

que viven para hacer daño

y no entienden del amor

ni del sentimiento humano.

Cercano ya otro milenio.

¿La Navidad de este año,

servirá para acabar

con todo lo que hay de malo?

Tú que en Belén naciste

por amor para salvarnos

y que, en humilde Portal,

frío estuviste pasando,

contagia de Amor al mundo

para que mejor seamos

y enciende los corazones,

que, con tu fuego abrasados,

conseguiremos la Paz

que todos necesitamos.

Que no exista la pobreza

ni las minas en los campos,

no se torture a los niños

y todos tengan trabajo,

desaparezcan las drogas,

nos queramos como hermanos,

no se utilicen las armas, …

que la vida es un regalo

que proteger hemos todos,

sin egoísmos ni engaños.

No se separen los padres,

porque los más afectados

siempre son sus propios hijos.

¿Acaso no procede el cambio

y con ternura y cariño,

comprensión y sumo agrado,

perdonen sus deficiencias,

se colmen, después, de abrazos?

Bastantes niños ya sufren

terremotos, descalabros,

huracanes, violaciones,

muchos huérfanos quedando. …

Sólo con Amor y Paz

se conseguirá el milagro

y este Amor y esta Paz,

desde tu Portal sagrado,

Tú que naciste en Belén

por amor para salvarnos,

siémbralos, Señor, de nuevo

y que otra vez nos queramos.

Esta noche es Nochebuena

y éste ha de ser nuestro canto:

“Gracias por haber nacido.

Gracias por querernos tanto.

¡Gloria a Dios en las alturas!

con los Ángeles entonamos”.

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Lucía López Sánchez

Navidad 1.999