Mirando hacia el horizonte

y a solas con mis pensamientos,

he visto salir el Sol.

Poco a poco, ascendiendo,

teñía el agua del mar

con sus rojizos destellos,

que muy pronto se tornaban

en tonos amarillentos.

Con ellos, todo doraba,

la playa y los Monumentos:

El CIRCO y FORO ROMANOS,

ANFITEATRO y TEMPLO,

que, con su Torre y sus Cúpulas,

apuntando, siempre, al Cielo,

imploraba su protección,

para que todo lo bello

de esta COSTA DORADA,

recibiera, también, su aliento.

El aliento que da vida,

al producirse el encuentro,

de este Sol madrugador

y las piedras de todos ellos,

piedras, de por sí doradas,

alimentadas por el beso,

que reciben cada día

desde ya remotos tiempos.

Una estela de luz,

que brotaba de los reflejos

que el Sol dejaba en el agua,

me despertó de mi sueño.

Se acercaba hasta mí

y llena de sentimiento,

en mi mejilla dejaba

con ternura otro beso.

El beso del amanecer,

que ha emocionado mi pecho

y mi alma ha encandilado

para amaneceres nuevos,

sobre todo al escuchar:  “TÚ,

TAMBIÉN, FORMAS PARTE DE ESTO”

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 LUCÍA LÓPEZ SÁNCHEZ

 25 de Marzo de 2.012