PACHA MAMA, dos palabras

que en mis oídos resuenan,

en señal de gratitud

a su amada MADRE TIERRA.

Tierra que les da la vida.

Tierra que les alimenta,

porque en ella se produce

lo que les da mucha fuerza,

para que, otra vez, la cultiven

y, de nuevo, vida se tenga.

Los hilos de las raíces

de las semillas que siembran,

tejen las alfombras verdes

que forman la Naturaleza.

Con el Sol y con el Agua,

al vigorizarla entera,

otra vez la PACHA MAMA,

otra vez la MADRE TIERRA,

sigue cuidando a sus hijos

como cualquier Madre tierna.

Su vida y sus sentimientos

de Paz y de Amor se llenan,

al verles, siempre, contentos

realizando sus tareas.

En este quehacer gozoso

con el que los hombres sueñan,

pediría a las Montañas

que la mimen y protejan.

Montañas del VALLE SAGRADO

con vuestras escarpadas crestas,

Montañas de MACHU PICCHU

de indescriptible belleza,

seguid durmiendo el sueño

de vuestros milenios y eras,

pero no dejéis de soñar

con los tesoros que encierra.

La nieve de vuestras cumbres

serán sabanillas bellas,

que arroparán vuestros sueños,

para que placenteros sean:

Con vuestro cobijo a los campos

y a sus cultivos defensa,

veréis como al Creador

sus productos eleva,

con gran generosidad,

como la mejor de las ofrendas

y seréis muy felices,

escuchando con terneza,

el murmullo de las aguas

que a vuestros pies se encuentran

y disfrutando de la danza

que las nubes os presentan.

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Lucía López Sánchez

30 de Octubre de 2.014