
Yo, tu Ordenador, una maquinita tan enclenque, sin poderosas palas, sin
abrumadoras ruedas, sin desgarradores garfios,
yo, hecho de
diminutos circuitos impresos, ¿qué te puedo decir de Fortaleza? Que te
hable uno de esos impresionantes tanques de guerra. Y, sin embargo, creo que sería
capaz de dominar la más potente máquina, si me instalasen y programasen para
ello. Mi fuerza no está en las apariencias.
Vas comprendiendo lo que quiero decir. Hablo de la fortaleza que puede tener la
persona humana, por el hecho de ser persona; de la fuerza que se encierra en su
cabeza y en su corazón.
De entrada, te diré que la fortaleza en el ser humano depende
de dos cosas: de sus ideales
y de su decisión por realizarlos. No
todos los ideales se hacen
realidad; pero todas las grandes realidades han comenzado en un ideal juvenil.
Repasa la Historia.
Cuando se tienen ideales grandes, surge la fortaleza
como motor
que impulsa a llevarlos a cabo. Un hombre sin ideales es un paralítico,
vive anestesiado.
¿Quieres saber algo más sobre la fortaleza?
Fortaleza es "resistir", no ceder ante las influencias nocivas,
soportar las molestias, entregarse con valentía a "vencer" las
dificultades y "acometer"
empresas grandes.
Fortaleza, en resumen, es tener fuerza de voluntad para
hacer, en cada momento, lo que se debe.
Recuerda estas tres palabras:
Resistir.
Vencer.
Acometer.
Estamos influenciados por las propias tendencias (pereza, vanidad, envidia, ira,
lujuria, gula, caprichos) y por influencias externas
(modas, consumismo, ideologías). Contra todo esto tenemos que resistir.
Hay que negarse a ser
plastilina, manipulada por manos ajenas o por
los propios instintos.
Debemos vencer enérgicamente las tendencias o impulsos
malos. Por
lo menos, luchar por vencer sin desalentarse ante las derrotas. La
fortaleza es, con frecuencia, volver a empezar.
La empresa más grande que podemos acometer en la edad juvenil es hacer bien las
cosas pequeñas de cada día.
Este es el paso necesario hacia
cosas mayores, si es que llega el momento de emprenderlas. La perfección
de la propia persona ya es meta suficiente por la que vale la pena luchar.
Para ir adquiriendo fortaleza te invito a:
* No
quejarte del trabajo, de cualquier pequeño dolor, de los
contratiempos. Callar en estos casos es un buen ejercicio de fortaleza.
* No
cargar los deberes que son tuyos a los padres o a
otros. Hazlos tú.
* No
huyas del esfuerzo. Afróntalo y acéptalo.
* Pon
horario a tus deberes diarios, y sométete a él.
* Lucha
contra tus malas inclinaciones, sin desanimarte.
*
Proponte metas a conseguir que perfeccionen tu vida.
No olvides que la fortaleza es el motor de todas las demás virtudes.
Una vida cómoda, sin sobriedad, sin esfuerzo, sin lucha
acaba siendo una vida inútil,
barro manipulado para la maldad. No quieras
esto para ti.
Don
Samuel Valero
Instrucciones: Pulsa uno de los botones
con las letras a, b y c. La letra acertada se pone de color rojo.
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Formación: El buen samaritano
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