8. Losa primeros discípulos
Juego de palabras



  1. Testimonio de Juan Bautista  

   Los judíos le preguntaron: ¿Pues por qué bautizas si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta? Juan les respondió: Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis. Él es el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias. Esto sucedió en  Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.

   Al día siguiente Juan vio a Jesús venir hacia él y dijo: He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Éste es de quien yo dije: Después de mí viene un hombre que ha sido antepuesto a mí, porque existía antes que yo. Yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel.

   Y Juan dio testimonio diciendo: He visto el Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y permanecía sobre él. Yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: Sobre el que veas que desciende el Espíritu y permanece sobre él, ése es quien bautiza en el Espíritu Santo. Y yo he visto y he dado testimonio de que Este es el Hijo de Dios. (Juan 1, 25-34)

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   Juan Bautista declara aquí la superioridad de Jesús al decir que existía ya antes que él, a pesar de haber nacido después. Muestra así la divinidad de Cristo, engendrado por el Padre desde toda la eternidad y nacido de María Virgen en el tiempo.

(Pintura: Juan Bautista predicando. TIEPOLO, Giovanni Battista. Capella Coleoni. Bérgamo)

  2. Vocación de los primeros discípulos

   Al día siguiente estaba allí de nuevo Juan y dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dijo: He aquí el Cordero de Dios. Los dos discípulos, al oírle hablar así, siguieron a Jesús. Se volvió Jesús y, viendo que le seguían, les preguntó: ¿Qué buscáis? Ellos dijeron: Rabbí (que significa Maestro), ¿dónde vives? Les respondió: Venid y veréis. Fueron y vieron dónde vivía, y permanecieron aquel día con él. Era alrededor de la hora décima.

   Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y siguieron a Jesús. Encontró primero a su hermano Simón y le dijo: Hemos encontrado al Mesías (que significa el Cristo). Y lo llevó a Jesús. Mirándolo Jesús le dijo: Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Piedra).

   Al día siguiente determinó encaminarse hacia Galilea y encontró a Felipe. Y le dijo Jesús: Sígueme. Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Encontró Felipe a Natanael que venía y dijo: He aquí un verdadedo israelita en quien no hay doblez. Le contestó Natanael: ¿De qué me conoces? Respondió Jesús: y le dijo: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas bajo la higuera, yo te vi. Respondió Natanael: Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. Contestó Jesús: ¿porque te he dicho que te vi bajo la higuera crees? Cosas mayores verás. Y añadió: En verdad, en verdad os digo que veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar en torno al Hijo del Hombre. (Juan 1, 35-51)

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   A veces Dios dirige una llamada directa y personal que remueve interiormente las almas y les invita a su seguimiento; otras veces, como en este caso, quiere servirse de alguien que está a nuestro lado, que nos conoce y nos sitúa frente a Cristo.

(Pintura: La vocación de Mateo. REYMERSWAELLE, Marinus van. Museo de Ghent)

  3. Las bodas de Caná 

   Al tercer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. También fueron invitados a la boda Jesús y sus discípulos. Y, como faltase el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús respondió: Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora. Dijo su madre a los sirvientes: Haced lo que él os diga.

   Había allí seis tinajas de piedra preparadas para las purificaciones de los judíos, cada una con capacidad de dos o tres metretas. Jesús les dijo: Llenad de agua las tinajas. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora y llevad al maestresala. Así lo hicieron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde provenía, aunque los sirvientes que sacaron el agua lo sabían, llamó al esposo y le dijo: Todos sirven primero el mejor vino y, cuando ya han bebido bien, el peor; tú, al contrario, has guardado el vino bueno hasta ahora. Así, en Caná de Galilea hizo Jesús el primero de sus milagros con el que manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él. (Juan 2, 1-12)

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Esta presencia de Cristo en las bodas de Caná es señal de que Jesús bendice el amor entre hombre y mujer, sellado con el matrimonio. Dios, en efecto, instituyó el matrimonio al principio de la Creación y Jesucristo lo confirmó y lo elevó a la dignidad de Sacramento.

(Pintura: Boda de Caná. VOS, Marten de. Museo de Antwerpen)

  C. Contesta a cada pregunta con una palabra y escríbela en un papel para escribirla después en el juego de palabras:  nbsp;


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 Jesús bautizaba en Espíritu...
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 ¿Quién era el hermano de Simón...
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