16. Una mala acción |
Un muchacho volvía de la Escuela, que estaba algo distante de su casa, porque vivía en un pequeño molino de harina, junto al riachuelo del pueblo.
Era un día muy caluroso del mes de junio y caminaba despacio buscando la sombra de los árboles.
Cuando llegó a un huerto vio desde la puerta, que estaba entreabierta, un cerezo cargado de frutos muy sazonados y observó que no había nadie dentro. Entonces pensó en lo fácil que era entrar a coger algunas cerezas para calmar su sed y para refrescar un poco su garganta.
Dejó su cartera en el suelo, junto a la puerta, entró en el jardín, cogió algunas cerezas y salió corriendo. Pero tuvo una sorpresa muy desagradable y se quedó en medio del camino mirando a todos los lados y llorando. Había desaparecido su cartera con los libros, con los cuadernos y con una caja de dibujo que le había comprado su papá pocos días antes.
Mientras el niño estaba robando las cerezas, pasó un labrador y cogió la cartera creyendo queque algún muchacho la había perdido. Cuando llegó el labrador a su casa envió lo que había encontrado a la Escuela, donde vivía el Maestro.
Al día fue el pequeño ladrón a la Escuela acompañado por su padre, quien ya le había dado unos buenos azotes por perder la cartera. El Maestro le hizo algunas preguntas y al fin el muchacho dijo todo lo que hizo el día anterior y contó su mala acción.
Todos los compañeros miraban al ladronzuelo mientras el seños Maestro lo reprendía y le aconsejaba. El niño prometió no volver jamás a robar nada y desde entonces es uno de los mejores alumnos de la Escuela. Siempre que pasa por el jardín y huerta de los cerezos recuerda lo que hizo, se avergüenza de aquella mala acción y se promete ser honrado, obediente y bueno.
P. Arnal Cavero
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