23. Grandes ideales |
Primera parte
Ha de fijarse cada joven algún ideal grande para su vida, y ha de parecerle indigno quedar en las filas de los hombres adocenados. Fíjate tú también algún ideal elevado, y después no te apartes nunca de él y aplica todas tus fuerzas a realizarlo. No digo que dentro de algunos meses, ni siquiera dentro de algunos años, alcances realmente tu ideal. Hasta podría darse el caso de que nunca o alcanzaras. Pero no importa. Con la reconcentración de nuestros pensamientos y de nuestros planes, sin duda nos acercamos al fin, que primero nos parecía levantarse en una altura inabordable. Quien se propone con todas sus energías conseguir un objetivo elevado, descubrirá en sí, día tras día, nuevas fuerzas, cuya existencia ni siquiera sospechaba.
Cuánto puede soportar el cuerpo humano, nos lo han demostrado las privaciones increíbles de las trincheras; así también si te lanzas con todas tus fuerzas a conseguir un ideal prefijado, sólo entonces podrás ver de cuánto es capaz el alma humana con una voluntad firme.
Así podrías fijarte, por ejemplo, librarte del defecto mayor que has descubierto en ti, cueste lo que costare. O también: antaño tenías en el diploma de final de curso cuatro "notables" y un "aprobado"; el año que viene proponte tener "sobresaliente" en todo, por mucho trabajo que pudiera costarte. O también: resuelve aprender inglés, y a esto dedicarás media hora cada día, pero sin exceptuar ninguno. Y así sucesivamente.